Inteligencia Artificial
La IA «low cost» china resucita el fantasma de la burbuja «puntocom»
DeepSeek da un respiro a Wall Street tras el «lunes negro», pero dispara las dudas sobre el gasto masivo en IA de los gigantes de Silicon Valley
El terremoto desatado por DeepSeek, el ChatGPT chino de bajo coste que ha sacudido el valor en Bolsa de los gigantes tecnológicos de Silicon Valley, perdió fuerza ayer, pero dejó profundas dudas entre los inversores sobre el verdadero coste que implica el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y reavivó el temor a un pinchazo de la burbuja de la IA como el de las puntocom en el año 2000.
El índice Nasdaq de Wall Street, que aglutina a las grandes tecnológicas de Estados Unidos, registró subidas de más del 1%, tras caer el lunes en torno a un 3%. El fabricante de microchips Nvidia, compañía más castigada por la irrupción de DeepSeek -el lunes cayó un 17% y perdió más de 500.000 millones de capitalización bursátil, la mayor caída de valor en un día de la historia de la Bolsa- el martes subió en torno a un 7% y recuperó los 3 billones de capitalización bursátil que había perdido el día anterior.
Otros fabricantes occidentales de semiconductores como AMD (-0,3%), Arm Holdings (+1,5%), Micron (-2,3%), ASML (-0,7%), BE Semiconductor (-3,8%) e Infineon (-0,9%), entre otros, moderaron sus caídas o subieron. Los mercados registraron así un día menos frenético para las acciones pero plagado de reticencias por parte de los inversores sobre la pérdida de posiciones de las compañías estadounidenses en la carrera de la IA y sobre el coste real de desarrollar esta tecnología.
El modelo DeepSeek-R1, lanzado el pasado 20 de enero, ofrece IA generativa de alto rendimiento, con un coste de desarrollo un 95% más bajo que el modelo o1 de OpenAI y con código abierto. Este asistente desarrollado por la compañía china del mismo nombre se ha coronado como la app más descargada para iPhone, por delante de la popular ChatGPT, de la estadounidense OpenAI, y ha desinflado la burbuja bursátil de la IA. Desde Portocolom Agencia de Valores señalan que "este acontecimiento ha hecho plantearse a la comunidad inversora si se puede justificar el ingente gasto en el que se han embarcado las compañías tecnológicas estadounidenses".
“DeepSeek y el varapalo de la tecnología el lunes pone en cuestión el poder tecnológico de EE UU, sobre todo teniendo en cuenta todo el dinero que han estado invirtiendo los últimos años para crear aplicaciones de IA, ahora que los chinos lo han hecho más abierto, más barato y en menos tiempo, junto a la alta valoración de las acciones”, alertan desde Activotrade SV.
No obstante, los expertos en Bolsa prevén que el valor de las acciones de las firmas estodounidenses, tanto fabricantes de chips, como constructores de centros de datos o proveedores de energía, se estabilice en las próximas jornadas. "No creemos que el liderazgo tecnológico de EE UU se vaya al garete de la noche a la mañana", asegura Juan José del Valle, analista de Activotrade.
Martín Piqueras, profesor de OBS Business School y experto en Gartner, reconoce que "es posible que en el corto plazo inversiones tan grandes como se han hecho en Estados Unidos sean difíciles de sostener", pero subraya que la apuesta inversora seguirá siendo necesaria para desarrollar "ciertos tipos de computación basados en fuerza bruta". Piqueras considera que en el mercado hay espacio para diferentes tipos de inteligencias artificiales: tanto para las que requieren golpe de músculo de cómputo y de talonario como para las más frugales, económicas y sostenibles
Cuando ChatGPT comenzó a popularizarse el propio Sam Altman, CEO de OpenAI, "ya dijo que los modelos que habían utilizado para desarrollarla no eran escalables, es decir, había costado muchísimo dinero desarrollar la inteligencia artificial y muchísima capacidad de cómputo y de cálculo para hacerla, y no habría suficiente capacidad de cómputo y dinero para llevarla al siguiente nivel. O sea que ya se identificó que haría falta desarrollar las inteligencias artificiales de una forma más económica a la que se había utilizado hasta entonces", recuerda Piqueras. Esa innovación ha llegado de la mano de las tecnológicas asiáticas. En concreto, de la mano de Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek.
Este empresario de 40 años estudié electrónica y comenzó a explorar las posibilidades que ofrecía la Inteligencia Artificial para automatizar las inversiones en Bolsa, lo que le llevó a convertirse en 2015 en el cofundador de High-Flyer Quant, uno de los fondos de cobertura más grandes de China. La firma multiplicó por más de 10 sus activos en cuatro años y en 2023 "un gran porcentaje" de sus beneficios para construir una "infraestructura líder" en IA y llevar a cabo investigaciones a gran escala. Antes de que Estados Unidos impusiera restricciones a la venta de chips a China, la empresa dirigida por Liang logró hacerse con más de 10.000 procesadores Nvidia H800 para entrenar modelos avanzados de inteligencia artificial que dieron lugar a DeepSeek, un chatbot accesible y asequible que ha impresionado a Open AI, a Donald Trump, a Nvidia y a prácticamente el mundo entero.
No obstante, genera preocupación sobre su seguridad, tras sufrir ayer un ciberataque que ha llevado a la compañía a bloquear el registro de nuevos usuarios, y sobre su censura con temas que comprometen a China al estar obligado por ley a cumplir con "los valores socialistas fundamentales". En este sentido, el portavoz de la Comisión Europea Thomas Regnier aseguró que con la ley de servicios digitales (DSA) y la de mercados digitales (DMA) la UE tiene "todo en su lugar" para asegurarse de que "todo lo que se ofrece a nuestros ciudadanos y empresas es seguro para ser utilizado".