Universidad

Cartas desde Singapur: ¿Dónde se esconden los líderes?

Alumnos en la Universidad Pública de Navarra (UPNA)
Alumnos en la Universidad Pública de Navarra (UPNA)Eduardo SanzEuropa Press

“El mundo está lleno de Walkers” le decía Gordon Finch a William Stoner. Personas ignorantes que parecen no serlo. Las más peligrosas. Reyes y reinas de la desinformación que hablan con una claridad desconcertante. ¿Qué es verdad? Somos prisioneros de un tablero de ajedrez que no somos capaz de entender. Aunque nos esforcemos. Es legítimo preguntarse cuál es el motor inmóvil de semejante trampa. Creo pensar que es el mal ejercicio de la universidad que nos enseña a hablar antes que a escuchar. Una Torre de Babel planteada como guardería más que como casa del saber. Si esta significase lo mismo para ambos, es decir, dónde reside la verdad pasada, presente y futura, entonces no entiendo por qué no invertimos más en ella. Sus ladrillos lloran al Renacimiento.

Siento frustración. España, tienes entre tus Comunidades Autónomas 50 universidades públicas. Ya sabes que como español, me gusta presumir de nuestra sanidad, educación, infraestructuras… pero la distancia, te escribo desde Singapur, me está ayudando a desmontar ciertos mitos. Atendiendo al ranking QS de universidades 2021, de esas 50, no hay ninguna entre las 150 primeras. Uno ha de ser paciente para llegar hasta el puesto 183 que ocupa la Universitat de Barcelona. El sistema de evaluación lo componen la reputación académica, la reputación para el empleador, ratio profesor/alumno, calidad de la investigación a través del número de citaciones de un proyecto, y la capacidad de atraer profesorado y alumnos internacionales.

Singapur, con 6 universidades financiadas con dinero público, tiene 2 dentro de las 15 mejores del mundo. Me preguntaba cómo lo harían hasta que recordé la historia de un profesor enamorado de la ciencia de materiales. Me contaba las escasas horas que podía dedicar al laboratorio debido a la alta carga lectiva que tenía que impartir, lo que le llevaba a enseñar el pasado. Me encantaría que ayudases a despejar las agendas de nuestros grandes profesores para que sean capaces de investigar el futuro para después ser capaces de instruirlo a alumnos con pasión y no ensimismados en el ciberespacio.

Como se suele decir, enseñamos con herramientas del siglo XXI, conocimientos del siglo XX, con pedagogía del XIX. Es hora de dejar atrás el modelo prehistórico de universidad como guardería y fábrica de alumnos para dar paso a un invernadero de líderes capaces de resolver problemas de la vida real. Lejos de la teoría. Empapados en práctica. Prácticas diseñadas por profesionales que disponen de tiempo para investigar y co-desarrollar proyectos con la industria correspondiente. Creando un diálogo entre universidad y empresa más allá de: “Toma. Ahora te toca cuidar a ti de él/ella”. Recuperemos la intelectualidad y fabriquemos talento. Lo necesitamos. Te necesitamos.

PD: España, te echo de menos.