
Editorial
La enésima doble moral del PSOE
No hay más que recordar cuando el Gobierno publicó en el BOE la Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, que prohibía pagos en metálico de más de 1.000 euros porque –y leemos textualmente– «la utilización de pagos en efectivo en las operaciones facilita notablemente los comportamientos defraudatorios»

Las subtramas que empiezan a aflorar en todo lo que rodea a la oscura gestión de pagos en metálico en el «PSOE sanchista» nos lleva a la España más berlanguiana y picaresca, aquella en la que un mago cutre despista con una mano mientras cambia las cartas con la otra sin que los que miran se den cuenta del todo, aunque intuyen dónde está el truco pero se hacen los despistados. Las pesquisas en el Supremo destaparon que algunos de los pagos en efectivo que recibieron Koldo o Ábalos –y se está investigando quién más– estaban justificados como liquidaciones por gastos anticipados, según la documentación aportada por el PSOE, pero otros no. El magistrado Leopoldo Puente, que instruye la causa en el Supremo, instó a la Audiencia Nacional a que investigara esos pagos en metálico, al considerar que pudo haber un presunto blanqueo de capitales a través de las liquidaciones de gastos, que ni el partido, ni los investigados, ni los trabajadores del PSOE que declararon como testigos han esclarecido. LA RAZÓN aporta hoy luz sobre estos pagos en metálico, que se incrementaron en millones de euros desde que Pedro Sánchez y el «clan del Peugeot» arribaron a la jefatura del partido. Los documentos de las cuentas socialistas reflejan que se duplicaron conceptos como los anticipos de remuneraciones durante el primer año del segundo «renacimiento» de Pedro Sánchez tras recuperar el «trono» socialista en 2017 con una victoria en las primarias de la que también se duda ahora. Este regreso propició que Ábalos y Santos Cerdán utilizaran presuntamente la caja del partido como un cajero personal bajo la supervisión de Mariano Moreno Pavón, el gestor inductor del pago de sobres en efectivo, sobre los que el Supremo quiere saber hasta dónde llega el concepto de «anticipo de remuneraciones» a los altos cargos del PSOE, que se duplicó en el primer año del regreso del presidente, pasando de menos de 80.000 euros en 2017 a 144.407 euros el primer «año sanchista». Muy significativo es también el incremento exponencial de las cuentas del PSOE en pandemia, en pleno retroceso económico y empresarial por el confinamiento. La Tesorería comenzó el año 2020 con un saldo de 32,24 millones de euros y cerró el ejercicio con 48,80 millones de euros. No apunta ilegalidad alguna, pero sí asoman las dudas. Además, Sánchez y «su» PSOE vuelven a poner en práctica el doble rasero y la moneda de una sola cara. No hay más que recordar cuando el Gobierno publicó en el BOE la Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, que prohibía pagos en metálico de más de 1.000 euros porque –y leemos textualmente– «la utilización de pagos en efectivo en las operaciones facilita notablemente los comportamientos defraudatorios». El enésimo doble rasero del «PSOE sanchista».
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