Editorial

Galicia, contra el muro del sanchismo

El PSOE no tendrá el menor empacho en apoyar a un gobierno presidido por los nacionalistas, aunque traslade a los gallegos la política de la fractura identitaria y del enfrentamiento sectario.

Desayuno Informativo del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en el Diario La Razón. Le presenta el presidente del Partido Popular, Alberto Nuñez Feijoo. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón 29 01 2024
Desayuno Informativo del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en el Diario La Razón. Le presenta Alberto R. RoldánFotógrafos

Galicia celebrará sus próximas elecciones autonómicas en medio de un período de notable crispación en la política nacional, con un partido socialista desconcertado y a la defensiva que, inevitablemente, cede espacios a los movimientos de la izquierda nacionalista. De ahí, que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, candidato por el Partido Popular, planteara, ayer, en la casa de LA RAZÓN la posibilidad de renunciar a la reelección como presidente si no conseguía una mayoría suficiente para gobernar, consciente, como la inmensa mayoría de los españoles, no sólo de los gallegos, de que el PSOE no tendrá el menor empacho en apoyar a un gobierno presidido por los nacionalistas, aunque traslade a los gallegos la política de la fractura identitaria y del enfrentamiento sectario, inherente al actual modus operandi de los partidos separatistas.

Porque un socialismo débil, cooptado por unos socios con agenda propia, y bajo el liderazgo de un secretario general dispuesto a cualquier cesión para mantenerse en La Moncloa, se convierte en la puerta propicia por la que se instala la demagogia antisistema y unos modelos de gestión voluntaristas, alejados de la realidad social. En cierto modo, no parece que sea justo que los gallegos tengan que ir a las urnas bajo tal tensión política con una oposición dispuesta a llevar la discusión al terreno extra comunitario, como ha sucedido con la bochornosa manipulación del vertido de los pélets, y con la elusión de los verdaderos desafíos de la región, que, desde luego, nada tienen que ver con supuestas reclamaciones identitarias, pues no en vano, en Galicia, la manera de sentir y vivir la propia identidad nunca ha supuesto ningún problema.

Es, precisamente, en el tradicional equilibrio de la sociedad gallega, poco dada a exaltaciones inútiles, en el que confía Alfonso Rueda para reeditar por quinta vez la mayoría absoluta de los populares, que, con Alberto Núñez Feijóo al frente, ha llevado a Galicia por un camino de crecimiento en todos los órdenes, fruto de una gestión política desarrollada en el largo plazo.

Estas son, sin duda, las principales bazas de Rueda, con un programa que se intuye de consolidación de lo conseguido y de mayores avances sociales en el ámbito de la Educación y de la vida familiar, como expuso el candidato. Pero, a nuestro juicio, al actual presidente de la Xunta le cabe otro deber, ciertamente, sobrevenido, como es el de romper el muro ideológico y sectario levantado por el sanchismo, que pretende la deslegitimación de quienes no están dispuestos a comulgar con las ruedas de molino de sus urgencias personales. Por ello, Rueda debe esperar una campaña planteada a cara de perro por socialistas y nacionalistas, ajena, ya decimos, al sentir general. Pero habrá que hacerle frente. Apoyos no le faltarán en toda España.