El futuro de Cataluña

Junts «rastrea» a Illa para golpearle en campaña

El equipo de Puigdemont hará pinza con el PP y usará las comisiones de investigación para desgastar a Sánchez y a su principal rival político.

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, a su llegada a una conferencia, en Mairie d'Elne (Ayuntamiento de Elna), a 21 de marzo de 2024, en Elna (Francia). Puigdemont ha anunciado que va a ser el candidato de Junts para las elecciones al Parlament de Catalunya el próximo 12 de mayo. 21 MARZO 2024;PUIGDEMONT;INDEPENDENTISTAS;JUNTS;JUNTXCAT;JUNTS PER CAT;CANDIDATO;ELECCIONES;PRESIDENTE;GENERALITAT; Glòria Sánchez / Europa Press 21/03/2024
Puigdemont anuncia que será el candidato de Junts para las elecciones catalanas del 12 de mayoGlòria SánchezEuropa Press

El ex ministro Salvador Illa, candidato del PSOE a las elecciones catalanas del 12 de mayo, tiene a los socios de investidura de Pedro Sánchez buscando bajo todas las alfombras que ha pisado en la gestión pública para ver si le encuentran algún flanco débil con el que atacarle en la campaña electoral.

Las mascarillas, la pandemia, la gestión sanitaria, los contratos y la sombra del «caso Koldo» mantienen ocupados a los socios independentistas, sobre todo al equipo de Carles Puigdemont, para el que los suyos rebuscan por distintas vías una «percha» con la que dar de alguna manera entidad a las maledicencias que circulan por los cenáculos madrileños, pero que no se han sustanciado hasta ahora en nada que afecte realmente al exministro.

Hay gente «trabajando» solo en esto, en encontrar el fango con el que manchar al candidato de Sánchez, convertido en la primera pieza de caza en estas elecciones para Puigdemont y para Junts. Al prófugo de la Justicia española empiezan a llegarle datos que le anuncian una caída de ERC en escaños que redunda en beneficio de su partido, una vez que anunció que opta a la Presidencia de la Generalitat con la expectativa de que esta vez sí será posible su regreso a Cataluña.

Por tanto, en la guerra dentro del independentismo Junts cree que los vientos empiezan a soplar más a su favor que de ERC. Su primera meta es ganar en escaños a los republicanos, cobrándose así Puigdemont la venganza personal sobre Oriol Junqueras con la que lleva soñando desde que huyó de España para no responder a las cuentas pendientes que tiene con la Justicia.

El PP lanza mensajes en clave sobre la esposa de Sánchez porque sabe lo que seguirá publicándose

La segunda meta para Puigdemont es Illa, que la victoria del socialista que anuncian los sondeos en votos y en escaños sea lo más débil posible. Si el independentismo no consigue mayoría, y Junts se queda como segunda fuerza del Parlament, ya anticipan en el entorno de Puigdemont que Sánchez y el PSC «tendrán que sudar sangre».

La política es hoy como un estercolero en el que la pulsión de las campañas electorales que se han echado de nuevo encima en el calendario no está en lo programático, sino en ver quién puede arrojar más barro al contrario. En ese sentido, el Gobierno de coalición tiene una clara desventaja en la comisión de investigación que han creado en el Congreso con respecto a la que el PP ha puesto en marcha en el Senado.

El PP tiene la mayoría absoluta en la Cámara Alta para controlar el calendario y la agenda de los trabajos parlamentarios. El PSOE, en esto, como en todo lo demás, está en manos de sus socios, y a Puigdemont, por empezar por uno de ellos, no le interesa que ese marco parlamentario sirva para engrandecer la gestión de Illa o la marca socialista y debilitar la del PP. El PP no es su competidor en las elecciones catalanas, y si hace falta hacer pinza con los populares, la hará, no porque haya ni siquiera una negociación de por medio, sino por coincidencia circunstancial en intereses, al margen de la diferencia absoluta que les separa en el tema de la cuestión territorial o sobre el pacto fiscal y el referéndum de autodeterminación.

La dirección popular se guarda importantes cartas para la comisión del Senado. Algunas de ellas afectan directamente a Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, y para entender los mensajes en clave que lanzan algunos de los principales dirigentes populares hay que valorar que parece ser que están en conocimiento de los puntos básicos del dosier de información que, poco a poco, se irá canalizando mediáticamente. Esto es lo que da sentido a esos mensajes enigmáticos de Alberto Núñez Feijóo, señalando, por ejemplo, al entorno del presidente del Gobierno, advirtiéndole en la sede de la soberanía nacional de que «en su casa» no gusta las cosas que dice y presentándole, prácticamente, como rehén de una situación en la que la negación de los hechos que señalan a un posible tráfico de influencias se volverá en su contra.

Puigdemont va a por Illa; el PP, a por Sánchez, vía su esposa. Al tiempo que en la cúpula popular no preocupa la citación en la comisión del Congreso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de la que dicen que «está en tal momento de conexión» con el votante popular que no hay nada que pueda desgastarla: «sigue en estado de gracia y la campaña de la izquierda solo la afecta entre un votante que ni la ha votado ni jamás lo hará».

Citarán al presidente y a su mujer cuando la información conocida dé más fuerza a su «paseíllo»

De la misma manera que el independentismo, y Junts, en particular, tienen fijación por Illa, en Moncloa también colocan todo su arsenal en disposición de servir a la causa del exministro. Un ejemplo es la super presencia que en la campaña catalana volverá a tener el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Estará en el País Vasco, pero se volcará en Cataluña que es donde se juega el futuro de la Legislatura.

Moncloa niega que haya nada en el expediente de Illa por lo que se le pueda hacer caer, y están plenamente confiados en que la irrupción de Puigdemont hará oscilar voto dentro del independentismo, pero no afectará a la proyección de Illa. Además, en su análisis, que el soberanismo haya vuelto a encerrarse en el pulso por ver quién puja más alto en relación al referéndum y otras cuestiones que vienen de la etapa del «procés» sólo amplía el espacio al exministro para que atraiga todo el voto de los catalanes que están cansados de las ensoñaciones soberanistas y preocupados por los déficits de la gestión de los republicanos.

El ex ministro de Sanidad y candidato aterriza la campaña en la sequía o en la situación de la sanidad pública catalana: y en si es capaz de tapar con eso el duelo soberanista se juega el resultado del 12 de mayo.