Inteligencia Artificial

La bodega que cultiva IA para la elaboración de vinos

Matarromera empieza a usar esta tecnología, de momento para cuestiones más administrativas, en la gestión de sus viñedos

EVENTO MICROSOFT MATARROMERA
EVENTO MICROSOFT MATARROMERABorja MerinoInfo@b

En este segundo año de la era de la Inteligencia Artificial Generativa, empiezan a verse algunos claros entre tantos destellos y alucinaciones de la tecnología y sus proveedores y los nubarrones que muchos usuarios y escépticos pintaban.

Así, empieza a ser evidente que muchas empresas están usando esta herramienta, pero más para cuestiones administrativas y burocráticas que de innovación.

Sí, pero no

Según el informe Ascendant de Minsait (Indra) «IA: radiografía de una revolución en marcha», el 65% de las organizaciones se está centrando en el desarrollo de casos de uso de Inteligencia Artificial específicos de su sector, pero el 14% reconoce no tenerlos identificados o definidos.

Este estudio, que ha pulsado la opinión de más de 900 organizaciones pertenecientes a 15 sectores diferentes, concluye que una minoría de organizaciones han empezado a buscar una mayor eficiencia y excelencia operativa a través de estas herramientas, por lo que el foco se centra en el despliegue de casos de uso para la optimización de procesos internos y la mejora de la experiencia y conocimiento de los clientes.

De hecho, solo el 10% de las entidades consultadas dispone de un Plan de Inteligencia Artificial definido y alineado con el Plan Estratégico Corporativo. El 20% de las organizaciones tiene dificultades para encontrar casos de uso de IA que aporten un valor diferencial y cuyo retorno de la inversión se pueda cuantificar. Esta proporción puede cambiar según el sector, alcanzando más del 50% en Media o Farmacia. Además, el 35% destaca su falta de visión como barrera para la adopción de la IA.

Grado de digitalización

En el caso del sector Industria, este informe concluye que una de las claves para entender el grado de adopción y madurez de la IA en este vertical está relacionado con la inversión previa en IA. Así, para aprovechar al máximo el potencial de esta, las empresas deben haber implementado antes una sólida estrategia de gestión de datos y documentos. Las empresas más maduras en estos ámbitos escalarán los casos de IA de manera más rápida.

Este escenario descrito por el informe encaja a la perfección con Bodegas Familiares Matarromera, «un conjunto de bodegas de tamaño medio que busca competir a nivel mundial», en palabras de su director general, Julio Pinto. Una empresa que está empleando la IA (sobre todo el asistente Copilot de Microsoft) en muchas de sus tareas financieras) pero que se prepara también para emplear todos sus datos de manera que la tecnología pueda ayudarle a la hora de cultivar las uvas y elegir las mejores condiciones para elaborar sus vinos.

Para llegar hasta aquí, la empresa inició un proceso de modernización tecnológica en 2003 cuando, según detalla Carlos Moro, creador de la bodega, se sumaron a un proyecto de varias empresas (como HP, Banesto, Intel, Microsoft y Telefónica) para crear la trazabilidad informática de varios sectores. «Fuimos los elegidos para todas las bodegas», rememora el fundador de la empresa.

Cuatro años más tarde, la bodega empieza a utilizar VInotec, un ERP (software de planificación empresarial) desarrollado por la empresa española Tipsa basándose en soluciones Microsoft. En aquellos primeros años, la empresa cuenta con servidores en local, pero ahora toda su operativa está en la nube de Microsoft. Algo que, reconoce Julio Pintado, es posible por la mejora en las infraestructuras de telecomunicaciones. «Ahora contamos con fibra, radiofrecuencia, 4G y 5G, pero hace años en estas zonas rurales no era así», señalaba. El disponer de estas soluciones de gestión en la nube les permite tener «menos preocupaciones», según Pintado, entre otras cosas porque pueden acceder a ellas desde cualquier parte.

Se trata de un proyecto de migración a la nube de varios años. «Estamos terminando la fase 1 y arrancando fase 2», detallaba, explicando que todos los informes de PowerBI son dinámicos y la gestión está «profesionalizada, lo que permite reducción de costes a nivel tecnológico (se acaban las migraciones) y se automatizan procesos que eliminan esfuerzos manuales, como el envío a las administraciones (libros de bodega, hacienda…)», enumeraba.

Siguiente paso

El uso de la IA por parte de esta empresa familiar se circunscribe, sobre todo, a la toma de decisiones, que ahora están basadas en datos, lo que, según Pinto, está permitiendo reducir el riesgo y la cantidad de tiempo empleado.

Sin embargo, en la selección de las uvas recogidas la empresa sí que emplea otras tecnologías de automatización, como una máquina que realiza esta selección de las uvas basándose en parámetros de tamaño y color. Se usa desde hace 8 años. Con los raspones de los racimos Matarromera fabrica cubierta vegetal y compost para abonar sus propios campos.

La compañía sí tiene previsto utilizar todos los datos (tanto propios como de otras fuentes, como las meteorológicas) para maximizar la producción de sus uvas e, incluso, para que la IA le ayude a elaborar sus vinos en el futuro. «Toda esta transformación y gestión no sería posible sin usar tecnologías, todo se controla y analiza», reconoce Julio Pinto, quien explica que la cata de la uva sigue siendo un factor muy importante. «Tenemos analizados 15 parámetros de la uva» que condicionan su sabor y apariencia, lo que podría ayudar a elaborar estos caldos, con el «justo equilibrio entre tradición y tecnología».

Once bodegas, siete denominaciones de origen

Solo la Bodega Matarromera tiene 900.000 kilos de uva de producción anual, de los que 440.000 kilos acaban en vino. Por cada kilo y medio de uva la bodega es capaz de sacar una botella de vino al mercado. En total, la empresa tiene 1250 hectáreas de cultivo y dispone de once bodegas en sete denominaciones de origen (DO) diferentes (Ribera, Rueda, Cigales, Toro, Rioja, Ribeiro, Riais Baixas y Vino sin Alcohol). La DO madre es Ribera, donde se dispone de tres bodegas (Matarromera, Emina y Rento).