Coronavirus

Las encuestas de Sánchez

Pedro Sanchez visita fábrica de respiradores en Móstoles
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez (c), se protege con mascarilla y guantes a su llegada, este viernes, a las instalaciones de la empresa Hersill, en MóstolesJuanJo MartínEFE

Parece que están teniendo éxito las medidas de confinamiento, si tenemos en cuenta que está bajando el número de nuevos ingresos hospitalarios y de UCI, sin embargo, la alarma en torno a un colapso del sistema sanitario y que, de momento, no se baraje de manera clara ninguna fecha para la vuelta a la normalidad, está produciendo la sensación de un túnel sin luz al final. Se están poniendo a prueba muchas cosas a la vez: la capacidad de nuestra sociedad para proteger nuestra salud, la de recuperación de nuestra estructura económica, la solvencia del gobierno de coalición y la talla del propio Pedro Sánchez.

El presidente se enfrenta a una auténtica prueba de fuego. Esto no son unas primarias, ni el comité federal del PSOE, ni siquiera pactar una moción de censura tan extraña y anómala cómo la que se produjo. Esta vez el asunto es muy serio, vidas humanas y el salario de millones de españoles. La crisis financiera del 2008 se llevó por delante a un buen número de presidentes a lo largo y ancho de Europa, ya veremos cuántos resisten esta doble crisis sanitario-económica. De momento, algunos líderes parece que están reforzándose, como es el caso de Emmanuelle Macron que está disparado en las encuestas de popularidad, resurgiendo de sus cenizas después de los chalecos amarillos. Pero el presidente francés no es el único, Merkel e incluso Conte, primer ministro del país más afectado, han escalado puestos en popularidad.

Para sorpresa, Boris Johnson, el que peor ha gestionado la crisis hasta la fecha y también ha subido en valoración. Solo hay una excepción: Pedro Sánchez. Casi el 60% de los españoles cree que lo ha hecho mal y ha caído en las encuestas de forma alarmante. Si los datos fuesen solo de alguna empresa demoscópica española, podrían ser sospechosos de querer generar una opinión negativa hacia el presidente, pero se trata de varios sondeos tanto nacionales como internacionales. Es cierto que la valoración actual de los líderes no tiene porqué traducirse tal cual en las urnas. En 2008, Sarkozy gozaba de un gran apoyo ciudadano y terminó perdiendo, de la misma manera que Hollande remontó con los atentados de París para desplomarse después. Lo que sorprende es la mala percepción del líder socialista español. Felipe González, hace unos días, alabó las medidas del gobierno pero deslizó alguna crítica sobre su política de comunicación.

Sea como sea, es indudable es que se ha abierto la veda mediática y política desde la oposición contra Sánchez y si no sale reforzado ante la opinión pública durante estos días, difícilmente podrá salvarse con lo que vendrá después en términos de paro, cierres de empresas y destrozo económico. También tendrá que analizar el equipo del presidente porqué los ciudadanos en todos los países de han alineado con sus dirigentes y, en cambio, en España, Sánchez no consigue caer bien. El presidente necesita más que nunca que el bueno de José Félix Tezanos le eche las cartas.