Perlas del "Cachopo"

De “el ADN no está acreditado por la ENAC” a “guardo 26.000 libros en una biblioteca”: los titulares que ha dejado Román

La verborrea de César Román le ha empujado a dejar un reguero de histriónicas frases durante sus 75 minutos de declaración

Nunca defrauda. Si no fuera porque lo que se está juzgado en la Audiencia Provincial de Madrid es el homicidio de una chica de 25 años y la profanación de su cadáver hasta dejarlo sin extremidades ni cabeza, las declaraciones y puesta en escena de César Román, su ex novio y todavía presunto autor de los hechos, bien darían para una comedia. Su carácter impulsivo, su capacidad para inventar y sus dotes parlanchinas de comercial, han dejado hoy, cuando ha ejercido su derecho al último turno de palabra, todo un reguero de histriónicos titulares y enrevesadas conjeturas sobre ciencia o acelerantes de la combustión (el tema para él es lo de menos) explicadas en ese tono de barra de bar con la única intención, lógicamente, de liar al jurado y convencerle de que él no es el responsable de esa atrocidad.

“Es una salvajada”

De hecho, hasta ha entrado a valorar el crimen evitando, eso sí, decir el nombre de Heidi. ”Lo que le hicieron a esa chica es una salvajada”. Pero “desde luego el asesino está fuera y yo comiéndome el marrón”. A Román no le ha temblado el pulso en citar a Gregorio Marañón para decir que él también ha dudado con la declaración de algunas forenses o a Martin Luther King de forma errónea. En relación con su inocencia, ha dicho que que “Una injusticia contra un hombre en cualquier lugar del mundo es una injusticia contra todos los hombres en todos los lugares del mundo”. Sin embargo, la cita correcta del símbolo contra el Apartheid es: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes”.

También se ha atrevido a tirar por tierra la validez de las pruebas de ADN porque, asegura, no está “avalado por la ENAC”. Por ha eso ha puesto en duda que sea una prueba, según sus palabras “irrefutable”. “¿Qué irrefutable? Irrefutable ninguna”, ha aseverado. Y lo sabe, según ha explicado, porque él fue director de Recursos Humanos de una empresa y toda la vida se ha dedicado a formarse y a estudiar. “Tengo 26.000 libros en una biblioteca, guardaditos, y a eso me he dedicado toda la vida: a leer. En eso me he gastado el dinero, no en tener un título para colgarlo en la pared”.

Él, dice, solo es un “romántico hasta el extremo” que un día, reconoce, “perdió los papeles” con su ex mujer Nati y le dio “un empujón” porque no la atendía. Explica así su condena por maltrato a pesar de que el primer día la dejó reducida a un insulto. También ha tenido la osadía de decir que esta mujer tenía una condena por falso testimonio cuando precisamente fue por su culpa, en un juicio por una pelea que tuvo él con otra persona y que ella mintió para testificar a su favor, ya que entonces eran pareja.

El amigo de Víctor Laínez

También ha sacado a colación a Víctor Laínez, la víctima del llamado “crimen de los tirantes”, para decir que era amigo suyo y que él no se ha presentado en el juicio como el asesino de éste, Rodrigo Lanza, vestido “como un santo”. “Podía haber venido aquí vestido de Primera Comunión y con un misal en la mano y no lo he hecho”, ha argumentado dando así fe de su autenticidad.