ETA

El etarra en huelga de hambre, trasladado al hospital

Desde la disidencia de la banda, se asegura que se alimenta de forma obligatoria

Fotografía de archivo del etarra Iñaki Bilbao
Fotografía de archivo del etarra Iñaki Bilbaolarazon

El etarra el huelga de hambre, Iñaki Bilbao, “Txikito”, perteneciente a ATA, la disidencia etarra, ha sido trasladado a un hospital desde la cárcel de Puerto de Santa María, según se informa desde esta organización.

El terrorista llevaba 43 días sin comer (aunque sí bebía líquidos) y se le está alimentando de forma obligatoria, según dichas fuentes, que aseguran que está vigilado por “txakurras” (“perros”. término despectivo para referirse a los policías). Es normal que cualquier preso está vigilado cuando se encuentra en un centro hospitalario, entre otras razones para que no se escape.

Los de ATA anuncian movilizaciones en los próximos días.

Fuentes penitenciarias consultadas por LA RAZÓN han señalado que se le ha trasladado al hospital para que sea evaluado dado su estado salud. Previamente, el Juez de Vigilancia Penitenciaria había autorizado dicho traslado y que, según el criterio de los médicos, fuera alimentado si se consideraba necesario.

En España, han muerto como consecuencia de huelgas de hambre tres reclusos, dos de ellos del GRAPO, pese a que el estado decidió alimentarles en ontra de su voluntad.

Juan José Crespo Galande murió en el Hospital La Paz de Madrid el 19 de junio de 1981, tras 96 días sin comer ni beber y algunas semanas recibiendo alimentación enteral; sin embargo, una bronconeumonía le provocó una insuficiencia respiratoria y una coagulación intravascular diseminada, según el certificado de fallecimiento. Había iniciado su protesta por las condiciones de la cárcel de máxima seguridad de Herrera de la Mancha (Ciudad Real).

Nueve años después, el 25 de mayo de 1990, José Manuel Sevillano, también de los GRAPO; murió en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid tras 175 días en huelga de hambre, como respuesta al trato recibido por una compañera de la banda en una prisión de Sevilla y a la dispersión de presos de la organización terrorista.

El tercer caso de muerte ocurrió el 7 de junio de 2002 en el Hospital Penitenciari de Tarrasa. Albert Panadés Soler, de 45 años, llevaba 8 en prisión. Se trataba de un preso común que decidió llevar a cabo la huelga de hambre después de que la prisión le negara por en varias ocasiones el tercer grado penitenciario..

En el caso de los GRAPO, hubo polémica sobre si el estado podía obligar a alimentarse a un recluso en huelga de hambre y si se debía o no respetar su voluntad de llevar su protesta hast la muerte. Aunque desde algunos sectores jurídicos se mantenía que no se debía interferir en lo que quería el recñluso, la opinión mayoritaria es que el estado, al tener bajo su custodia a una persona, debía velar por su salud.