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Empresas

La muerte silenciosa de los comercios: cierran 25 al día

La venta on line, la subida de costes y alquileres, y la falta de relevo generacional está acabando con el tejido comercial tradicional

El escaparate de un comercio de ropa anuncia 'liquidación por cierre' en una calle de Palma de Mallorca. Tomàs MoyàEuropa Press

El comercio de proximidad, el de toda la vida, agoniza poco a poco sin que las Administraciones pongan coto a esta sangría. Parece no importar, pero al día cierran ya 25 negocios –lo que equivale a una media de 750 al mes o 9.000 al año de media–, que no pueden aguantar la competencia de la venta on line, la subida de costes y alquileres, el pago de cotizaciones cada vez más elevadas y la falta de relevo generacional. A esto se une la caída vertiginosa de los ingresos de los minoristas, que han caído entre el 37% y el 50% desde 2006, al facturar hoy lo mismo que entonces, pese a haber despegado los precios más de un 40%. Un panorama sombrío que las asociaciones empresariales ensombrecen aún más: advierten que podrían cerrar un 40% de los comercios en España en los próximos cinco años.

La desaparición del comercio local en España es una tendencia negativa imparable, que está cambiando el panorama de la actividad de proximidad, ha transformado la organización de las zonas comerciales y uniformizado la mayoría de la oferta. Es decir, que se ha pasado de la tradicional concentración de negocios de corte familiar a despegar el número de franquicias y a cambiar de uso los locales comerciales.

Y este declive del pequeño negocio también tiene un impacto negativo directo en el empleo, tras perderse cerca de 120.000 trabajadores desde 2016, mientras que el del gran comercio y en los sectores de la paquetería y el transporte de compras por internet ha aumentado casi en la misma proporción. Esta pérdida no es más que una evidencia más de una crisis profunda que está deslocalizando el comercio de los barrios de las grandes ciudades y cercenando el de los pequeños municipios a un ritmo alarmante.

Detrás de este imparable declive está la ausencia de relevo generacional, además de un cambio en los nuevos hábitos de consumo, que se inició hace dos décadas con la explosión de la operatividad y el comercio on line, impulsado por la generación Z. Aunque muchos de estos pequeños comercios han ampliado su oferta al mercado digital, no han podido evitar una evidente reducción de sus márgenes.

Otro lastre para el comercio está en los excesos regulatorios y el ascenso de las tributaciones y cotizaciones,. que se han convertido en un freno para el emprendimiento y el desarrollo empresarial. Las normativas de obligado cumplimiento se han disparado más de un 1.000% en los últimos tres lustros, –un 1.600% si se tienen en cuenta las recomendaciones sobre estándares de conducta empresarial–. Este tsunami sobrerregulatorio ha impactado de lleno en la línea de flotación del comercio español, que solo en 2024 sufrió la aprobación de 3,4 nuevas normas al día, por lo que en la actualidad abrir un negocio comercial obliga a tener que cumplir con 3.000 normas comunitarias, estatales, autonómicas y locales con impacto directo en su actividad, además de que tuvo que atender 1.253 nuevos textos y modificaciones de las normas ya existentes.

En 2019 se aprobaban 1,3 normas al día, por lo que prácticamente se ha triplicado el volumen normativo. Una situación que las patronales sectoriales del comercio tachan de «insostenible», al cifrar esta sobrecarga regulatoria en el 13% del PIB y en el 17% del empleo nacional, y alertar de que todo apunta a que seguirá incrementándose al mismo ritmo de récord que hasta ahora «por el creciente intervencionismo del Gobierno».

Desde la asociación de autónomos UPTA advierten que esta crisis sectorial supone un desastre que afecta de manera aún más dramática a las localidades de menos de 50.000 habitantes, en las que la pérdida de comercios puede llegar a duplicarse con respecto a las grandes urbes. Según alertan, esta situación está siendo impulsada por la «competencia desleal» generada por las agresivas promociones comerciales como los «días sin IVA» o las «liquidaciones de stock», que favorecen a grandes superficies, cadenas y plataformas on line, «dejando al pequeño comercio sin margen de acción». Asimismo, denuncian la falta de regulación en el comercio online a nivel europeo, que permite a empresas extranjeras vender productos en España sin aplicar impuestos o sin someterse a las mismas normativas que los nacionales.

Para Eduardo Abad, presidente de UPTA, «estamos ante una auténtica selva comercial, donde solo sobreviven los más fuertes y el pequeño comercio no tiene ninguna posibilidad de competir».

Una situación límite de las que ya advirtieron desde el Colegio de Gestores Administrativos en su último Barómetro empresarial, en el que constataron que durante 2024 desaparecieron 129.000 negocios y unos 480.000 cerraron con pérdidas 2024. En lo que respecta a los datos financieros, el 17% de los negocios han incrementado su endeudamiento, frente al 22% que lo han disminuido. El 15,7% de los negocios siguen teniendo serios problemas de liquidez, y 67.000 negocios están al borde del concurso de acreedores, siendo el sector del comercio el que más quiebras acumula.