La crisis del euro

Los ministros de la eurozona dan su visto bueno al acuerdo de Chipre y FMI

La troika pacta en el límite la liquidación del segundo banco del país y fuertes quitas en el primero

Nicos Anastasiades a la salida de la cumbre acompañado de su delegación
Nicos Anastasiades a la salida de la cumbre acompañado de su delegaciónlarazon

Los ministros de Finanzas de la eurozona dieron hoy su visto bueno al acuerdo alcanzado entre el presidente de Chipre, Nicos Anastasiadis, y la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el rescate financiero de la isla mediterránea.

Los ministros de Finanzas de la eurozona dieron hoy su visto bueno al acuerdo alcanzado entre el presidente de Chipre, Nicos Anastasiadis, y la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el rescate financiero de la isla mediterránea.

"Tenemos un acuerdo que va en el interés del pueblo chipriota y en el de la Unión Europea"(UE), dijo Anastasiadis a la prensa al término de la reunión y al abandonar el edificio del Consejo Europeo.

Anastasiadis negoció durante más de doce horas con los presidentes de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, por una parte, y por otra con el FMI y el Banco Central Europeo (BCE).

El Gobierno chipriota debe aportar 5.800 millones de euros al rescate de hasta 10.000 millones que la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) facilitarán al país mediterráneo.

Fuentes comunitarias indicaron que, según el acuerdo alcanzado, el mayor banco de la isla, el Banco de Chipre, se salva de ser liquidado, mientras que la segunda mayor entidad financiera, el Laiki Bank, sí será cerrado y sufrirá fuertes quitas a los depositantes grandes, que también tendrán que asumir pérdidas los bonos sénior.

La deuda de la segunda mayor entidad del país suma, con el mecanismo de Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA) del BCE, unos 9.500 millones de euros.

"Es un buen acuerdo y es concluyente", señaló por su parte el ministro español de Economía, Luis De Guindos, al término de la reunión, al tiempo que subrayó que "es bueno para Chipre y bueno para el conjunto de la unión"monetaria.

El acuerdo, según De Guindos, "disipa todas las dudas y lo que hace es garantizar los depósitos por debajo de 100.000 euros. Establece condiciones adecuadas desde el punto de vista del tratamiento de la economía chipriota y demuestra que cuando queremos, somos capaces de ponernos de acuerdo".

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, dijo al término de las negociaciones sentirse "aliviado"por un acuerdo, que a su llegada a la reunión había solicitado "realismo"a Chipre y subrayado que el acuerdo no dependía del Eurogrupo, sino del país mediterráneo.

El preacuerdo se alcanzó tras varios sobresaltos, amenazas y retrasos. Para intentar detener la bola de nieve de despropósitos que comenzaron el viernes 15 de marzo con la decisión del Eurogrupo de gravar con el 6,75% los depósitos inferiores a los 100.000 euros, el presidente chipriota, Nikos Anastasiadis, viajó ayer a primera hora a Bruselas para encontrarse con Van Rompuy, Durão Barroso, con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. El objetivo estaba claro: «Salvar la economía chipriota y evitar una bancarrota desordenada si al final no hay un acuerdo para un préstamo», reconoció un portavoz.

El BCE anunció la pasada semana que hoy mismo cortaría la liquidez de emergencia a los bancos chipriotas si no se alcanzaba un acuerdo, lo que hubiera provocado su quiebra y la posible salida de Chipre del euro. Pero las conversaciones se complicaban por momentos. Los ministros de Economía de la zona euro, convocados a las 18 horas, vieron retrasada la convocatoria primero a las 20 horas, luego hasta las 21 horas, ante la evidencia de que no había acuerdo en la cúpula. Según los medios griegos, el presidente de Chipre llegó incluso a amenazar con la dimisión a Lagarde y Draghi, acusándoles de no dejarle margen de maniobra y exigiendo también la reestructuración del Banco de Chipre. Ese era precisamente principal punto de fricción con el FMI, que reclamaba incluir al primer banco del país en los planes de desmantelamiento previstos para el Laiki Bank. Nicosia alegaba que ello supone liquidar un tercio de los depósitos de la isla, entre ellos la mayoría de las grandes empresas, por lo que su reestructuración llevaría a la parálisis.

El plan del FMI incluía la desaparición de los dos bancos y su división en banco bueno y malo. De hecho, la ley de reestructuración votada el viernes por elParlamento chipriota preveía la congelación de todos los depósitos de Laiki más allá de los 100.000 euros. En cambio, los depósitos asegurados en Laiki, aquellos inferiores a los 100.000 euros, se incorporarían al Banco de Chipre, pero los titulares de cuentas superiores a esa cifra podrían enfrentarse a quitas de hasta un 40% a cambio de acciones en el banco renovado.

La presión mayúscula sobre los Diecisiete se palpaba en sus declaraciones a la entrada del Consejo. El ministro de Economía español, Luis de Guindos, aseguró que era «importantísimo» un acuerdo, pues «las posibilidades de contagio se producirían sin una solución concluyente».

El titular de Economía de Francia, Pierre Moscovici, aseguró que el objetivo era que Chipre aporte 5.800 millones. A su juicio, la necesidad de que Nicosia contribuya nace de la «hipertrofia» del sistema bancario de la isla, donde existe una remuneración de depósitos extremadamente alta, de entre el 5 y el 6%, y unos depositantes extranjeros que se elevan hasta el 45%. «Todo ello la convierte en una economía casino», zanjó.