Estado de alarma
La eterna (y peligrosa) encrucijada de Ciudadanos
Desgraciadamente el nuestro es un país de obediencias ciegas, de modo que la posición de un partido de centro y liberal siempre será atacada
Ciudadanos ha vuelto a vivir en los últimos días una nueva semana aciaga... de las que ya se ha perdido lo cuenta. Las peculiaridades de nuestro sistema electoral (tan distinto del de Francia, donde probablemente Albert Rivera hubiera tenido más fácil llegar a la presidencia gracias al sistema de doble vuelta que favorece a los candidatos centristas) y también el clásico temperamento hispánico, quizá algo refractario a buscar el matiz –al contrario de como nuestros vecinos centroeuropeos (lo cual en no pocas circunstancias históricas ha demostrado ser una virtud) juegan en contra de una opción de centro liberal como Cs. Tras la decisión de Arrimadas de apoyar al PSOE en la votación de la prórroga del estado de alarma y la traumática salida de un histórico de la valía y la popularidad de Juan Carlos Girauta, LA RAZÓN ha preguntado a cuatro fundadores del partido naranja sobre cuáles son las opciones y las perspectivas que se abren para al partido ante esta nueva encrucijada en la que se encuentra.
Para el catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras la decisión de Arrimadas ha sido «muy razonable e indica responsabilidad sobre la situación que está viviendo el país aunque, personalmente, no esté de acuerdo con muchas cosas que ha hecho el Gobierno últimamente». El episodio de Girauta es «una cosa personal. Es muy amigo mío y no quisiera opinar pero, en fin, el mismo ha sido muy claro: no está por un partido bisagra». Para este fundador de Ciudadanos la decisión de Arrimadas «refrenda que ha movido ficha para que Cs vuelva a ser un partido centrista capaz de entenderse a izquierda y derecha». «Desde mi punto de vista es el camino correcto como creo que fue correcto la convocatoria de la Plaza Colon», subraya.
«En este momento la política está endemoniada», sentencia Albert Boadella. Este dramaturgo cree que con el gobierno de Sánchez cualquier cosa que uno haga está mal: «Si uno lo apoya, mal; si no lo apoya, también mal; y si uno se abstiene, peor». Por lo tanto en una guerra así no hay una opción sea anticipadamente mejor: «Arrimadas lo ha justificado correctamente: no es una apoyo a Sánchez sino una cosa puntual y además en un caso científico, por tanto no significa un apoyo global. Que hubiera hecho yo? Personalmente no le hubiera apoyado simplemente porque es un personaje que no es de fiar». Boadella cree que si sigue este Gobierno la contaminación del mal gobierno se extenderá hasta la oposición: «Cuando las cosas funcionen tan mal la oposición también se contamina. El futuro de Ciudadanos es una incógnita absoluta. España necesita un partido liberal que lleve el sentido común de la política. Un partido capaz de irse a la derecha o a la izquierda sin que su electorado se enfurezca».
Para Félix de Azúa, miembro de la Real Academia Española Cs siempre se va a enfrentar a la misma dificultad: «Es un partido de centro que debe apoyar unas veces a la derecha y otras a la izquierda, según se juzgue lo mejor para evitar el dominio de los populistas, sean estos los nacionalistas o los peronistas-chavistas». Este fundador de Cs considera que el fanatismo de los partidos nacionales es insoportable y por eso era tan necesario un partido centrista, pero sabiendo que será siempre y en todo momento calumniado por gente de adhesión religiosa. «Lo fue cuando apoyó al PP y lo es ahora que apoya al PSOE. Da lo mismo. Sus dirigentes deben actuar con la conciencia de que su libertad e independencia es la mayor virtud del partido», asegura.
El escritor Arcadi Espada cree que apoyar un estado de alarma no demuestra una importante y radical actitud política. «Tiene una importancia relativa a mi juicio, ni siquiera simbólica. Había razones para apoyar su prórroga. Es una decisión discutible y opinable pero que no tiene el valor de ‘‘cruzar el rubicón’’ que pudieron tener otras decisiones del partido en el pasado». Sin embargo, en una sociedad fanatizada esta decisión se ha hecho una cosa cuya importancia, en su opinión, es necesario relativizar. Para Arcadi Espada la cuestión no es si se apoya el estado de alarma sino si esto es el inicio de una estrategia políticas distintas a las de Cs a llevado, por ejemplo su apoyo a cambios de mayorías en autonomías, municipios y en la negociación de los presupuestos. «Mi opinión es que Cs perdió la gran oportunidad histórica de vetar el paso al nacionalismo en España cuando no apoyó a Sánchez. Eso fue un error estratégico no por no apoyar a un perfecto patán como Pedro Sánchez sino por cerrar el paso al nacionalismo y reducir su fuerza». Este escritor y periodista afirma que estará de acuerdo si el cambio consiste en reeditar un pacto para echar a « la cochambre nacionalista» pero si el cambio consiste «en pactar con PNV y Podemos nunca estaré de acuerdo porque esos pactos son a mi juicio antesala de la corrupción política y corrupción en sí mismos».
✕
Accede a tu cuenta para comentar