España

El PP monopoliza el centroderecha

Ni Cs ni Vox entran. Los naranjas logran tan solo un 0,7% de apoyos mientras que los de Abascal suman el 2,03%

Papeletas en un colegio electoral durante las elecciones autonómicas gallegas en 2019
Papeletas en un colegio electoral durante las elecciones autonómicas gallegas en 2019CabalarAgencia EFE

Ni Ciudadanos ni Vox encuentran su sitio en Galicia, un mérito que se le puede atribuir al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que por cuarta vez consecutiva logró ayer mayoría absoluta y monopoliza, así, el espacio de centroderecha en Galicia. Mientras que en Madrid, los de Abascal y los de Arrimadas le quitan el sueño a Pablo Casado al quitarle votos a los populares, en la comunidad gallega a penas le quita votos a los populares, En la comunidad gallega Feijóo no tiene rival.

Ciudadanos, que presentó como candidata a la periodista viguesa, Beatriz Pino, llegó a la cita con las urnas en horas bajas. Su ascenso en Galicia, al carecer de implantación a nivel territorial, necesitaba obligatoriamente de un empujón del proyecto estatal. Sin embargo, los naranjas llegaron a esta cita electoral tras pasar de 57 a 10 escaños en el Congreso y con una presencia desdibujada durante la campaña. Si en su debut en las elecciones gallegas de 2016 empezaron con mal pie al lograr solo un 3,38 % de los apoyos (48.103 papeletas), en 2020 la formación naranja remató el batacazo al quedarse otra vez sin representación en el parlamento gallego al conseguir tan solo el 0,74 %, es decir 9.512, con el 98 % de los votos escrutados.

Por provincias, es Pontevedra –la ciudad de origen de la candidata– donde consiguió un mayor resultado ya que le votaron 4.575 personas; le siguió La Coruña donde consiguió 2.865 votos; Orense, con 1.499 y finalmente, Lugo, donde obtuvo 577 votos.

Tampoco termina de calar en Galicia el discurso de Vox, aunque logra un mejor resultado que los naranjas. No obstante, sus críticas refiriéndose a Alberto Núñez Feijóo de nacionalista al compararlo con Jordi Pujol no agradan entre el electorado conservador. Tampoco gustaron las descalificaciones del secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, llamando racista a Castelao. Al igual que los naranjas, en Galicia, la formación carece de estructura, por lo que su campaña se basó en el desembarco de los dirigentes. También estuvo marcada su campaña porque Correos «secuestró», –según denunció el líder del partido, Santiago Abascal– el envío de sus sobres electorales.

Con el 98% escrutado, la formación de Abascal logró 26.076 votos, es decir un 2,03%, insuficiente para conseguir representación en la cámara gallega. Por provincias, son La Coruña y Pontevedra donde los de Abascal tienen más apoyo, al lograr 11.139 y 8.563 votos, respectivamente. En el lado opuesto, Orense es la provincia con menos apoyo ya que sumaron 3.057 votos, y Lugo con 3.317 votos.

Con estos resultados, los populares vuelven a mostrar que aglutinan a todo el votante de centro-derecha en Galicia y que no dejan espacio para otra formación que pueda atraer los apoyos suficientes para entrar en Parlamento.

No hay que olvidar que los de Pino trataron de concurrir a estos comicios de la mano de los populares, una coalición que fue rechazada por los populares desde el principio. Por su parte, los de Abascal que auguraban un terremoto en Galicia con la entrada de su formación, no lograron el porcentaje suficiente votos para asaltar el parlamento gallego, tal y como preveían.

A la vista de los resultados, la hegemonía del Partido Popular no tiene rival en Galicia. El actual presidente de la Xunta Feijóo conoce y sabe aplicar la estrategia que necesita Galicia y se ha posicionado en el centro liberal e incluso progresista para captar el voto que necesita y ha sabido paralizar a Ciudadanos y Vox. También los votantes gallegos que, tras la experiencia de una sopa de siglas y de partidos en al parlamento gallego, en estas elecciones han vuelto a votar a las formaciones tradicionales.