Coronavirus

Estado de alarma «sine die»

Sánchez amplía el periodo de excepcionalidad, advirtiendo de que «serán más de 15 días». Las restricciones se irán relajando después de Semana Santa, con la reactivación de la producción no esencial

El Gobierno acaricia ya el primero de los tres hitos que se marcó en la lucha contra el coronavirus. «Los datos de los expertos pronostican que, una vez superado el pico de propagación del virus, estamos en condiciones de doblegar la curva de expansión de la epidemia», anunció ayer Pedro Sánchez. Sin embargo, aunque el objetivo inicial esté al alcance de la mano, el Ejecutivo no está dispuesto a «bajar la guardia» y volvió a «implorar» a la ciudadanía «sacrificio, fortaleza y moral de victoria» para seguir avanzando en las sucesivas etapas de esta carrera de fondo que es la lucha contra el COVID-19. «Necesitamos algo más de tiempo», reclamó Sánchez para reducir aún más la propagación del virus y evitar el colapso de un sistema sanitario que ya comienza a aliviar la presión que ha vivido en los últimos días.

Este doble fin lleva al Gobierno a promover una nueva prórroga del estado de alarma que aprobará el Consejo de Ministros el próximo martes y que se debatirá en el Congreso de los Diputados el jueves 9 de abril. Aunque el mandato constitucional establece que los periodos de ampliación son de 15 días, el jefe del Ejecutivo avanzó que «quedan varias semanas de restricciones» por delante. Sin fijar un horizonte claro, Sánchez aseguró que a finales de abril «no habrá acabado todo», vendrán «sucesivos estados de alarma» que no serán homogéneos, pues se irán modulando en función de la evolución del virus y también de la «eficacia» y del «grado de cumplimiento» de las medidas aprobadas hasta ahora.

Esta relajación de las medidas tendrá un efecto inmediato tras la Semana Santa, cuando se levantará el cierre total de la producción. Tras un profundo debate en el seno del Consejo de Ministros, el Gobierno ha decidido no prolongar más allá de lo previsto inicialmente el parón de los sectores «no esenciales» que cesaron su actividad entre el lunes y el martes de esta semana. «El 9 de abril se volverá al estado de alarma anterior», destacó Sánchez. Esto es, el lunes 13 estas actividades –construcción, empleadas del hogar, industria...– volverán a reactivarse tras un parón de algo más de diez días que el Ejecutivo ha considerado suficiente para reducir la movilidad –a niveles del fin de semana– y por tanto la expansión del virus. En todo caso, desde Moncloa se apela continuamente a la «máxima cautela» y se condiciona el aval a cualquier plan futuro a la evolución de la pandemia, que podría obligar a modificar estas actuaciones sobre la marcha.

Sánchez considera que el plazo de esta nueva prórroga es el tiempo que el sistema de salud necesita para recuperarse en capacidad y de la tensión a la que se ha visto sometido en las últimas semanas, de manera que se pueda reducir el número de contagios, «hasta el punto de que los nuevos enfermos sean menos que los nuevos sanados». Para esta segunda etapa, una vez doblegada la curva y superado el pico, se trabaja en una suerte de plan de «transición» en el que llevan semanas implicados técnicos y expertos científicos. Una fase en la que el control de la epidemia se pueda compatibilizar con una paulatina vuelta a la normalidad. En esta dirección se ubica la recomendación de hacer extensivo el uso de mascarillas a toda la población, realizar test masivos a los ciudadanos para valorar la inmunidad o el riesgo de contagio del virus antes de su exposición pública e implantar aplicaciones para monitorizar el avance del virus.

Pactos de La Moncloa 2020

El Gobierno está trabajando a medio plazo en «amortiguar el bestial impacto económico y social» que está generando la pandemia. Sánchez buscará concitar la máxima unidad para esta etapa de reconstrucción, una unidad que no se circunscribirá únicamente al ámbito político, sino también entre empresarios y trabajadores en el marco del diálogo social o en lo territorial entre comunidades autónomas. «Deberemos pasar a una unidad sin duda alguna más fuerte y más compacta», dijo, para evocar inmediatamente a John F. Kennedy en su famoso discurso: «Deberemos pasar del “qué pueden hacer los demás por mí” al “qué puedo hacer yo por los demás”». Una actitud que ya adoptó España hace 40 años, en «los Pactos de La Moncloa cuando logró conjurar gravísimas amenazas para nuestra economía y también de nuestra democracia».

Preguntando por los medios si estaría dispuesto a reeditarlos como así se deslizó ya por algún miembro de su Gabinete a lo largo de esta semana, el presidente del Gobierno aseguró tajante que sí buscará este consenso para la tarea de «relanzamiento» y «reconstrucción» nacional. «Buscaré una unidad en todos los frentes y apelaré cuando llegue el momento a una reconstrucción también a nivel nacional como lo fueron los Pactos de La Moncloa», destacó. Una vocación de consenso que le nace a Sánchez después de haber actuado unilateralmente en los últimos días y mantener el rota la interlocución durante 12 días con los partidos de la oposición. Un silencio que ha puesto en riesgo el apoyo de estos partidos a los decretos que tendrá que aprobar próximamente en el Congreso.