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Verano de grandes retrasos en los aeropuertos españoles

El sector augura una subida de la demoras por la congestión, el incremento del tráfico aéreo, la escasez de controladores y las reducidas escalas de las «low cost».

El aeropuerto barcelonés de El Prat es el segundo más importante de España por número de pasajeros / Ap
El aeropuerto barcelonés de El Prat es el segundo más importante de España por número de pasajeros / Aplarazon

El sector augura una subida de la demoras por la congestión, el incremento del tráfico aéreo, la escasez de controladores y las reducidas escalas de las «low cost».

Cada año, las aerolíneas abren nuevas rutas. Estos vuelos, junto al sostenido aumento del tráfico aéreo registrado en los últimos años tras la salida de la recesión, están congestionando cada día más el espacio aéreo. La consecuencia de todo ello es que, en los últimos años, los retrasos en los aeropuertos han subido. Y todo hace indicar que este verano lo seguirán haciendo, afectando de modo muy directo a los aeropuertos españoles, que soportan una gran actividad en los meses estivales por el turismo.

El año pasado, cada día 1.250 vuelos salieron con retrasos superiores a los 15 minutos en toda Europa, según datos de Eurocontrol. Entre julio y septiembre del año pasado, el retraso medio en las salidas en los aeropuertos españoles fue de 17,8 minutos, según datos de este organismo, tres minutos más que el año anterior. En el caso de El Prat fue de 26,5 minutos; en Palma de Mallorca, de 25,7; y en Ibiza, de 25,3. De la demora media, 3,62 minutos fueron imputables a los controladores, 2,6 minutos a su gestión del tráfico en ruta y otros 1,02 a esa misma gestión en los aeropuertos. Para este año, Eurocontrol prevé que la primera de estas variables aumente hasta los 4 minutos. Mientras que el tráfico en los últimos años ha crecido mucho, no lo ha hecho igual el número de controladores. «Con la crisis, el número de vuelos y viajeros descendió y se dejó de contratar controladores en toda Europa. Pero aunque advertimos de que el tráfico se recuperaría y que hacían falta más efectivos, durante diez años no se convocaron plazas», aseguran fuentes del sector.

El año pasado, el principal sindicato de controladores (Usca) y Enaire firmaron un acuerdo para aumentar de forma progresiva la plantilla de estos profesionales. No obstante, el largo periodo de formación que requiere un nuevo controlador, unido a que además necesitan de una habilitación específica que también lleva tiempo para el puesto específico al que sea destinado harán que la plantilla apenas aumente en 25 efectivos este verano, desde los 1.785 hasta los 1.810. Los controladores advierten de que, si el tráfico sigue subiendo, los retrasos irán a peor. Para este ejercicio, está previsto un incremento del 2,5% del tráfico aéreo en España en verano.

Aerolíneas

Pero aunque la falta de controladores es una de ellas no es, sin embargo, la principal causa del incremento de los retrasos. De los 17,8 minutos de 2018, 12,2 fueron imputables a las aerolíneas. Cuatro de ellos de forma directa y otros 8,2 a lo que en el sector se conoce como demoras secundarias, las derivadas de un incidente previo como, por ejemplo, una avería de un avión. Un percance de este tipo no sólo retrasa ese vuelo. Como los aeropuertos funcionan en cadena, afectará a los que vengan detrás. Fuentes del sector aseguran que buena parte de las demoras, tanto primarias como secundarias, son consecuencia de la política implantada por las compañías «low cost». En su afán por rentabilizar las rutas, estas aerolíneas han reducido al mínimo los tiempos de escala, por lo que cualquier pequeño desajuste provoca retrasos. Y eso que salir más tarde no sale gratis. Según aseguró hace un par de días el presiente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, cada minuto de retraso le supone a una aerolínea un coste medio de entre 70 y 80 euros. En España, la compañía que más viajeros mueve es precisamente la «low cost» más importante de Europa, Ryanair.