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Letta, víctima del fuego amigo

El primer ministro italiano, Enrico Letta, presenta hoy su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano
El primer ministro italiano, Enrico Letta, presenta hoy su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitanolarazon

Por primera en veinte años, la inestabilidad politica en Italia no es culpa de Silvio Berlusconi. Muy por el contrario, el todavía primer ministro, el socialdemócrata Enrico Letta, ha sido víctima de una puñalada a manos de su correligionarios del Partido Democrático. La decisión del jefe de Gobierno de renunciar a presentarse a las primarias de diciembre para liderar el PD dejó el camino libre al ambicioso alcalde de Florencia, Matteo Renzi, que tras ser elegido secretario general no ha dejado de boicotear la actividad del Gobierno y poner zancadillas a Letta. Mientras el presidente del Consejo de Ministros italiano se ha concentrado en gobernar un país que lleva dos décadas sin poner en marcha las reformas que necesita, Renzi se ha dedicado a flirtear con la bestia negra de la izquierda italiana, Silvio Berlusconi, con el que ha pactado una reforma de la ley electoral al margen del Ejecutivo.

Sin experiencia política y sin disimular su ambición, Renzi, de 39 años, ha sacrificado a un político honesto y eficaz por mera ambición política. La reunión celebrada por ambos el miércoles en el Palacio Chiggi mostró las posturas irreconciliables de los líderes de la cainita izquierda italiana. Mientras Letta anuncia su programa político para el año 2014, Renzi le pedía la renuncia al primer ministro, al que ofrecía el Ministerio de Exteriores como premio de consolación. Una mediocre recompensa para un dirigente que hace un año logró la hazaña de poner de acuerdo a izquierda y derecha para gobernar juntas tras 61 días de parálisis política. Anticipando su inminente crucifixión política, Letta suspendió un viaje previsto a Londres y permaneció en su despacho a la espera de su sentencia de muerte, que vino a media tarde. 136 dirigente del PD apoyaron a su secretario general, 16 votaron en contra y tres se abstuvieron.

Renzi, que promete dar un giro de 180 grados a la tradicional política de país transalpino y gobernar hasta el final de la legislatura en 2018, cree que será capaz de sobrevivir a la maldición italiana: la congénita inestabilidad política de un país que ha visto pasar trece primeros ministros en 24 años. ¿Cómo piensa Renzi romper este maleficio? Su falta de experiencia política y sus ansias de poder no le ayudarán demasiado. Por ahora, sus socios de coalición, el Nuevo Centro Derecha de Angelino Alfano y la Alianza Cívica de Mario Monti no se lo pondrán nada fácil. Una cosa es lanzar mítines y proclamas desde los medios de comunicación y las redes sociales y otra muy distinta es gobernar un país como si cada día fuera a ser el último.