Pedro Sánchez

El otoño del Presidente

Cada vez más aislado, el otoño del presidente se acerca y sólo tendrá estabilidad si Salvador Illa cumple su función salvando los presupuestos de Aragonès

NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES), 26/08/2021.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención tras visitar este jueves un hogar de mayores de la localidad cacereña de Navalmoral de la Mata. EFE/Chema Moya
NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES), 26/08/2021.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención tras visitar este jueves un hogar de mayores de la localidad cacereña de Navalmoral de la Mata. EFE/Chema MoyaChema MoyaAgencia EFE

A Pedro Sánchez le quedan unos meses difíciles aunque él no se lo crea. Parapetado en las encuestas cocinadas por Tezanos y sin dar la cara en el Congreso, como sí han hecho el resto de líderes europeos explicando a sus ciudadanos la evacuación de los afganos, puede llegar a pensar que cuando todo arranque la semana que viene comenzará la mejor etapa de su mandato.

Está muy equivocado, la subida del coste de la luz y de la gasolina van a ser dos de las grandes entradas de agua de este Gobierno. Lo será porque durante años, la salud de las economías familiares fue una de las principales banderas de los que iban a acabar con el robo de las eléctricas a los bolsillos de la clase trabajadora. No ha sido así, porque como tantas veces la realidad se ha impuesto.

La luz y la gasolina, lujos cotidianos cuyo precio no pueden entender ni los que le votaron cuando todavía no existía el Covid-19. Podemos ha adelantado que saldrá a la calle para reivindicar una bajada de las facturas, mostrando todavía más las costuras de un Ejecutivo donde la formación morada cuenta cada vez con menor presencia y peso político. Lo harán porque tienen que agitar el avispero, única opción para justificar la existencia de una formación que no ha servido para mejorar la vida de los españoles.

Ayer en Extremadura Sánchez supo de qué va a ir la cosa, porque no sólo la oposición va a entrar en trompa para cuestionar su gestión desde los escaños, la gente se ha cansado. Cuando el chiringuito cierra y llega el frío, las cosas se ven de otra manera. El señuelo de la reforma de las pensiones no va a ser suficiente para frenar la crispación social con buenas promesas mientras se culpa a la oposición constantemente de todo. Cada vez más aislado, el otoño del presidente se acerca y sólo tendrá estabilidad si Salvador Illa cumple su función salvando los presupuestos de Aragonès, que es el mecanismo para mantener a Sánchez en la Moncloa.