Josep Ramón Bosch

La taifa despoblada

Propuestas como las de Teruel Existe amenazan con extenderse. El principal reto de la nueva plataforma será Castilla y León

En las pasadas generales de 2019, hasta 19 partidos obtuvieron representación, la cifra más alta de la historia. El bipartidismo llegó a su fin, el crecimiento imparable de partidos autonómicos, regionales y provinciales está siendo fundamental para los que, despreciando a la nación española, se coaligan para gobernar. Volvemos a las taifas. Propuestas como las del PRC de Miguel Ángel Revilla de Cantabria o el fenómeno Guitarte con su Teruel Existe, amenazan con extenderse como una mancha de aceite por la llamada España vaciada.

Taifa es una palabra de origen árabe, que significa «bando» o «facción». Tras la muerte de Almanzor en 1002, al sufrir la derrota en Calatañazor, se instaló en al-Ándalus una larga etapa de fragmentación y disputa que terminó con lacalifato de Córdoba en 1031 y la creación de las taifas, hasta 39 pequeños reinos. Taifas hubo en Jerez, Badajoz, Albarracín, Almería, Arcos, Ca lata yud, Granada, Murcia, Ronda, Toledo, Tortosa… España fue una enorme taifa, lo que facilitó el avance cristiano y la ansiada taifas fueron, en buena medida, los antecedentes de nuestra tradición cantonal.

La idea de la España Vaciada parece un producto fabricado por el PSOE para restar diputados a PP y Vox, y evitar la probable derrota de Sánchez. La izquierda y el nacionalismo quieren dividir España en taifas, y conociendo nuestra historia parece un camino inexorable. Córdoba se destruyó por la ambición de poder de sus califas, el desprecio a los intereses de sus habitantes, la acumulación de riquezas, las disputas de bienes, la enemista de intriga, la descomposición del vínculo entre el califa y la dinastía Omeya y especialmente la falta de un sentido de unidad. El empoderamiento de la España vaciada, como sinónimo de otorgar poder a las taifas.

La Ley Orgánica del Régimen Electoral General( LOREG) establece que el Congreso se compone de 350 representantes de las 52 circunscripciones, con la que Ceuta y Melilla disponen de un diputado cada una, mientras que el resto tienen asignados dos diputados como mínimo y el resto se reparten según la población empadronada. Tal y como está la Ley D’Hondt, el voto de todas las personas que acuden a las urnas no vale lo mismo en todas las circunscripciones y se traduce en que el número de escaños depende de varios factores, como por ejemplo la diferencia de población, no hay el mismo número de votantes en Teruel que en Madrid. Una ley electoral que facilita el «divide et impera».

El sistema de cálculo proporcional creado a finales del siglo XIX por el jurista belga Víctor D’Hondt, en vigor España, establece que en cada circunscripción se excluyen a las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, el 3% de los votos válidos.El resto de las candidaturas, se ordenan de mayor a menor, en una columna, según el número de votos obtenidos. Luego se divide el número de votos por cada candidatura entre 1,2,3, etc ., según el número de escaños correspondientes a cada circunscripción. Los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores, atendiendo a un orden decreciente.

La propuesta electoral «España vaciada» ha conseguido constituirse a través de más de un centenar de asociaciones, siguiendo el ejemplo de Teruel Existe, que con un solo diputado ha obtenido notables concesiones y una parte sustancial de los fondos europeos de recuperación, destinados a luchar contra la despoblación. Su principal reto electoral será Castilla y León, el feudo del PP, y donde recientes sondeos, otorga n un importante número de diputados, en plazas como Soria, Palencia, Zamora o Ávila.

El PP consiguió el último escaño en juego en las últimas generales en 14 de las 30 provincias por las que España vaciada se plantea presentarse. Pablo Casado puede perder las elecciones en sus feudos. Pedro Sánchez lo sabe. A la izquierda no le interesa la unidad de España, quiere el poder en sus taifas, banderías y cantones.