La Junta Electoral prohíbe el uso de esteladas en los edificios públicos

La Junta Electoral Central ha dado la razón a Societat Civil Catalana y ha ordenado retirar las banderas independentistas de edificios públicos en Cataluña para no interferir, en aras de las "neutralidad", en el desarrollo de la campaña electoral.

Los esfuerzos de Sociedad Civil Catalana para que las esteladas no dominen los espacios públicos, al menos durante la campaña electoral, comienzan a dar sus frutos por una parte, y amenazan con un rebrote de la guerra de banderas, por otra. La Junta Electoral Central (JEC) dio ayer cobertura a la solicitud de SCC al dictaminar que deben retirarse todas las banderas independentistas de los ayuntamientos y de las escuelas de la Generalitat, ya que son «incompatibles con la obligación de neutralidad de los poderes públicos».

Los vicepresidentes de SCC, Susana Beltrán y Joaquim Coll, argumentaron en su momento que la estelada es un símbolo respetable en actos propagandístico pero censuraron su exhibición como bandera institucional. La orden de la Junta Electoral, que no menciona explíctamente las banderas independentistas de Cataluña, es «abstenerse de colocar en edificios públicos y locales electorales símbolos que puedan considerarse partidistas».

Según Sociedad Civil Catalana, al menos 323 municipios catalanes se verían afectados por el acuerdo de la JEC, aunque esta entidad contraria a la independencia entiende que se deben incluir en esta decisión de la JEC las esteladas ubicadas también en plazas y rotondas, al ser también espacios públicos. Hoy darán más detalles de su postura en una rueda de prensa.

La resolución de la Junta Electoral fue recibida con agitación por parte de los independentistas. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) no tardó mucho en reaccionar y lo hizo con un llamamiento a la rebelión para que los catalanes cuelguen banderas independentistas en los balcones de sus casas. «Cambiemos el prohibamos por el llenemos. Llenemos los balcones de “estelades”. Llenemos las urnas de votos», animó la Asamblea desde su cuenta de Twitter.

Satisfecho por haber encontrado al fin un hilo conductor para su campaña, el alcadable de ERC por Barcelona, Alfred Bosch, llamó a convertir la prohibición en «más votos independentistas». En un patio interior situado en el barrio de El Fort Pienc, Bosch pidió «decir bien claro y alto que si nos prohíben las “estelades” el pueblo catalán va a demostrar una vez más, igual que ha hecho a lo largo de su historia, que no se somete a ninguna mordaza».

Bosch reprochó a las instituciones del Estado español que «empiece a ser una costumbre esto de prohibir» expresiones de la voluntad de los catalanes, e instó a «convertir las prohibiciones (de banderas independentistas en edificios oficiales) en símbolos de libertad». «Demostremos que no podrán hacernos callar», exclamó el alcaldable de ERC.