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Relajación momentánea

La Razón
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La prima de riesgo se relaja. ¿Y eso por qué? La razón principal, mal que nos pese, tiene poco que ver con nosotros. Cuando la semana pasada todo el mundo miraba hacia Estados Unidos, pendientes del problema del «fiscal cliff», había un motivo muy claro. Uno puede caer en la tentación de pensar que a nosotros poco nos tiene que importar cuántos impuestos pagan los americanos, o las partidas relativas al gasto público de su presupuesto. Pero nada más lejos de la realidad. A pesar de que la letra pequeña esté lejos de satisfacer la urgente necesidad de que la primera potencia económica se apriete el cinturón, el acuerdo aleja el fantasma de la recesión. Y eso lo ha notado el flujo de capitales, que ha buscado el apetito por el riesgo, lo que incluye, entre otras opciones, invertir en renta fija española.

Perfecto, eso es lo que ha pasado. Ahora debemos analizar qué es lo que está por pasar. Y los próximos meses son cruciales. En mi opinión, el mercado tiene muchas ganas de descontar el crecimiento ya previsto para 2014, y necesita tener la seguridad de que el suelo ya se ha tocado. Por eso, el arranque de este año es clave: unos datos macro que consigan contener el déficit y una mejora –al menos no un empeoramiento– en los datos de empleo podrían sentar las bases que los inversores necesitan para recuperar la confianza en España. Pero, además, necesitaremos una ayuda extra: será importante que los buenos datos marquen tendencia en la eurozona y en los dos principales motores de la economía mundial: Estados Unidos y China. Si los datos ayudan, España ganará un tiempo precioso.

Seamos, en cualquier caso, prudentes. No podemos descartar aún un rescate, ni que las rentabilidades de los bonos vuelvan a crisparse a niveles del pasado verano, pero confío en que estemos ante el primer paso de la recuperación. Este mes de enero, con las subastas de bonos clave de los días 10 y 17 de enero, tendremos una primera prueba de fuego, nada baladí: se refinanciarán más de 14.000 millones de euros sin contar letras. A día de hoy, con el 10 años ofreciendo una «yield» del 5%, no podemos pensar aún en clave de ahorro, pero sí en clave de alivio para el acceso a los mercados de crédito de nuestro país. Y es que, si la rebaja de los costes de financiación que ya estamos apreciando en el mercado secundario se refleja fielmente en el primario, podremos comenzar el año cumpliendo el objetivo de déficit público del 4,5% del PIB exigido por Bruselas, piedra angular para poder construir una salida fiable y consistente de una crisis en la que aún estamos inmersos.