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Meteorología
El fenómeno de "La Niña" volverá en verano de 2024 y los expertos alertan de su alta intensidad
La NOAA prevé la formación de entre 17 y 25 tormentas con nombre propio. De éstas, entre 8 y 13 podrían convertirse en huracanes
La temporada de huracanes en el Atlántico de 2024, que se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, se presenta con una probabilidad del 85% de superar los niveles normales de actividad, según los últimos pronósticos de la la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). El fenómeno de La Niña, que se está desarrollando en el océano Pacífico, tiene repercusiones globales. Su opuesto, El Niño, predominó el año pasado y tendió a moderar la actividad de huracanes en el Atlántico Norte.
"Esta temporada será extraordinaria en muchos sentidos", afirma el director de la NOAA, Rick Spinrad. Además, destaca que la agencia nunca había anticipado un número tan elevado de huracanes para mayo en años anteriores. Se espera que entre 17 y 25 tormentas con nombre se formen durante este período (vientos de 62 kilómetros por hora o más), con 8 a 13 de ellas convirtiéndose en huracanes (vientos de 120 kph o más), incluyendo de 4 a 7 huracanes importantes (categoría 3, 4 o 5; con vientos de 178 kph o más).
Las previsiones de la NOAA se basan en una serie de factores, incluidas temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el Océano Atlántico, el desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico, la reducción de los vientos alisios del Atlántico y una menor cizalladura del viento, todo lo cual tiende a favorecer la formación de tormentas tropicales, según explica la agencia en un comunicado.
Además, existe la posibilidad de que se produzca un monzón en África occidental por encima de lo normal, lo que podría generar tormentas más intensas en el Atlántico. Los vientos alisios ligeros también pueden permitir que los huracanes se fortalezcan sin obstáculos significativos.
El cambio climático causado por el ser humano está exacerbando estos riesgos, calentando los océanos y aumentando el nivel del mar, lo que aumenta el peligro de marejadas ciclónicas. El aumento del nivel del mar representa una clara influencia humana en el daño potencial, advierte la NOAA.
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