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La OCDE aplaza publicar los resultados de Lectura de PISA de España por “respuestas inverosímiles”

Investiga por qué los alumnos han respondido más de 20 preguntas en 25 segundos

Los resultados de lectura fueron inverosímiles. © Dreamstime
Los resultados de lectura fueron inverosímiles. © DreamstimeWavebreak Media LTDDreamstime

Era imposible cosechar tan malos resultados y responder tantas preguntas de un examen en tan poco tiempo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) decidió ayer aplazar la publicación de los resultados de PISA 2018 sobre el rendimiento en lectura de los alumnos de 15 años en toda España, que tenía previsto dar a conocer el 3 de diciembre, después de constatar un «comportamiento de respuesta inverosímil por parte de los estudiantes». Según aclaró el organismo internacional con sede en París, un número relevante de alumnos respondió a una sección nueva de la prueba de lectura (de fluidez lectora) de una forma que era patente que no representaba su competencia real. Las alarmas saltaron al constatar que, en muchos casos, contestaron «de manera apresurada», esto es: emplearon menos de 25 segundos para responder más de 20 preguntas. Esto contrasta con los estudiantes que dedicaron el «esfuerzo adecuado» a este examen, que según las pautas de PISA requiere de media entre 50 segundos y dos minutos, dependiendo de lo rápido que puedan leer los alumnos. Se da la circunstancia, además, de que el cupo de estudiantes en el que se ha registrado la incidencia o respondía «a todas las preguntas sí o a todas no», según la OCDE. Esta anomalía, sin embargo, no es uniforme en toda la muestra de España, sino que se ha observado, sobre todo, «en determinados centros educativos de algunas zonas ». Es más, la extensión y concentración de respuestas de este tipo, muy rápidas y siguiendo un cierto patrón, ha tenido lugar solo en nuestro país.

La OCDE ya ha anunciado que está trabajando conjuntamente con el Ministerio de Educación para identificar las causas de este comportamiento de respuesta por parte de los estudiantes y poder evitar casos similares en el futuro. Además, los resultados de Matemáticas y Ciencias de PISA 2018 también están bajo sospecha, aunque, según este organismo internacional, «parecen estar afectados en mucha menor medida por este comportamiento anómalo, aunque una investigación posterior lo confirmará». Por esto, «no puede asegurar una plena comparabilidad internacional de los resultados de España por el momento», explicaron en una nota remitida a los medios ayer. No obstante, los resultados de España de Matemáticas y Ciencias sí se publicarán en la fecha prevista.

Ni errores técnicos ni boicot

Ahora la OCDE investiga junto con la empresa encargada del proceso qué ha podido ocurrir. Desde París aseguran que «los datos de España han cumplido los estándares técnicos de PISA y no se ha apreciado ningún error técnico ni manipulación de los mismos».Y añadió que «una vez que conozcamos la extensión del problema en profundidad y comprendamos sus causas y consecuencias, decidiremos cuál es la mejor forma de publicar los resultados de lectura en España». Las anomalías se han detectado en las respuestas de los estudiantes de «cinco o seis comunidades», y que no se observan «pautas muy definidas» ni similares entre los centros. Por ello, descartan que se haya ideado un complot contra estos exámenes: «No sabemos aún las causas exactas que pudieron motivar lo ocurrido, pero por la información actualmente disponible, todo parece indicar que no ha sido intencionado ya que, si se tratara de un boicot de estudiantes, el comportamiento inverosímil de respuesta del estudiante debería haber sido más visible en otras partes de la prueba, más allá de la parte de fluidez de lectura», explica a LA RAZÓN Miyako Ikeda, uno de los analistas del informe Pisa. No obstante, «la investigación de la causa llevará tiempo», añadió.

Desde el Gobierno español no se ha dado más explicación que la remitida por la OCDE. La ministra de Educación, Isabel Celaá, al ser preguntada en la rueda de Prensa posterior al Consejo de Ministros, se limitó a reproducir la nota que se emitió desde París. «Lo que dice es que van a aplazar los resultados porque no parecen ser coherentes con lo que pudiera esperarse de los resultados de los españoles», explicó. No obstante, también puntualizó que «esto ya ha ocurrido en EE UU y en Holanda».

