Elecciones municipales

Sánchez no «remata» el 26-M

Los socialistas ganan las europeas y las municipales, pero no tienen asegurado conservar Aragón y no logran materializar la gesta de la Comunidad de Madrid.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, votó ayer en Pozuelo de Alarcón, por lo que no pudo hacerlo por Pepu Hernández. Foto: Alberto R. Roldán
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, votó ayer en Pozuelo de Alarcón, por lo que no pudo hacerlo por Pepu Hernández. Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Los socialistas ganan las europeas y las municipales, pero no tienen asegurado conservar Aragón y no logran materializar la gesta de la Comunidad de Madrid.

«El 26-M tenemos que rematar la faena del 28-A». Pedro Sánchez encaraba los comicios de ayer como una suerte de reválida al vuelco electoral que logró hace menos de un mes. Para tamaña empresa la participación se antojaba de nuevo clave, porque tanto la extenuación del votante como un miedo a Vox ciertamente diluido tras sus 24 escaños, jugaban en su contra. Los socialistas ganaron las elecciones municipales y europeas, pero apenas registraron un avance significativo a nivel territorial, donde no tienen asegurado revalidar todos sus feudos y no logran materializar la gesta de la Comunidad de Madrid.

Los socialistas consiguieron su objetivo de ganar las europeas y las municipales, en el horizonte del 30%, y aunque fueron la fuerza más votada en todas la comunidades a excepción de Navarra y Cantabria, apenas lograron materializar un cambio de gobierno significativo. Es más, la noche del PSOE se cuenta por los hitos pendientes: entre ellos, Aragón y Castilla y León, uno de los feudos que atesoraba y otro de los que esperaba arrebatar al PP. Para ambos, los socialistas necesitarán recurrir a Ciudadanos. Mención aparte merece la Comunidad de Madrid que volvió a escapársele de los dedos a Ángel Gabilondo a lo largo del escrutinio. La dependencia de Ciudadanos quedó de manifiesto en la comparecencia de Sánchez en la noche electoral.

El presidente en funciones dejó de lado el balcón de celebraciones para rodearse de gran parte de su Gobierno en la sala de prensa de Ferraz. Una imagen en fondo y forma. El fondo, la petición a Albert Rivera de que «levante el cordón sanitario» que ha impuesto al PSOE. Una alianza de ambas formaciones podría darles un poder sin precedentes, desde los citados territorios hasta La Moncloa. La forma, una imagen de solvencia de su gabinete que aleja la eventualidad de un ejecutivo de coalición con Unidos Podemos, que no ha sido decisivo en estos comicios para retener o conquistar el poder. La baza de presión que Iglesias esperaba jugar se desvanece.

Los socialistas mantendrían Castilla-La Mancha y Extremadura, con mayoría absoluta, y podrían gobernar con pactos en Asturias y Baleares, donde serían la fuerza más votada. También lo son en Aragón, La Rioja, Murcia y Castilla y León, un vuelco que –si bien es histórico– podría no tener efectos, ya que el color del gobierno quedará en manos de Ciudadanos. «Donde el PSOE no pueda gobernar será porque las derechas de PP y Ciudadanos pactarán con la ultraderecha», espetó ayer Sánchez. La Rioja y Canarias serían los únicos territorios que los socialistas podrían conquistar. El PSOE tampoco aprueba su asignatura pendiente, las grandes ciudades. Solo mantienen Sevilla, serán decisivos en Valencia y Barcelona y pierden una Zaragoza, donde por momentos pudieron gobernar. No serán llave de gobierno en Madrid, donde la división de la izquierda y el fiasco de Pepu Hernández, que empeoró los resultados de 2015, impide que Manuela Carmena revalide la alcaldía.

La alegría para el PSOE vino de Europa, porque aunque a priori sean las elecciones menos atractivas, son las que mejor visualizan el panorama nacional al ser circunscripción única. El PSOE ganó estos comicios, con 20 diputados, convirtiéndose en la delegación más numerosa y Sánchez en el líder de la socialdemocracia europea. Los socialistas incrementan en seis escaños su representación en unas elecciones que provocaron en 2014 la dimisión de Rubalcaba y abocaron a la etapa de mayor inestabilidad interna del PSOE.

Los resultados de este domingo tendrán suma importancia en la siguiente etapa que se abre a partir de hoy a nivel nacional: las negociaciones para la investidura de Sánchez. Sin alternativa al líder del PSOE, la dependencia de los socialistas de Unidos Podemos en territorios es mínima. El apoyo que podría amarrarse es el de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados, si PSOE y CC pactan un ejecutivo conjunto en el archipiélago.