Elecciones andaluzas
El «pseudolleno» de Iglesias
El mitin final de campaña reúne a 14.000 personas en Dos Hermanas, donde PP y PSOE congregaron a más del doble.
Dos Hermanas cambió el rojo por el morado. El velódromo nazareno, un clásico de las campañas socialistas, protagonizó el fin de fiesta de Podemos. El reto no era banal. Lo anunció la propia Teresa Rodríguez, candidata a la Junta de Andalucía, el pasado 4 de marzo en la presentación del programa electoral. Ya entonces hablaron de cubrir «18.000 plazas» que permite la infrautilizada instalación del Ayuntamiento que dirige el socialista Francisco Toscano desde que hay memoria. La realidad era otra.
En el propio Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla publicado el 11 de febrero se hacía referencia a los espacios públicos disponibles para la celebración de actos electorales. En el caso del velódromo municipal de la popular barriada de Los Montecillos se fijaba una «capacidad para 30.000 personas». Un número bastante aproximado al que Zapatero congregó en 2004, y un récord de participación que en septiembre de 2009 superó Mariano Rajoy. Podemos decidió tirar para esta ocasión de toda su artillería pesada: la presencia del propio Pablo Iglesias e Íñigo Errejón fue anunciada ese mismo día. También estuvieron, aunque no estaba anunciado, Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa. El coste del evento se fijó en 99.700 euros, incluyendo gasto en autocares y una repetida cuña publicitaria en las emisoras de la comunidad con el reto de «hacer historia».
La esperanza era que sucediera algo similar al pasado 16 de enero, en el primer mitin de Iglesias en Sevilla. En esa ocasión, las 3.500 localidades del Palacios de Congresos de la capital hispalense «volaron» en apenas cuatro horas. No fue el caso. Durante varios días Podemos Andalucía no facilitó información sobre las entradas repartidas «on line» a consultas realizadas por este diario y, a escasas 72 horas de la multitudinaria convocatoria, el partido morado esgrimía el informe del ingeniero Ignacio González, que hacía mención al Plan de Autoprotección de los centros, establecimientos y dependencias dedicados a actividades de este tipo, para acotar el aforo a 12.000 personas por motivos de seguridad, cifra que amplió a 14.000 poco después.
Un segundo objetivo que se cumplió con creces, pero que para nada se acercó a la ambición de Iglesias, que no se ha cansado de repetir que «Podemos ganará el Gobierno de Andalucía». ¿Fue un éxito el evento? Lo fue porque el aspecto visual del velódromo era de lleno o «pseudolleno», según se mire o con qué se compare. El mitin se retrasó más de una hora sobre el horario fijado. Aunque el dato más explotado fue que ni sumando los asistentes a Fibes, donde cerró la campaña el PP-A, ni en el Polideportivo de la Universidad Pablo de Olavide, donde lo hizo el PSOE-A de Susana Díaz, superaban a quienes pidieron «un cambio en Andalucía» dejando atrás «décadas de resignación». Y al grito de «sí se puede», Pablo Iglesias tuvo su momento de gloria en Sevilla, aunque menos de la anunciada.
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