Opinión
Mercosur: la factura que van a pagar los agricultores y ganaderos europeos
España, que preside este semestre el Consejo de Ministros de la UE, pretende alcanzar el acuerdo definitivo antes de que acabe el año, pese a la oposición de Francia
Los ministros de Comercio de la Unión Europea se han reunido el pasado fin de semana en Valencia. Las organizaciones agrarias de esta comunidad quisieron manifestarse ante la sede de la reunión; sin embargo, la delegación del Gobierno prohibió la concentración. Los representantes del sector agrario pretendían llamar la atención sobre los graves problemas provocados por las negociaciones comerciales que ha desarrollado en el pasado la UE, cuyas consecuencias se están pagando ahora, y por las que tienen lugar en estos momentos, durante las que se podrían hacer nuevas concesiones con importantes facturas para el sector agrario comunitario. Un ejemplo es lo que sucede con las de Mercosur, que no terminan de cerrarse. La delegación española, que preside durante este semestre el Consejo de Ministros de la UE, pretende alcanzar el acuerdo definitivo antes de que acabe el año; sin embargo, hay otros Estados miembros como Francia que se oponen a ello argumentado motivos comerciales y también de carácter medioambiental por falta de respeto a los acuerdos de la Cumbre del Clima de París de 2015. En cualquier caso, París está muy presionado por sus ganaderos de vacuno de carne, que ven como en casi todos los acuerdos que se firman se conceden más facilidades para la entrada en el mercado comunitario de este producto. El nuevo presidente de Paraguay ha dicho que si no se alcanza el pacto antes de principios de diciembre se cerrará esta ventana y se dedicarán a intensificar las negociaciones con los países del Pacífico, principalmente China. Y ahora está la incógnita de lo que suceda con las elecciones en Argentina y de lo que diga el nuevo Gobierno que se forme. Pero las de Mercosur no son las únicas negociaciones que preocupan, porque también está a punto de cerrarse otro acuerdo con Australia, que se sumará al de Nueva Zelanda pendiente de ratificación. Tampoco hay que perder de vista lo que pase con la India. El problema para el campo europeo es que una parte importante de las facturas de todo lo anterior corre a cargo de los agricultores y ganaderos comunitarios.
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