Coronavirus

“Deshibernación”: Sánchez rectificará el parón productivo si crecen los contagios

Se aplicará un sistema de “marcadores” para medir la propagación del virus y la respuesta sanitaria de cara a la eventual “desescalada”, que no se producirá “como pronto” hasta el 26 de abril

El Gobierno se enfrenta hoy al primer examen efectivo a su gestión de la crisis del coronavirus. Tras semanas invocando haber adoptado la respuesta más restrictiva contra el COVID-19 de los países de nuestro entorno –logrando que la progresión del virus pase del 38% al 3%– el Ejecutivo incurre hoy de facto en el primer relajamiento de las medidas aprobadas. Lo hace, permitiendo que los trabajadores «no esenciales» se reincorporen a su actividad laboral, lo que en la práctica supondrá la movilización de dos millones de personas. La iniciativa, decretada hace dos semanas, se impulsó con la vocación de dar una vuelta de tuerca más hacia el confinamiento total de la población, cuando los expertos recomendaban que era necesario un esfuerzo extra para lograr doblegar la curva del virus. Ahora que ya estamos acariciando ese objetivo, el Gobierno avanza hacia un escenario que lejos de consolidar esta tendencia amenaza con revertirla y Pedro Sánchez no esconde que, de materializarse ese riesgo cierto, endurecería el confinamiento, volviendo al parón productivo. Un paso atrás.

La decisión de mantener la fecha de la reactivación empresarial «no esencial» a partir de hoy genera un profundo malestar. Lo hace entre los expertos –incluso los que aconsejan al Gobierno– que aseguran no haber sido consultados y advierten del «lógico incremento de los casos» que llevará aparejado. Lo hace entre los presidentes autonómicos, con los que ayer se reunió Pedro Sánchez y que criticaron su forma unilateral de gestionar esta crisis. Y lo hace, también, entre los miembros del propio Consejo de Ministros, donde el sector de Unidas Podemos no está de acuerdo con una decisión que prima los intereses económicos por encima de los de la salud. «La respuesta a esta crisis obliga a combinar medidas frente la enfermedad y que a la vez eviten el colapso económico», aseguró ayer Sánchez, defendiendo este difícil equilibrio.

El presidente del Gobierno compareció en Moncloa para explicar la decisión del Ejecutivo de poner fin a la «hibernación» de parte de la producción, mientras anticipaba que, si esto genera un aumento en el número de contagios, se reforzarán de nuevo las medidas de confinamiento. Para fiscalizarlo, anunció la activación de un sistema de «marcadores» que monitorizarán en el futuro la propagación del virus, así como la respuesta del sistema sanitario a la misma. En base a los resultados que arrojen dichos marcadores, se estudiará la idoneidad del salto a una nueva fase, la eventual «desescalada», que no llegará «como pronto» antes de las dos semanas que restan de estado de alarma. No obstante, si estos datos fueran negativos y reflejaran un repunte en los contagios, «mantendremos e incluso reforzaremos las medidas restrictivas», aseguró Sánchez.

El presidente del Gobierno hizo hincapié en que la reactivación es sectorial y afecta a un porcentaje concreto de la población, mientras que sigue plenamente vigente el decreto de alarma que se aprobó el 14 de marzo y que limita la movilidad del resto de ciudadanos a salidas muy tasadas, para comprar o ir a trabajar, entre otras cuestiones. Se incide en que quienes presenten el menor síntoma o hayan estado en contacto con infectados deberán abstenerse de ir a sus trabajos, así como las personas más vulnerables, como embarazadas, mayores o diabéticos. «No estamos siquiera entrando en la segunda fase. Prosigue el estado de alarma y continúa en consecuencia el confinamiento. Solo acaba la hibernación económica de los trabajos no esenciales», puntualizó.

“Desescalada política”

A la desescalada «progresiva y muy cautelosa» en las medidas restrictivas, Sánchez quiso sumar otra que se debe llevar a cabo de manera inminente. «Necesitamos una desescalada en la tensión política ya», urgió. El presidente pidió dejar atrás las «palabras gruesas» y trabajar por un gran acuerdo de país. «Mientras se mantenga esta situación no saldrá de mi boca otra palabra que no sea unidad y ese es el mensaje que acabo de transmitir a los presidentes autonómicos y que transmití esta semana a los dirigentes del resto de partidos políticos de la oposición», señaló.

Sin embargo, la única unidad que Sánchez encontró ayer en sus interlocutores regionales fue la crítica a su gestión. En este quinto encuentro por videoconferencia, volvieron a mostrarse muy preocupados con la actitud que está asumiendo el Gobierno. Según fuentes presentes en el encuentro hubo una crítica constantes a la escenificación del Ejecutivo y se pidió a Sánchez que priorice la coordinación con las comunidades, a la comunicación de los anuncios a la opinión pública. En concreto, el lendakari Iñigo Urkullu, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y barones del PP como Alberto Núñez Feijóo o Juanma Moreno se mostraron disconformes con la vuelta a la actividad productiva hoy y con la «improvisación» del Ejecutivo sin contar con las autonomías.

La nota discordante la dieron como viene siendo habitual en estas citas, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que priorizó recibir un avión de ayuda en Barajas a estar presente en la reunión, a la que se incorporó dos horas tarde. También Torra, que sigue haciendo la guerra por su cuenta y reunió de urgencia al Govern para adoptar sus propias medidas de protección a los trabajadores catalanes, tras pedir por carta a Sánchez que no levante el confinamiento total.

Tras el rifirrafe con los presidentes autonómicos, a quienes se quiere dar presencia en los nuevos Pactos de la Moncloa, Sánchez buscará «antes de que acabe esta semana» iniciar la ronda de contactos exploratorios «con todos los partidos, sindicatos y organizaciones empresariales, autonomías y ayuntamientos». El objetivo es testar su disposición para un gran acuerdo de reconstrucción nacional –social y económica–, porque «cuando venzamos esta guerra necesitaremos a todas las fuerzas. Nadie puede ganar solo esta guerra», aseguró Sánchez, invitando a la oposición a participar.