"Rey del Cachopo"
Un “romántico hasta el extremo” que un día “perdió los papeles”: “He estado toda mi vida controlándome”
César Román ha tratado de sembrar dudas al jurado que valorará si es el autor del crimen contra Heidi Paz
Sabe que su verborrea es uno de sus peores enemigos e incluso ha llegado a admitirlo ante el jurado. A César Román le ha vuelto a “perder la boca” y le ha fallado el subconsciente en varias ocasiones a lo largo de la hora y cuarto en la que ha hecho uso de su derecho al último turno de palabra en el juicio que hoy llega a su fin. Ante los nueve componentes del jurado que decidirá su futuro, se ha reconocido “nervioso” a lo largo de la vista oral, que se prolonga desde el pasado 10 de mayo, simplemente porque se le estaba acusando de algo de lo que es inocente. Tras la lectura de los informes por parte de las acusaciones, ha sido su abogada defensora quien, a pesar de su problema médico (al parecer ha sufrido estos días un micro ictus) ha querido estar hoy presente para valorar la calidad humana de su defendido. Y puso un ejemplo: “Ha estado muy pendiente de mi salud estos días y el día que vino la forense y se cayó (al subir al estrado), él fue el primero en levantarse para ir a ayudarla, aunque no debía”.
Recogiendo ese guante, César se ha presentado como un hombre impulsivo pero que jamás pondría una mano encima a una mujer y ha tratado de sembrar dudas con respecto a la investigación policial. Román ha comenzado agradeciendo a su señoría, la presidenta del tribunal, el gesto que tuvo con él hace unos meses por dejarle salir de prisión para estar las últimas horas con su abuela, que murió a los 104 años y que, según ha dicho, “hoy nos estará viendo desde los luceros”. También ha agradecido a su letrada el esfuerzo realizado y, tras este caballeroso reconocimiento, se ha centrado en lo importante: en él.
El amigo de Víctor Laínez
“Yo podría presentarme aquí como un santo, vestido de la Primera Comunión y con un misal en la mano, pero no lo soy”, ha dicho. De esta forma ha hecho referencia a algo que ya declaró el primer día y que, por ese afán suyo de querer que le relacionen con nombres conocidos (por la razón que lo sean le da igual) ha vuelto a sacar a colación que él era amigo de Víctor Laínez, el hombre asesinado en Zaragoza por el famoso “crimen de los tirantes”. Lo ha dicho para asegurar que él no iba vestido como Rodrigo Lanza en el juicio, el antisistema condenado por el crimen. Y ha querido hacer mención a que no era “ningún santo” para justificar las numerosas ocasiones en las que se la ha podido ver enfadado porque ha escuchado “muchas mentiras”.
“Heidi no era idílica”
Román ha vuelto a dejar claro que, si bien no fue él quien mató a Heidi, a pesar de que fue su novia no la tenía ningún aprecio. Hoy, de nuevo, solo la ha nombrado en cuatro ocasiones para dejarla en mal lugar. Si no tuvo bastante con la declaración del primer día, en al que la relacionó con la prostitución y bandas de “vuelcos” de cocaína, hoy ha querido dar más pinceladas sobre ella para mancillar su honor: “En una conversación de WhatsApp que el policía no quiso leer Heidi me mandó unas fotos con pistolas y me dijo: yo ya he disparado una de éstas”. Según Román, esa parte de ha omitido “porque entonces rompemos esa imagen idílica” de Heidi. ¿Qué cambiaría con respecto al crimen y su autoría que ella no lo fuera? ¿Qué cambiaría si la víctima incluso fuera traficante, consumiera cocaína o tratara de robar dinero a sus amigos? Absolutamente nada pero sí dice mucho de él: quiere dejar claro que Heidi no era “idílica”. De ahí también su afán en contar una conversación sin importancia en la que ella le contaba que tenía “la mesa de coca hasta arriba”. ¿Qué relación guarda con los hechos?
