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Repsol gana 1.612 millones y recorta un 35% su inversión en exploración
Su beneficio crece un 724% por la mejora del negocio de refino y la ausencia de provisiones que hizo en 2013 por YPF
Digerida ya en su totalidad la expropiación de YPF, Repsol volvió a registrar en 2014 un nivel de ganancias acorde a su negocio. Las provisiones por la pérdida de su filial argentina dejaron su beneficio en 2013 en 195 millones. El pasado ejercicio, sin extraordinarios que contabilizar, se disparó hasta los 1.612 millones, un resultado un 724% superior al del año precedente, según informó ayer la petrolera. El beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios y ofrece una foto sin distorsiones de la marcha de la compañía, se situó en 1.707 millones de euros, un 27% superior al de 2013.
Contexto difícil
La petrolera hizo hincapié en el hecho de haber logrado este resultado en un contexto complejo de caída de precios del petróleo y la interrupción de la actividad en Libia. Ambas circunstancias marcaron las cuentas de su división de «upstream» –explotación y producción–, que registró unas ganancias de 589 millones, frente a los 980 de 2013. Pese a que la petrolera logró incrementar su producción un 2,5%, hasta los 354.500 barriles equivalentes diarios de petróleo, el descenso del precio del crudo recortó sus precios de realización. Libia, donde Repsol ha paralizado su producción por falta de seguridad, tuvo un efecto negativo en su resultado neto de 606 millones, según reconoció la empresa.
Repsol no tiene previsto reiniciar su producción en el país africano este año. Además, según anunció en una presentación para analistas, prevé recortar su inversión en exploración un 35% –29% si se suma producción–. En total, destinará 2.400 millones de euros al «upstream», frente a los 3.360 millones de 2014, que focalizará en EE UU, Brasil, Argelia, los Andes y el área del Caribe.
Pese al recorte de inversión y Libia, la firma espera incrementar su producción entre un 6% y un 7%, anunció a los analistas su consejero delegado, Josu Jon Imaz. El número dos de la petrolera explicó que el recorte de fondos para buscar petróleo obedece a la caída de los precios del crudo. El sector calcula que el barril debe cotizar por encima de los 50 dólares para que las compañías ganen dinero. Por eso, las petroleras están recortando de forma generalizada sus inversiones en «upstream» en un intento de ajustar cuanto antes la sobreoferta actual a la demanda existente y conseguir así un repunte de los precios que haga rentables sus inversiones.
La compañía espera optimizar las inversiones con la incorporación de los activos de Talisman, la compañía canadiense que ha adquirido por 8.300 millones de dólares más la deuda. A lo largo del año, Repsol presentará un nuevo plan estratégico 2016-2019 en el que se incluirá la integración de Talisman.
Las cuentas del «upstream» fueron ampliamente compensadas por el negocio de refino de la compañía. La división de «downstream» aumentó su resultado un 111%, hasta los 1.012 millones. La compañía achaca la subida al «favorable comportamiento de los márgenes de refino y química, impulsados por las medidas de su plan de competitividad, así como por los mayores volúmenes comercializados y el incremento de los márgenes del gas en Norteamérica». El margen de refino alcanzó los 4,1 dólares por barril, frente a los 3,3 del año anterior.
En el apartado de retribuciones, la compañía anunció que su presidente, Antonio Brufau, percibió un salario bruto de 3,8 millones en 2014, un 22% inferior al de 2013. Para este ejercicio, su retribución será de 2,5 millones de euros brutos, lo que representa otro recorte, en este caso del 35%, sobre sus emolumentos de 2014. El recorte, según fuentes de la petrolera, obedece a la «nueva distribución de las funciones en la compañía» tras el nombramiento de Imaz como consejero delegado.
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