Pedro Sierra: «A Rivera le dedicaría ‘La Ritirata’ de Vivaldi»

Es el candidato de la ciudad talismán de Albert Rivera: Ávila. Pedro Sierra es el candidato de Ciudadanos en la ciudad donde nació la Transición y Adolfo Suárez, al que tanto miran. Le encantaría «ser también el talismán de Rivera» y cree que «extrapolado a otros tiempos Rivera es el nuevo Suárez», quien representa el «cambio sensato desde el espacio del centro». Sierra recuerda que C’s da importancia a Suárez, González y Aznar, pero a partir de ahí, dice que llegó la oscuridad y «por eso nosotros hablamos siempre del cuarto proyecto» y «queremos establecer una segunda transición».

Sierra promovió en el municipio de Lanzahita, donde es alcalde, que la calle más importante llevara el nombre de Suárez, algo de lo que se siente «muy orgulloso». «Lo hicimos de una manera sencilla, sin fastos». Y fue el secretario del Ayuntamiento quien habló con la familia. Asegura que no le conoce, y ¿le va a pedir el voto? «A eso no he llegado, pero intentaremos llegar y pedir la confianza a todo el mundo. Sería una buena idea establecer una relación con la familia, pero para trasladarle nuestro sentimientos, el de Ciudadanos y el mío en particular».

Psicólogo clínico, sonríe cuando le preguntan si es el encargado de poner la cordura en el «cambio sensato» del que habla Rivera. «Mi especialidad es la psicología clínica y no veo mucha conexión de ello con la política. Siempre hay que ser un poco psicólogo, pero no me viene mal para ser más receptivo y escuchar». Dice que ya se ha puesto «las gafas de la nueva política» y «cuando me hice político nunca he dicho que lo era, siempre me he definido como gestor y eso es algo que descubrí que también está en el ADN» del partido. Cree que los ciudadanos «quieren que se gestionen sus intereses y no ocupar escaños, o ser muy buenos tertulianos en televisión o acumular cargos».

Entró en política dentro de una candidatura independiente (PCAL). «Me sumé porque los vecinos me lo demandaban; había un acalde anterior que llevaba 28 años y me hicieron sopesar la idea. Para mí fue un reto». Después, en noviembre de 2014, se afilió a Ciudadanos, logrando la única mayoría absoluta del partido en toda la provincia de Ávila.

El pueblo del que es edil tiene algo más de 900 habitantes. Dice que no teme la fusión que propone su partido de agrupar la gestión de ayuntamientos con menos de 5.000 habitantes porque «eso no los va a hacer desaparecer». «Es una estrategia electoral que no es verdad. En Ávila siempre ha habido un cheque en blanco al bipartidismo y como hay expectativas para nosotros pues ponen en nuestra boca cosas que no son. Nunca vamos a a eliminar municipios ni alcaldes; lo que pretendemos es fusionar gastos comunes entre varios municipios como se hace en Europa». Si sale elegido diputado, dice que dimitirá como alcalde y que sus vecinos no le dieron su confianza para eliminar los pueblos.

Ha vivido varias temporadas en San Petersburgo, habla ruso, idioma que procura no olvidar «me costó mucho aprenderlo» asegura. Desde niño su «compañero» ha sido el violín y toca canciones incluso rusas. Asegura que la campaña le suena a «La Primavera» de Vivaldi y a Rivera le dedicaría «La Ritirata de Madrid».

Su campaña será en los mercados, en los bares... «Los mítines antiguos ya no funcionan». Los vecinos le piden trabajo. «Es la primera puerta a la que llaman; somos el padre de todos los vecinos».

Confiesa que ha tenido con su partido «convenciones de coaching» para afrontar las campañas. ¿Y se encomienda a Santa Teresa o no necesitan milagros? Aunque no se considera católico practicante, dice que sí que es creyente y cuando pasa por la puerta «me encomiendo». La verdad padece, pero no perece, decía Santa Teresa. ¿Sigue valiendo ahora esta afirmación? «Pues sería bueno de eslogan», asegura.

Confiesa que en su partido son todos «muy buenos compañeros», que hay muy «bueno rollo» y tienen un «chat de candidatos».

Aún no ha podido leerse todo el programa, aunque lo tiene coloreado, pero dice que se lo conoce y lo hace suyo. Asegura que algunas encuestas le dan «el extra de motivación cuando te levantas por la mañana» y se las cree.