Estado de alarma

Sánchez cambia de pareja

Si realmente Arrimadas está pensando en el futuro, ha realizado una maniobra propia de un superviviente, agarrándose al único tablón que le puede salvar a ella y a Pedro Sánchez.

Pleno en el Congreso para solicitar la prórroga del estado de alarma ante el Covid-19
La portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, interviene en el pleno del Congreso este miércoles donde se autorizará otra prórroga del estado de alarma solicitada por el Gobierno. En Madrid, (España), a 6 de mayo de 2020.06 MAYO 2020;CONGRESO;PLENO;PRORROGA;COVID;CORONAVIRUSPool06/05/2020PoolPool

Es muy posible que el movimiento de Inés Arrimadas tenga un alcance mayor que el que parece dentro del tablero político español, de ahí la reacción de todos los demás. Los más airados, independentistas, nacionalistas vascos y podemistas.

Los morados ya han advertido que ellos “no van a gobernar con Ciudadanos” y Junqueras ha salido al paso, amenazando a Pedro Sánchez con hacer añicos la legislatura.

Pero el peor parado en el corto plazo es Pablo Casado que, después del viraje de Ciudadanos apoyando al gobierno en la prórroga del estado de alarma, ha quedado en una posición incómoda.

Primero porque los españoles creen que solo le mueven razones electoralistas y, segundo, porque se queda mano a mano con Vox, disputando el espacio de voto más extremista.

Si realmente Arrimadas está pensando en el futuro, ha realizado una maniobra propia de un superviviente, agarrándose al único tablón que le puede salvar a ella y a Pedro Sánchez.

En unos meses se producirá el rescate de la economía y Europa exigirá medidas duras de carácter económico, pero también de carácter político, tales como un gobierno que asegure el cumplimiento inflexible de recortes de gasto público y, sobre todo, un ejecutivo cuya estabilidad parlamentaria sea más sólida que la actual.

Seguramente desde Berlín desearían un gobierno sostenido por PP y PSOE, pero Casado tiene más prisa por desgastar a los socialistas que por gobernar España y le faltan algunos centímetros para asomarse por la ventana del largo plazo.

Arrimadas lleva meses viendo cómo se marchita su partido y ha visto un hueco por el que dar una bocanada de oxígeno. Ciudadanos no tiene nada que perder, hasta ayer eran prácticamente irrelevantes y solo faltaba por saber cuándo firmarían el acta de liquidación.

Ahora no es que la cosa haya cambiado mucho, pero se ha dado cuenta de algo que no vio Albert Rivera: que ser gobierno da una oportunidad. Y si no que se lo digan a Pablo Iglesias, al que todos los sondeos coinciden en que ha fidelizado su electorado y ya no hay fugas hacia el PSOE.

Sin duda ha sacado rédito a la vicepresidencia y a los ministerios que gobierna escabulléndose del desgaste que recae todo sobre Pedro Sánchez.

El líder socialista ha empezado a ver luz al final de su oscuro túnel, es el gran beneficiado. En general, le resulta incómodo gobernar con otras personas, pero en particular odia hacerlo con Iglesias y el rescate puede ser la oportunidad para romper con independentistas, nacionalistas, regionalistas, podemistas y demás especies políticas que hasta el día de hoy sostienen al gobierno.

Para Sánchez rehacer una nueva estructura de apoyos no resultaría demasiado dificil, su única convicción firme es no tener convicciones demasiado firmes. Por otra parte, si el PP no participase, aunque fuese parcialmente, le resultaría difícil de explicar.

Aún queda mucho tiempo por delante, pero, en los últimos años, la política en España ha sido a base de pactos entre los que más necesitaban aire para sobrevivir, podría repetirse la historia.