Noche de Tomás Moro

Etsuro Sotoo: “Dentro del alma hay algo. Puede llamarse espíritu, maestro, amor… y eso es lo que guía el arte”

El escultor japonés ofrece una conmovedora lección de humildad, fe y belleza en la Noche de Tomás Moro, organizada por la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria

Etsuro Sotoo: “Dentro del alma hay algo. Puede llamarse espíritu, maestro, amor… y eso es lo que guía el arte”
Etsuro Sotoo: “Dentro del alma hay algo. Puede llamarse espíritu, maestro, amor… y eso es lo que guía el arte”CEU

La Fundación Cultural Ángel Herrera Oria ha celebrado este miércoles en el Colegio Mayor San Pablo de Madrid la primera edición de la Noche de Santo Tomás Moro, una velada dedicada a reflexionar sobre el papel de la cultura en el mundo contemporáneo desde la inspiración cristiana. Este año, el invitado principal ha sido el escultor japonés Etsuro Sotoo, jefe de escultores de la Sagrada Familia de Barcelona, quien ha ofrecido una profunda conferencia titulada “Cómo el arte puede acercarnos a una visión trascendente del mundo”.

La jornada comenzó con las palabras de Rafael Sánchez Saus, patrono de la fundación, quien recordó la figura de Tomás Moro como un referente de coherencia entre fe y razón, alguien que “lo tenía todo y lo dio todo por la verdad”. Sánchez Saus subrayó que “no vivimos tiempos más fáciles que los que él vivió”, e insistió en la necesidad de fomentar espacios como esta noche para “responder a una gran pregunta: ¿es posible hoy una cultura cristiana?”.

“La cultura actual vive en el marco de una cosmovisión que ha dejado de ser cristiana, cuando no se ha vuelto directamente anticristiana”, añadió. En este contexto, defendió el papel de la Fundación como un humilde pero decidido intento de dar visibilidad a la belleza y profundidad de la cultura cristiana en todas sus expresiones: literatura, cine, artes plásticas, y también el diálogo entre fe y ciencia, entre otros ámbitos.

La intervención central corrió a cargo de Etsuro Sotoo, artista japonés convertido al cristianismo tras entrar en contacto con la figura y la obra de Antoni Gaudí. Sotoo ha trabajado durante más de cuatro décadas en la Basílica de la Sagrada Familia, para la que ha realizado más de 500 esculturas, entre ellas las de la Fachada del Nacimiento, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2005.

En un discurso cargado de humor, emoción y fe, Sotoo compartió su experiencia vital y artística, marcada por una constante búsqueda del sentido. “Empecé a picar piedra y me sentí bien. Pero entendí pronto que, si no obedezco a la piedra, la piedra nunca me obedecerá. La piedra fue mi primer maestro. Luego llegó Gaudí, y él me presentó al Gran Maestro”, confesó.

Sotoo reveló una idea clave en su obra: no solo él es el artista. “Cada vez que hago algo, siento que no lo he hecho yo. Suena raro, pero alguien me está utilizando. Es mi cuerpo, tengo alma, pero dentro del alma hay algo más. Eso me guía. Puede llamarse espíritu, Maestro, amor…”, afirmó con sencillez. Citando a Gaudí, recordó: “El hombre no crea. Solo puede encontrar si busca. Pero para buscar bien hay que tener fe”.

A lo largo de su intervención, el escultor explicó también algunos de los símbolos más profundos que ha incorporado en su obra en la Sagrada Familia, como las gárgolas inspiradas en los evangelistas o los relieves eucarísticos formados por espigas de trigo y amapolas. “Sin misterio no podemos vivir”, insistió. “Y dentro del misterio hay un camino, que es la fe”.

Cerró esta primera noche de Santo Tomás Moro el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, Alfonso Bullón de Mendoza, quien agradeció a todos los asistentes su presencia y destacó la importancia de “reunir al mundo de la cultura recordando a una figura de la talla de Tomás Moro, alguien capaz de morir por lo que más quería”. En medio de una época “tirando a oscura”, reivindicó la esperanza cristiana como fuerza transformadora.