Citas a Marañón y Luther King
Pero “El Rey del Cachopo” ha querido “venderse”, como buen comercial, como una persona culta y preparada. Por eso ha aprovechado para meter un par de citas a personajes históricos. Una, para empatizar con el jurado y mostrarse él mismo como alguien muy humano. “Según Gregorio Marañón el hombre que no duda es un peligro para los demás”, ha dicho, en referencia a que tuvo dudas durante el juicio de que el torso pudiera, efectivamente tratarse de Heidi.
“El ADN no está avalado por al ENAC”
Y dudó, dice, por esa declaración de las histopatólogas del Anatómico Forense en la que explicaron por qué la piel que analizaron era de una persona oscura. “Por eso digo que cuando me equivoco lo reconozco y puede que sea Heidi. A lo mejor sí es”. Sin embargo, ha tirado por tierra el ADN porque, asegura, no está “avalado por la ENAC”. Por ha eso ha puesto en duda que sea una prueba, según sus palabras “irrefutable”. “¿Qué irrefutable? Irrefutable ninguna”, ha aseverado. Y lo sabe porque él fue director de Recursos Humanos de una empresa y toda la vida se ha dedicado a formarse y a estudiar. “Tengo 26.000 libros en una biblioteca, guardaditos, y a eso me he dedicado toda la vida: a leer. En eso me he gastado el dinero, no en tener un título para colgarlo en la pared”.
Además de la investigación policial, ha tirado por tierra las testificales porque todas le dejaban en mal lugar: impulsivo, novio celoso, mal pagador... “Las testificales no sirven para nada” y ha lamentado que no hayan llevado a declarar a Luana, una ex novia con la que sí se lleva bien. En ese caso, suponemos que sí tendría más valor la prueba.
“Una entrevista bastante bien cobrada”
También ha aprovechado para dejar en mal lugar no solo a su ex novia sino también ha su madre, aunque se ha hecho un lío y ha dicho que “entiende” que “mienta” en su declaración porque es la mamá de la fallecida. Sin embargo, ha aprovechado para señalar una supuesta contradicción de la mujer, Gloria Bulmes, en una entrevista concedida a “El Programa de Ana Rosa”, una entrevista, ha dicho “bastante bien cobrada”, dando a entender, de nuevo, que le gustaba el dinero.
“Le di porque no me atendía”
Román ha señalado que si hubiera descuartizado a alguien habría una gota de sangre en su casa (nadie dice que lo hiciera ahí) y que eso es imposible porque él jamás le ha puesto la mano encima a una mujer. Respecto a la condena firme por maltrato contra su ex mujer, Natividad, la madre de su hija pequeña, ya ha avanzado algo más con respecto de su primer declaración, cuando dijo que solo fue un insulto. “Fue un empujón: discutimos y le di así porque no me estaba atendiendo”.
“Romántico hasta el extremo”
Sin embargo, considera injusto que le señales este hecho puntual porque él es, a su juicio, “un romántico hasta el extremo”, muy “meloso” y cargante y, de nuevo, le falla el subconsciente: “Toda mi vida controlándome y ese día discutí, le día así...”. ¿Controlándose de qué? ¿De no pegar a las mujeres? ¿Quizás con Heidi también perdiera los papeles porque tampoco le atendía debidamente?
Amenaza con el suicidio
En cualquier caso, Román ha apelado a la inteligencia del jurado y ha pedido que valoren bien las pruebas y ha citado a Martin Luther King para decir que: “Una injusticia contra un hombre en cualquier lugar del mundo es una injusticia contra todos los hombres en todos los lugares del mundo”. Sin embargo, la cita correcta del símbolo contra el Apartheid es: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes”.
Además ha aprovechado para deslizar que, de lo contrario, sería capaz de quitarse la vida. “Tengo 47 años, me estoy jugando 15. Salgo con sesenta y tantos. sales defenestrado y con 400 euros ¿Para qué vas a vivir? Yo lo tengo claro”. Deseemos al jurado que ellos también.
Mañana y pasado las partes prepararán con el jurado las preguntas que serán objeto del veredicto y el lunes se entregará al jurado para que se encierren a deliberar.
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