El Gobierno de Pedro Sánchez
Moncloa enfría la cita Sánchez-Iglesias: «Ya se ven mucho ya»
Podemos insiste en que se verán esta semana, pero dice que no servirá para desbloquear las fricciones
Las fricciones que no cesan dentro del Gobierno de coalición se viven de una manera más intensa dentro de la cuota morada en Moncloa y de ahí su interés a la publicidad de aquellos asuntos en los que ambos partidos chocan a la hora de legislar. El fin es el de mostrarse ante su votante como actor político imprescindible para acometer las reformas de corte social más sensibles y escenificar así las reticencias del PSOE a llevarlas a cabo. Tras dos semanas convulsas por las desavenencias en materias clave como la ley de vivienda o ley Trans, o tras denunciar ambos partidos de incumplimiento del protocolo de funcionamiento de la coalición, Unidas Podemos presiona en la necesidad de que se celebre una cita inminente entre presidente y vicepresidente con el fin de reflejar constantemente el peso de Unidas Podemos en el Gobierno.
De hecho, en otras ocasiones, estas citas eran entendidas como la única fórmula efectiva capaz de apagar el fuego entre socialistas y morados. Era este formato donde Pedro Sánchez ejercía como mediador en las negociaciones más candentes para reconducir la situación de manera personal con Pablo Iglesias, un punto de encuentro que resultaba favorecedor para el vicepresidente dado que de las lograba el favor del presidente, como, por ejemplo, en noviembre cuando la problemática para abordar la prohibición de los desahucios volvía a dividir al Gobierno.
Ahora, Unidas Podemos da por hecho que esta semana se celebrará un nuevo cónclave, aunque no desvela la fecha exacta. Con este objetivo, este lunes el vicepresidente reunió a su núcleo duro en la sede de Podemos para analizar las líneas estratégicas de la cuota morada en Moncloa. La llamada «mesa confederal» a la que acudieron las ministras de Igualdad Irene Montero y de Trabajo Yolanda Díaz, junto al titular de Consumo Alberto Garzón. Aunque fuentes de Unidas Podemos precisan que esa cita se produce de manera semanal y restan importancia a la cercanía a la previsible interlocución presencial con Pedro Sánchez.
La actitud del PSOE, sin embargo, es bien distinta. Lejos de la entidad que desde Unidas Podemos se da a la reunión, los socialistas minimizan su trascendencia.Durante semanas han mantenido que «no había nada previsto en agenda»y reniegan ahora de tener que dar un «carácter formal» a las reuniones entre Sánchez e Iglesias. Unas citas que, por otro lado, ellos mismos se encargaron de dotar de un carácter sustancial, en la medida de que era en esos cara a cara cuando lograban desencallar los conflictos más enconados del Ejecutivo. «El presidente y el vicepresidente se ven con mucha frecuencia», así despachan desde el ala socialista las preguntas que les demandan concretar si hay una cita próxima, tal como aseguran desde Podemos. «Se han visto hoy», añaden, como si su mera coincidencia en el espacio físico de la sala en que se reúne el Consejo de Ministros fuera suficiente prueba de esa «fluidez en la comunicación» que es la «nota dominante» de su relación, como sostienen desde Moncloa. «Se habrán reunido ya o se seguirán reuniendo», despachan desde el Ejecutivo, intentando jugar al despiste, con un tono de desaire hacia los encuentros que en otro tiempo sí suponían un valor añadido para ambos.
Los morados también aseguran que la conversación es «fluida», el propio vicepresidente señaló que la relación es «muy buena», pero la diferencia radica en que, la parte morada sí tiene fijada ya la reunión en el calendario semanal. El motivo de dar relevancia a estas conversaciones privadas se produce en un momento en el que Moncloa ha suspendido temporalmente las reuniones de los maitines que solían celebrarse de manera semanal hasta finales de diciembre en los que Sánchez e iglesias fijaban con los equipos de las líneas estratégicas y coordinaban la acción comunicativa de PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno y en el Congreso.
Aun así, los morados restan importancia a la interrupción de los maitines y consideran que la interlocución se encuentra salvaguardada gracias al contacto directo entre el jefe de gabinete de Presidencia, Iván Redondo y el director de Estrategia y Comunicación de la Vicepresidencia Segunda, Juan Manuel del Olmo, un escenario que, aseguran, se repite en la Cámara Baja entre la portavoz del PSOE, Adriana Lastra y su homólogo en Unidas Podemos, Pablo Echenique.
Respecto a la cita que Unidas Podemos no duda de que se celebrará esta semana, fuentes cercanas al partido asumen, sin embargo, que no servirá para desencallar los puntos que más fricciones causan en la coalición, sino que ese tipo de cita llegará en el caso de que los equipos negociadores, por ejemplo en la ley de la vivienda, no logren redactar un anteproyecto en el que se incluya las pretensiones de los morados de intervenir el mercado del alquiler. Sería entonces, cuando haría falta una nueva cita Sánchez-Iglesias para tratar de desbloquear. Esto implica un nuevo movimiento en los acontecimientos, pues antes, estos escenarios sí lograban un consenso. Ahora, ambos optan por prevalecer las negociaciones interministeriales en curso, antes de interceder.
Precisamente ayer, el Gobierno aprobó el documento que el propio Iglesias defenderá en la ONU: «Las Directrices Generales de la Estrategia de Desarrollo Sostenible» en el que se incluye la intervención del mercado del alquiler, aunque desde vicepresidencia se optaba por ser prudente y recordaban que ya se habían firmado tres compromisos en este sentido, y negaban que hubiese, de momento, un acercamiento firme.
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