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Del afilador al DIY: Así ha evolucionado el ‘afilado’ sector de los cuchillos en España

La venta de servicios 'puerta a puerta' ha dejado paso a empresas que comercializan todo tipo de opciones, tanto para usos domésticos como profesionales

Afilador de cuchillos Horl
Del afilador al DIY: Así ha evolucionado el ‘afilado’ sector de los cuchillos en EspañaHORL, Markus RufHORL, Markus Ruf

Hay pocas melodías tan icónicas como el silbato del afilador. Una profesión centenaria que se encarga de cuidar de uno de los elementos más importantes para la cocina: los cuchillos. Un empleo que podríamos decir que está ya en 'vías de extinción', pero no así su función principal, que sigue siendo tan necesaria como siempre.

“¡Se afilan cuchillos y tijeras!”

Aunque pueda parecer lo contrario, la profesión del afilador puerta a puerta pervive todavía en muchos pueblos y ciudades de la geografía española. Y no solo en la España vaciada, muchos habitantes de los barrios de Madrid todavía alzan la vista al cielo cuando oyen el silbido del afilador.

La función de estos ‘emprendedores’ está clara: mejorar la vida útil de los cuchillos que tenemos en casa. Para ello, van equipados con un torno con una o varias piedras. Lo primero es ‘vaciar’ el cuchillo, es decir, desgastar la hoja sutilmente para hacer su ángulo más pronunciado. Después, con el mismo método, se genera la ‘rebaba’, que es lo que realmente afila el cuchillo, para finalmente pasar una banda de cuero con la que se asienta el filo para hacerlo más duradero.

Empresas de distribución de piedras

Sin embargo, lo ‘aleatorio’ de la llegada del afilador, y los altos precios que suelen cobrar por el trabajo (entre 5 y 20 euros por cuchillo) hacen que las personas que necesitan de sus servicios, como los cocineros profesionales y los aficionados a la cocina, estén buscando nuevas alternativas.

Y así es como surge la segunda ola del afilado de cuchillos. Aquí entran en juego empresas que se dedican a la fabricación y exportación de piedras de afilado, en su mayoría asiáticas. Controlarlas es mucho más complejo, pero los resultados son más duraderos. Un modelo de estas piedras, con diferentes grosores que actúan a modo de ‘lijas para los cuchillos’ oscila entre los 20 y 60 euros.

La solución de una empresa familiar

Como decimos, afilar los cuchillos en piedra es una de las opciones más económicas, pero requiere de dos cosas que muchas personas no poseen: tiempo y paciencia para aprender. Es por eso que surgen nuevas soluciones a los viejos problemas de siempre, como las que proponen desde Horl.

Esta empresa alemana fue fundada en 2016 por Otmar Horl y su hijo Timo y que cuenta con una curiosa historia detrás. Y es que Otmar, ingeniero mecánico que trabajaba como jefe de equipo había esbozado en los años 90 una idea que podría cambiar el mundo del afilado para siempre.

Sin embargo, la idea no terminó de arrancar por falta de apoyo. Años más tarde, cuando su hijo Timo, que trabajaba como diseñador, descubrió el trabajo de su padre y las soluciones de afilado que ofrecía, lo convenció para que convirtiera su idea en realidad.

Así comenzó su nueva aventura: Timo y Otmar desarrollaron la primera generación de afiladores Horl, una herramienta fabricada en madera maciza, compuesta de dos discos de afilar: uno de diamante industrial y otro de acero inoxidable.

Este aparato permite obtener fácilmente un buen filo sin necesidad de tener conocimientos previos. Y éste es el punto fuerte del invento de este dúo padre-hijo: hacer posible que cualquier persona pueda afilar sus cuchillos de manera rápida y con un resultado de afilado profesional.