Fernando Rayón

Las complicaciones de volver a España

El proceso en la Fiscalía ha deteriorado la imagen de la Corona. A Zarzuela no podría volver porque estaría a cargo de los PGE

Don Juan Carlos y la prima Lilibeth
Don Juan Carlos y la prima LilibethServicio Ilustrado (Automático)EDUARDO PARRA - EUROPA PRESS

La Fiscalía del Supremo no va a dictar nuevas diligencias sobre la investigación a don Juan Carlos. Los fiscales van a dar carpetazo a las tres investigaciones que le afectan: la del presunto cobro de comisiones ilegales en el contrato del AVE a La Meca; la de los regalos recibidos del multimillonario mexicano Allen Sanginés-Krause; y, las que se referían a la supuesta fortuna oculta en paraísos fiscales. Atrás quedan dos largos años en los que la Fiscalía Anticorrupción y la del Supremo han estudiado los supuestos delitos fiscales y negocios internacionales de Juan Carlos. Y todo para llegar a la conclusión de que esos delitos no existieron. ¿Y por qué? Pues porque tanto los fondos ocultos en paraísos fiscales, desde hace más de tres décadas, como las comisiones que pudo recibir del AVE a La Meca estaban prescritos al haberse producido antes de 2014 cuando don Juan Carlos gozaba de inviolabilidad y no podía ser imputado. Y porque el dinero que le regalaron y que no declaró a Hacienda, ha quedado sin reproche penal gracias a las dos regularizaciones –diciembre de 2020 y febrero de 2021– que han impedido cualquier acción judicial. Por eso, si las cosas van como señalan fuentes de la Fiscalía, es más que probable que este mes o el que viene se archiven las diligencias, algo que además habían anunciado numerosos fiscales y expertos de Hacienda que siempre se asombraron de la lentitud con que se desarrollaba el procedimiento.

Y es que la imposibilidad de perseguir delitos anteriores a la abdicación del Rey en 2014, y la prescripción de los delitos ha impedido la presentación de cualquier querella que hubiera reabierto el caso. Además, la Fiscalía consideraría también que las dos regularizaciones con Hacienda no solo fueron correctas sino que impedían cualquier acción penal contra don Juan Carlos. Pero la pregunta clave no es la decisión de la Fiscalía, sino los dos años que se han tomado para llegar a una conclusión tan evidente. Algunos dirán que la justicia es lenta, incluso para los que han sido reyes, pero a otros no se les escapa que esta tardanza y esta lentitud ha venido acompañada por una catarata de informaciones que han socavado el prestigio de la monarquía de una manera brutal.

Hasta ayer mismo, los medios de comunicación que se referían a la decisión de la Fiscalía, acompañaban la información con otras sobre los llamados papeles de Pandora en los que Corinna Larsen figuraba como copropietaria de una sociedad en el paraíso fiscal de las islas Seychelles junto con otro amigo del Rey don Juan Carlos. O volvían a referirse a las comisiones que esta señora cobraba de Arabia Saudí. El caso ha sido juntar los posibles delitos de don Juan Carlos con las prácticas más que sospechosas de su entorno. Quedaría únicamente pendiente la cuestión del regreso del llamado emérito. Desde Zarzuela se ha dicho en voz más o menos baja que don Juan Carlos volvería cuando se despejase su horizonte penal. Eso sí: no decían a donde. Pues bien, parece que habrá que estar atentos para ver si podrá tomarse el turrón en casa este año, aunque no sepamos cual será la casa.

Si se trasladara a Zarzuela seguiría viviendo de los Presupuestos Generales del Estado, y este es uno de los asuntos que Felipe VI no quiere, al haberle retirado la asignación. Pero los problemas de seguridad que se plantearían en otro escenario o residencia tampoco son menores. La cuestión de dónde vivir si volviera a España genera tantas complicaciones o más que si sigue fuera de nuestro país. Al margen de estas cuestiones que complicarían su vuelta, la imagen del Rey emérito ha quedado muy tocada, y las limitaciones propias de su edad también hay que tenerlas en cuenta. Esperemos que esta vez en la Casa acierten con el destino de Don Juan Carlos.