Ante el 23J
Feijóo se presentará a la investidura al ser el más votado
Sube 47 escaños y romperá los plazos de la negociación de Sánchez con el independentismo
Alberto Núñez Feijóo cogió las riendas del PP en abril de 2022 empujado por los barones y cargos del partido porque o daba el paso adelante o el PP corría un riesgo serio de estallar por dentro, incluso de desaparición. Hoy ha completado la etapa que se abrió entonces con una victoria en las elecciones generales, con 47 escaños más que en 2019: pero sin tener despejado el camino para aspirar a ser el próximo presidente del Gobierno. La primera gran oportunidad de venir a Madrid la tuvo en 2018, tras la moción de censura y la marcha de Mariano Rajoy, pero la dejó pasar hasta que la crisis provocada por la gestión del equipo de Pablo Casado no dejó otra salida, ni a él, personalmente, ni al partido. Ahora, como lista más votada se presentará a la investidura, aún sin tener los apoyos necesarios. Y colocará en el centro de la agenda el hecho de que hay que elegir entre él, como lista más votada, y Pedro Sánchez, dependiendo de Bildu, ERC y de Junts. El líder popular irá a por todas, y romperá los plazos a Pedro Sánchez, para que se ponga en marcha el reloj de la convocatoria de unas nuevas elecciones. En el PP valoraban ayer la caída en las expectativas como consecuencia del papel de Vox, a quien responsabilizan de los malos resultados. Vox no sube y además perjudica al conjunto de la derecha, es un instrumento de la izquierda. Pero en las primeras horas en el partido también hacen autocrítica de la gestión de los pactos con los de Abascal, mirando sobre todo a la Comunidad Valenciana. Ahora ya no tiene sentido el lamento, y a lo que van es a reivindicar su papel de lista más moderada y centrista. Los resultados de Santiago Abascal no han sido buenos con respecto a los que obtuvo en el 2019, y también le niegan el papel de llave del futuro gobierno. Desde el PP advirtieron ayer de que no hay modelo que no pase por Feijóo o por el «sí» exprés de EH Bildu y de Junts y demás socios. «Reivindicamos para Feijóo el mismo compromiso que Feijóo tuvo, por ejemplo, en Vitoria, para restar capacidad de decisión a la izquierda abertzele». «No entenderíamos una decisión que no fuera en esta dirección y recordamos que nunca este país hizo presidente a quien había perdido las elecciones».
El problema ha sido Vox, insisten en el PP. Ya antes de confirmarse el resultado de ayer, los populares aseguraban que son mayoría los que dicen que no ven a Feijóo gobernando con ellos. Hablan de incompatibilidad e inestabilidad ante ese escenario. El líder popular siempre ha marcado líneas rojas y un discurso de ruptura claro con los planteamientos más identitarios de Vox: violencia machista, migración, cambio climático. Y en su círculo de confianza son también conscientes de que la coalición con Vox les fuerza a enfrentarse a los mismos riesgos que se han llevado a Sánchez por delante. Feijóo prometió un Gobierno de unión de los españoles y la entrada de Vox en el Consejo de Ministros supondría llevarlo a la lucha más ideológica e identitaria, aunque ahora en el terreno de la derecha a la derecha del Partido Popular. Los mismos conflictos que con la coalición de izquierdas en materia de igualdad, de políticas de medio ambiente o, en este caso, en el ámbito territorial, pero por el otro extremo.
Además, no hay confianza entre las dos cúpulas de los partidos. Génova tiene abierto un diálogo con Santiago Abascal, pero cree que él no es quien manda en las decisiones de Vox, sino la facción más radical, conectada con la falange o la organización ultracatólica de El Yunque.
Con la investidura sometida a la incertidumbre de la negociación postelectoral, la victoria de ayer del PP le llega en un momento dulce. Hay unidad interna, consolidada en la etapa de Feijóo, y se han hecho con un control amplio del poder territorial.
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