España
El test nacional en Galicia y País Vasco que quieren los líderes
Los expertos advierten de que son territorios con registros muy autonómicos y que no habrá prueba del algodón, Los dirigentes se vuelcan en Galicia y País Vasco reivindicando sus logros
La crisis del coronavirus provocó que las principales fuerzas políticas apartaran momentáneamente su hoja de ruta electoral –sus grandes actos de partido dirigidos a fidelizar a sus simpatizantes– para dedicar todos sus esfuerzos a la pandemia sanitaria. Lejos quedaban en los meses de marzo y abril las promesas electorales, los dardos cruzados entre partidos y estrategias medidas entre unos y otros líderes para acaparar el máximo rédito electoral. Sin embargo, este fin de semana, las principales caras de cada partido se han lanzado a la carretera para respaldar a sus cabezas de cartel en País Vasco y Galicia. Siete días por delante para la primera prueba de algodón electoral. El 12-J.
Siendo cierto que siempre han sido unos comicios en clave autonómica que Galicia y País Vasco suponen unos registros singulares al contar con caras muy identificadas y encasilladas dentro de los territorios, es innegable que puede concebirse como un primer test para todos los líderes nacionales, que llegan –los partidos de Gobierno en mayor medida–debilitados por la excepcionalidad sanitaria vivida. Es esta además, la impresión que han trasladado los líderes nacionales estos días en ambas regiones, presentando sus logros en el Congreso como aval en las comunidades.
Sin embargo, los analistas consultados por este diario, rechazan que estas elecciones se conviertan en el primer examen a nivel nacional, a pesar de que sean los primeros comicios después de las últimas elecciones generales y tras la anómala situación desencadenada por el Covid-19. Analizan, en boca de Eduardo González Vega, experto en Comunicación Política de la UCJC, que «los líderes nacionales se juegan menos porque ahora todo el mundo tiene en la cabeza la pandemia y las prioridades son otras, más locales» y que precisamente Galicia y País Vasco son «dos territorios con características singulares». De igual opinión es el politólogo Pablo Simón, que cree que «no es comparable a la lógica nacional», y «no se puede extrapolar», pues el «PP no tiene mayoría absoluta en ningún sitio y el bipartidismo es residual en País Vasco». Insiste en que, la prueba es que el PP Gallego y el PNV «se han reforzado en los sondeos».
Son los líderes políticos los que contribuyen a monopolizar el debate nacional en el territorio gallego y vasco, pues, es una manera más –una oportunidad– de vender el relato ganador ahora que ya los discursos políticos no se encuentran limitados a la televisión y el streaming, canales obligados ante la situación de confinamiento.
Y es que para la cuota socialista del Gobierno puede ser muy importante el resultado obtenido en País Vasco –en Galicia se espera la cuarta mayoría absoluta del PP– pues en Ferraz se puede interpretar como un aprobado o suspenso a la gestión sanitaria. Sin embargo, el experto politólogo Pablo Simón rechaza que Sánchez se juegue nada «porque es solo a ganar, no tiene nada que perder», analiza que en Galicia es lejana su posibilidad de alternativa, mientras que en País Vasco el PSOE espera que se repita el apoyo PNV-PSE para apuntalar su Gobierno. Pronostica que el PSOE mejorará resultados «simplemente porque hoy están mejor que en 2016». El PP de Casado no corre peligro en Galicia por la consolidada marca de la moderación de Feijóo, aunque, según apunta Eduardo González Vega, un mal resultado puede acabar interpretándose como un balance negativo directo a la espalda del líder nacional.
Así, con la opinión experta en contra de que nos encontremos ante unas elecciones en clave nacional, son los políticos los que quieren aprovechar este balón de oxígeno para su rédito personal. Prueba de ello son las intervenciones de ayer de Pedro Sánchez, Pablo Casado, Inés Arrimadas y Santiago Abascal en Galicia, a las que hoy se sumará Pablo Iglesias en Vigo y los líderes del PP y Cs en un mitin conjunto en Guernica, donde se presentan como «España Suma». Declaraciones en clave nacional para unos territorios muy autonómicos. «Algunos usan el virus para acosar y derribar al Gobierno», es una de las frases que lanzó el presidente del Gobierno en su acto de campaña en La Coruña, donde respaldaba al candidato socialista a presidir La Xunta, Gonzalo Caballero. En la misma línea, el líder popular Pablo Casado, desde Pontevedra también mandó un mensaje a Sánchez, tras haber acabado la semana sin grandes acuerdos con el PSOE en la comisión de Reconstrucción. El popular ve muy difícil llegar a un acuerdo de reconstrucción económica de aquí a la segunda quincena de julio si el Gobierno acomete subidas de impuestos, advirtió.
La formación naranja se ve fuerte después de haber dado los primeros pasos junto al Gobierno, con acuerdos para las prórrogas al estado de alarma y en la comisión de Reconstrucción. La estrategia de la formación liberal es la de consolidarse como partido bisagra con las futuras negociaciones para los Presupuestos. En este caso, González Vega cree que Inés Arrimadas tiene la oportunidad ahora de recuperar su imagen, «que se percibía deteriorada en la recta final antes de la pandemia» y vaticina que donde se la juega políticamente es en Galicia, donde la apuesta por la candidata a presidir la Xunta Beatriz Pino «ha sido fuerte». Las declaraciones de la propia líder de Cs también se entendían ayer en Vigo en clave nacional; «Ni un voto de Cs se ha tirado a la papelera» o el argumento de que los votos de los naranjas en el Congreso han servido para prorrogar los ERTE, entre otros. «Todos los votos que confiaron en nosotros están sirviendo para que el Gobierno tenga que corregir errores», dijo.
En el caso del partido del vicepresidente Pablo Iglesias, se prevé que naufrague su estrategia de construir tripartidos en Galicia, País Vasco o Cataluña. Se veían como alternativa junto al PSG y al BNG, pero cuentan con las encuestas en contra, Mientras que en el País Vasco, el PSOE de Idoia Mendia enfría las posibilidades de sumar con Elkarrekin Podemos y Bildu y apuesta por repetir su acuerdo con el PNV. Simón pronostica que su marca en Galicia y País Vasco está más débil que en 2016, por lo que su objetivo es «aguantar lo posible». González Vega cree que Iglesias sí se la juega, al igual que Santiago Abascal, que miden el nivel de su fuerza. Para Podemos un mal resultado puede «desembocar en una crítica al más alto nivel en la formación», además, recuerda en que la figura del vicepresidente «atraviesa una situación complicada» – por el «caso Dina»– y un mal resultado puede «utilizarse como arma contra la formación y acabar arrinconándole un poco más todavía». En el caso de Vox, su líder está realizando una campaña muy marcada a denunciar al Gobierno, al que atribuye una campaña contra su partido, en la que algunos de sus dirigentes han sido protagonistas de varios boicots por grupos radicales antifascistas. Según los expertos, sí que medirá su liderazgo. Para Simón, si no consigue representación se subrayará que se encuentra «más débil que en el 10-N», mientras que para González Vega, cualquier resultado «puede ser positivo» sí entra en los parlamentos regionales. «Sería como un gran triunfo que podrían rentabilizarlo bien», subraya.
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