Petición de su defensa

Un nuevo embrollo para Luxemburgo y Bruselas

El Tribunal europeo deberá decidir si el expresident recupera la inmunidad

Una mujer sostiene una pancarta durante una concentración en apoyo al vicepresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la plaza de San Jaume de Barcelona
Una mujer sostiene una pancarta durante una concentración en apoyo al vicepresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la plaza de San Jaume de BarcelonaDavid OllerEuropa Press

Todas las miradas vuelven a centrarse en el Tribunal de Justicia de la UE y el resto de las instituciones comunitarias que están, una vez más, ante una difícil papeleta. A pesar de que la figura de Carles Puigdemont está en declive y el interés que suscitaba en los medios europeos era cada vez menor, su detención en Cerdeña (Italia) le ha hecho volver acaparar todos los focos y ocupar las portadas.

En este nuevo capítulo se entremezclan aspectos jurídicos y políticos y nadie duda de que el independentismo ha visto en este embrollo judicial una nueva oportunidad de minar la credibilidad de la Justicia española y resucitar la figura de Puigdemont y la causa del «procés». Una voltereta del tribunal con sede en Luxemburgo o de la Justicia italiana se convertirá en una nueva arma propagandística. Volverá el ruido.

Como muestra, los portavoces europeos se vieron ayer obligados a valorar el caso ante la pregunta de un periodista italiano, si bien la respuesta sigue siendo el respeto a la Justicia española. Nada ha cambiado. Cuando el expresident huyó a Bélgica, el presidente del Ejecutivo comunitario era el conservador Jean Claude Juncker, mientras que ahora es la alemana, también del PP Europeo, Ursula Von der Leyen, quién no ha variado un ápice la doctrina vigente. Para Bruselas es un asunto interno español y la Comisión ni quiere ni puede mediar, a pesar de los intentos denodados del independentismo.

Pero una vez más la credibilidad de la Justicia española puede verse empañada y que esto acabe erosionando, poco a poco, la imagen del Estado español tras los reveses vividos en Bélgica y Alemania. Los abogados de la defensa aseguran que España mintió en julio al Tribunal General de la UE sobre la vigencia de las euroórdenes, lo que llevó a la corte europea a retirar el día 31 la inmunidad parlamentaria del ex president, al considerar que no existía un peligro real de que Puigdemont pudiera ser detenido. Fueron los letrados del expresident los que habían pedido aclarar la situación, ya que temían que, con el fin progresivo de las restricciones derivadas de la pandemia, pudiera ser arrestado en uno de sus viajes a la sede de la Eurocámara en Estrasburgo (Francia) . «El Tribunal General de la UE se va a sentir engañado si no se siente ya», aseguró ayer el letrado de Puigdemont, Gonzalo Boye, mientras intentaba también emponzoñar las relaciones entre Italia y España. «Alguien ha engañado a la Policía italiana, porque la semana pasada a Puigdemont no le detuvieron en otros lugares», explicó. Una alusión que también suscita dudas sobre el funcionamiento del propio sistema europeo de alertas Schengen, que no alertó sobre la presencia de Puigdemont en Francia, a pesar de que no era un viaje a la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo. La Justicia española alega que sólo en estos trayectos Puigdemont está protegido por su condición de eurodiputado.

El abogado calcula que el tribunal de Luxemburgo se pronunciará entre 24 y 72 horas después de que la corte reciba la petición de medidas cautelarísimas para que mantenga su inmunidad. Si sus cálculos resultan ciertos, puede que el fallo se conozca el lunes como muy tarde.