Los fallos de EE UU y Reino Unido

Al hilo de las acusaciones de la ministra, la OCDE ha puntualizado que, en el caso concreto de EE UU, el error en el test de Lectura se registró en el año 2006 y se debió a un fallo al imprimir la prueba que debían responder los alumnos. Hubo un cambio de paginación, que redirigió a los alumnos a una lectura de preguntas incorrectas. El fallo cambió los resultados de la prueba hasta en seis puntos, lo que excedió los estándares de muestreo. Por lo tanto, los datos de rendimiento de lectura para EE UU se excluyeron de la base de datos PISA. “El impacto potencial del error de impresión en el rendimiento de los estudiantes se calculó analizando el rendimiento relativo de los estudiantes en los EE UU en el conjunto de elementos que era común entre PISA 2006 y PISA 2003, después de controlar el rendimiento en los elementos que probablemente no habrían sido afectados por el error de impresión”, manifestó el portavoz de la OCDE Miyako Ikeda. El error de impresión en el rendimiento medio de los estudiantes en las pruebas de matemáticas y ciencias fue de un punto de diferencia. Por lo tanto, en esta ocasión, sí se conservaron los datos. En el caso del Reino Unido, la OCDE asegura que la única incidencia detectada en estas pruebas fue la ocurrida en el año 2003, cuando hubo una baja tasa de respuesta. Se publicaron los datos y el informe de sus resultados se limitó a las comparaciones entre subgrupos dentro del país.

Celáa quiso dejar claro que la responsabilidad, en todo cado, no puede achacarse al actual Ejecutivo: estos exámenes se realizaron entre el 16 de abril y el 31 de mayo del 2018, cuando todavía no se había producido la moción de censura que aupó a los socialistas al poder. La ministra recordó que la prueba se llevó a cabo durante el Gobierno del PP, cuando estaba en la cartera de Educación Méndez de Vigo. «Nosotros llegamos aquí el 11 de junio», apostilló en rueda de Prensa.

En las próximas semanas, avanzó, habrá una reunión con las comunidades para tratar este asunto. No obstante, éstas no tienen acceso al proceso ni a los resultados, aunque los colegios sí enviaron a sus respectivas consejerías datos de sus alumnos para la muestra de las pruebas. Se hacen por ordenador bajo la supervisión de los técnicos de PISA. Es decir, no se dejan bajo la supervisión del profesorado del centro.

España nunca ha sacado buena nota en los exámenes PISA en comparación con la media de la OCDE ni de la Unión Europea. No obstante, los últimos resultados disponibles, relativos al 2015, reflejaron una ligera mejoría del nivel educativo español, que por primera vez desde el 2012 se situó en la media de los países analizados. Los estudiantes españoles subieron ocho puntos en comprensión lectora y dos en Matemáticas. En Ciencia, no obstante, bajaron tres puntos respecto al anterior informe.

Cada vez que se publican los resultados de este informe, los gobiernos miran con lupa el modelo educativo de los países mejor posicionados para tomarlos como referencia. Singapur, Japón o Corea del Sur son los que suelen copar los primeros puestos del ránking, cuyos buenos resultados dependen en mayor medidad de la cultura asiática y de la implicación de los profesores. Por eso, 80 expertos internacionales advirtieron ya en 2014 de la tiranía de estas pruebas, ya que critican que muchos estados enfocan sus estrategias educativas simplemente a superarlas y ofrecer así una buena imagen del país. «Los Gobiernos, los ministros de educación y los directores de periódicos esperan con ansiedad los resultados de PISA, que son citados como fuente autorizada en muchas declaraciones políticas. Y estos han empezado a tener influencia en las prácticas educativas de muchos países», lamentaron en una misiva que hicieron llegar a las más altas instancias de la OCDE.