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Viajes

Luisiana: Estados picantes del mundo

Cuna del jazz y del carnaval más canalla, Luisiana va más allá de Nueva Orleans con sus pantanos misteriosos, sus plantaciones y su herencia española y francesa

General Street, Luisiana CEDIDASLR

Luisiana se condensa en un plato de Gumbo: un guiso humeante y misteriosamente cenagoso en el que flotan (como en un pantano) carne de ardilla, pollo, caimán o camarones y mariscos, convertidos en cipreses adornados por su barba española («spanish moss»).

De raíces francesas y africanas, el delicioso gumbo es el «Mardi Gras» de la gastronomía local y representa, coronado por arroz blanco, la esencia de un estado multicultural desde sus orígenes. Un lugar del que podrá marcharse sin haber probado una sola hamburguesa o un perrito caliente así haya estado un mes o un año entero.

El miembro 18 de Estados Unidos, Luisiana, es un crisol de culturas, colores y sabores. Es el legado indígena, español, francés y africano batido por los sones del jazz y del blues. Jolgorio del bueno, ron y carnaval.

Casas de estilo colonial en el barrio francés de Nueva OrleansCEDIDASLR

No en vano, con permiso de Cádiz, de Santa Cruz de Tenerife y de Río de Janeiro, aquí se celebra, en la calle del Bourbon de Nueva Orleans, uno de los carnavales más famosos del mundo: el «Mardi Gras», el martes de la grasa, por el último día en el que se pueden disfrutar de los placeres carnales antes de la Cuaresma. Un festival para los sentidos y el desenfreno en la ciudad más canalla de América, con permiso de Las Vegas.

Luisiana es el mundo entero concentrado en un tarro de mil especias Tony Chachere’s o de Tabasco, la mundialmente conocida salsa picante de chile nacida en la isla de Avery, en la Luisiana pantanosa, donde iremos unas líneas adelante.

El puerto del Caribe más norteño

El aterrizaje más rápido es vía Nueva Orleans, una ciudad para perderse. Hay que tener en cuenta que el clima es benigno, pero llueve con frecuencia. Y que en el puerto más al norte del Caribe, una condición que los habitantes de NOLA llevan a gala, cuando luce el sol la humedad puede hacer los días sofocantes.

Para alojarse encontrará decenas de superhoteles boutique, aunque si su presupuesto es familiar el Cambria Downtown (en el distrito financiero) está a un paso de Canal Street y a solo 10 minutos caminando del barrio francés, donde pasará la mayor parte del tiempo en Crescent City (por las crecidas del Mississippi).

Bourbon Street, emblema del carnaval de Nueva Orleans, el "Mandi Gras"CEDIDASLR

Un consejo: no es necesario que reserve comidas en los hoteles porque aquí la oferta es infinita. Ni siquiera desayunos, porque en Luisiana es toda una experiencia. Como en el Ruby Slipper Cafe (los huevos Benedict son brutales) o en la terraza del café Beignet de Bourbon Street, donde podrá degustar el «donut» local, toda una institución. Pero cuidado, aquí la comida es abundante y uno solo da para compartir.

Perderse por el barrio francés de NOLA

Si desea un recorrido por el barrio francés en castellano, Graziella de Ayerdi (Soul of New Orleans Tours) conoce cada recoveco de uno de los lugares más vibrantes de Estados Unidos. Disfrute de las deliciosas balconadas de herencia española, de la música que fluye a borbotones por las calles y también de perderse por el barrio de Tremé, habitado en su momento por personas libres de color.

Déjese caer por Jackson Square, un auténtica Plaza de Armas española a orillas del río y rodeada por los apartamentos Pontalba, levantados por Micaela Almonester, rica heredera de un funcionario español cuya vida da para una película de Hollywood.

Visite también Congo Square, está a un paso, donde nació el jazz gracias a la fusión de melodías de los esclavos, reunidos allí hasta hoy todos los domingos a las tres. A tiro está también el Museo del Jazz. Tras un copioso almuerzo en Court of Two Sisters, con música en directo en su concurrido patio, nada como aventurarse en Preservation Hall, donde en pleno barrio francés, cada tarde-noche y en varios pases, se puede disfrutar de la esencia del jazz más puro.

Para cenar un par de opciones: Tujague’s, el segundo restaurante más antiguo de Nueva Orleans, o Vampire Apothecary, donde lo mismo puede cenar que tomarse unos tragos mientras le leen el futuro.

Carnaval y jazz por todas partes

Pero Nueva Orleans da para noches en vela, aunque no la visite durante el «Mardi Gras». Si es así, puede empaparse del carnaval en su museo (Mardi Gras World), donde hay decenas de carrozas que dan una idea del desenfreno que se vive a orillas del Golfo de México en un carnaval que deja más de 1.000 millones de dólares a la ciudad y por el que se pagan hasta 20.000 dólares por entrar en las comparsas más exclusivas.

Pantanos de LuisianaLa Razón

Si la resaca lo permite, pruebe una cata de rones en Sazerac House y con un crucero por el Mississippi en el Creole Queen, donde el almuerzo está incluido. Ahí seguro que degusta el jambalaya, la «paella» de Luisiana, un omnipresente arroz con legado español y africano. Para despedirse de NOLA nada como una noche en funky en Jazz Playhouse, también en el barrio viejo.

Plantaciones y pantanos

La visita al también llamado Estado Bayou, por los arroyos de corriente lenta típicos del sur, estaría incompleta si no visitara los pantanos. De camino a Lafayette, circundando Baton Rouge, puede detenerse en Zip Nola si quiere una descarga de adrenalina para hacer tirolina sobre caimanes y visitar una antigua plantación de caña de azúcar.

Oak Alley es una de ellas. La majestuosa arboleda de 28 robles que parten del Mississippi conduce a la mansión y tras un precioso jardín al secreto guardado en el patio trasero: el de la esclavitud que forjó muchas de las fortunas de Luisiana.

Plantación Oak Alley, LuisianaLa Razón

Ya en Lafayette, el restaurante Vestal es visita obligada, pero también la bolera local, los concurridos bares del centro, Chez La Fete, Borden’s Ice Cream o el Dwyer’s Cafe.

Entre festivales de la fresa o de la rana, a principios de mayo en la parroquia de Ryne (divertidísimos, pues suponen una auténtica inmersión) no olvide un tour de comida Cajún, en el que por apenas 60 dólares podrá degustar delicias como king cake, crawfish o boudin (www.cajunfoodtours.com/tours/). Ms. Ray de Best Damn Cajún Tour la hace inolvidable. Tampoco la visita a los pantanos en planeadora. Atchafalaya Basin Landing realiza un recorrido muy completo.

Barriles de salsa Tabasco en la fábrica de Avery Island, LuisianaLa Razón

Y ya de traca, pruebe todos los grados de picante en la fábrica de Tabasco, en Avery Island.

No en vano un chile rojo bien podría coronar al bueno del pelícano.