Editorial

Con la manos libres para Andalucía

Andalucía nos demuestra cómo es posible progresar política, económica y socialmente cuando un pueblo se deshace de los lastres de la corrupción, el clientelismo y el sectarismo de partido.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante una visita al Palacio de San Telmo, a 1 de julio de 2025 en Sevilla (Andalucía, España). El presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández, junto con la Ministra de Igualdad del Gobierno de España, Ana Redondo, han inaugurado el Pabellón de los Cuidados en la Casa de la Provincia en el marco de la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de las Naciones Unidas. 01 JULIO 2025 Joaquin Corcher...
Juanma Moreno se reúne en San Telmo con el viceprimer ministro de Vietnam (Sevilla)Joaquin CorcheroEuropa Press

Recibíamos al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en la Casa de LA RAZÓN pocas horas después de que la comisión bilateral Gobierno-Generalitat de Cataluña pusiera la primera piedra para un traspaso de competencias, la financiación singular, que suponía, entre otras cuestiones, la ruptura del principio de igualdad entre los españoles. Pero a nuestros efectos, lo que queremos destacar, porque es el mejor compendio de lo que significa el actual Gobierno de España, es la ausencia en el Palau de la plaza de Sant Jaume de María Jesús Montero, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, es decir, la titular del Departamento gubernamental directamente concernido en la cesión a los nacionalistas y que aspira a gobernar a los andaluces desde su candidatura por el PSOE-A. Dicho de otra forma, el socialismo español propone para liderar el futuro de Andalucía a una política con las manos atadas, forzada por el jefe del Ejecutivo a renunciar a su posición opuesta al acuerdo de financiación y expresada anteriormente sin asomo de duda, pero que cree que escondiéndose para no salir en la foto conseguirá que los votantes le pasen por alto ese acto deleznable de «obediencia debida».

Nos hacíamos esta reflexión mientras escuchábamos al presidente andaluz proyectar una idea del futuro de Andalucía no sólo optimista y hermosa, sino, y es lo más importante, perfectamente realizable a poco que las circunstancias acompañen al buen hacer de los responsables de la Junta, al genio emprendedor de sus gentes y al esfuerzo común de una de las regiones de España que, hoy, nos demuestra cómo es posible progresar política, económica y socialmente cuando un pueblo se deshace de los lastres de la corrupción, el clientelismo y el sectarismo de partido. Porque frente a la ministra Montero, el actual presidente andaluz tiene las manos libres para Andalucía y la convicción de que no se entiende una España de ciudadanos libres e iguales que no se construya sobre el esfuerzo común y la solidaridad de todas las comunidades autónomas que la integran.

Y, así, Juanma Moreno ofreció ante el ilustre auditorio que le escuchaba, especialmente el presidente de su partido, Alberto Núñez Feijóo, que encabezaba una nutrida representación popular, la misma fórmula que ha aplicado con innegable éxito en sus seis años al frente de la Junta y que no presenta disonancia alguna con la propuesta política del candidato del PP a la presidencia del Gobierno. A saber, que sólo gobernando desde la centralidad se podrá avanzar y restaurar el daño provocado en la sociedad y en las instituciones por el sanchismo gobernante.

Porque España necesita volver a la política real, basada en la gestión, en los equipos con experiencia contrastada, capaces de tomar decisiones equilibradas, dirigidas al interés general y no a la ambición personalista. Pero, como recordó el presidente Moreno, no es un proyecto que ofrezca soluciones fáciles a problemas complejos. Sabe Juanma Moreno que no existe tal cosa, salvo en las ensoñaciones del populismo. Y, sin embargo, es factible cambiar el rumbo político y, con él, devolver a los españoles a la senda de la prosperidad.

Sin el lastre del anterior gobierno, «hoy hay confianza en la economía y en la sociedad andaluzas porque hay estabilidad política, seguridad jurídica y un gobierno libre y sin ataduras», y ello se traduce en hechos. Bajadas de impuestos y eliminación de absurdas trabas burocráticas han dado alas a empresas y trabajadores y ya es la región que reduce el paro a mayor ritmo, que tiene la cifra de afiliados a la Seguridad Social más alta de la historia, que encabeza el crecimiento de la producción industrial en España y es la tercera comunidad exportadora. Por supuesto, queda mucho por hacer, pero, insistimos, hay un liderazgo probado y con las manos libres para seguir avanzando.