Sucesos

El padre de Diana Quer: “De mi hija no se van a reír los políticos”

Juan Carlos Quer cree que la PPR es una cuestión de «sentido común» y, si se deroga, no piensa quedarse parado: «Les llevé 3.200.000 firmas. ¿Necesitan más?»

Vista oral por el crimen de Diana Quer
El padre de Diana Quer, Juan Carlos Quer, durante el juicio por el asesinato de su hija Diana, el pasado noviembre.XOÁN REYAgencia EFE

Puede que uno de los casos más complejos que se recuerden a nivel investigativo y jurídico sea el de Diana Quer. Por distintos motivos, fue complicado llegar hasta el cadáver de la joven y convencer al jurado popular de que, antes de asesinarla, José Enrique Abuín Gey, alias «El Chicle», había agredido sexualmente a Diana: uno de los supuestos que contempla la aplicación de la prisión permanente revisable (PPR). «Ha sido durísimo hacer Justicia. Fue una sentencia histórica porque se le ha condenado por vía indiciaria. No había una sola prueba directa», recuerda su padre, Juan Carlos Quer, que entiende que la derogación de esta ley orgánica solo puede deberse a «motivaciones ideológicas». «No tendría ningún sentido», asegura a LA RAZÓN. El padre de Diana Quer, víctima colateral de «El Chicle» (siempre ha defendido que hay una víctima muerta y tres vivas: su hija menor, su ex mujer y él) cree que esta ley «no deja de ser una herramienta absolutamente imprescindible para quienes dicen abanderar el movimiento de la mujer».

«Desde la perspectiva de la protección de la mujer y de los más vulnerables de la sociedad –los que ampara la PPR– sería difícilmente entendible que, para individuos que tienen una reinserción complejísima y han cometido crímenes atroces, no se aplique una pena de ese tipo», sostiene Quer, al tiempo que recuerda que esta ley «lo único que establece es la garantía de que estos sujetos no sean jamás puestos en libertad si no se objetiviza que están rehabilitados».

Ya en marzo de 2019, este hombre logró presentar en el Congreso nada menos que 3.200.000 firmas «de ciudadanos de izquierdas, de derechas y de centro que no querían la derogación de la PPR. ¿Necesitan más?» Cree que la única razón para que se elimine ahora «es política», ya que fue incorporada en el Código Penal por el PP. Sin embargo, sostiene que «en el ámbito del PSOE, el 75% de sus votantes defiende esta ley. Y también más del 50% de los votantes de Podemos». Por eso, por el «enorme coste electoral que tendría para ellos», no cree que se atrevan a tocarla. «No se trata de una cuestión política, es solo sentido común», zanja. Además, sostiene que, en el caso de modificar esta condena, deberían platear «una pena alternativa que necesariamente debe pasar siempre por lo mismo: por entender que hay individuos que no son reinsertables».

El padre de la joven asesinada en 2016 recuerda que «el cumplimiento íntegro de las condenas no es garantía de reinserción» y pone ejemplos como el del violador del ascensor, del estilete o de Bernardo Montoya, asesino de la profesora Laura Luelmo: «Él mismo lo dijo al entrar al juzgado: no me dejen salir porque lo volveré a hacer».

Juan Carlos Quer es consciente de que el Tribunal Constitucional aún no se ha pronunciado sobre la PPR pero cree que la avalará «y si no será por alguna cuestión de forma, no de fondo». En este sentido, recuerda que está avalada por el Tribunal de Derechos Humanos Europeo y que es una cuestión que «está implantada en toda Europa por una razón muy sencilla: hay personas que no se pueden reinsertar jamás. Punto». El padre de la víctima de «El Chicle» dice que «ser progresista no es proteger a los asesinos» y que esto es una cuestión «de sentido común que debería estar fuera de la política porque se trata de la seguridad de nuestras hijas».

Ampliación de los supuestos

«No parece propio de una sociedad muy avanzada que los padres de Marta del Castillo vean salir al asesino de su hija mientras ellos la siguen buscando por vertederos». Juan Carlos Queer no solo cree que la PPR no debería desaparecer, sino que se deberían ampliar los supuestos que contempla. «Hay que castigar que un asesino no diga dónde está el cuerpo de su víctima». Por eso, advierte a los que denomina «políticos de salón» que, en el caso de derogarla, le encontrarán de frente: «No pararé. Ni yo ni los españoles. De mi hija no se van a reír los políticos. Me ha costado mucho llegar donde hemos llegado. Ha sido durísimo y no lo consentiré».