Diplomacia
Marruecos usa el «comodín» de España
Mohamed VI manda un mensaje a Francia sobre el plan de autonomía del Sáhara antes de que Macron pise Argelia
El rey de Marruecos puso la noche del sábado, durante su tradicional discurso sobre el proceso de independencia del país, como ejemplo a España sobre lo que hay que hacer para mantener unas buenas relaciones con Rabat. Se refería fundamentalmente, según distintos medios, a Francia y Mauritania. El centro de la cuestión es la marroquinidad del Sáhara, eje de la política de nuestros vecinos del sur como consolidación territorial del Reino. El monarca evitó toda referencia a Ceuta y Melilla, lo que no significa que se renuncie a la tradicional reivindicación sobre las ciudades autónomas, sino que se trata de mantener el buen clima existente y la colaboración en todos los terrenos, incluidos la inmigración ilegal, la energía y la lucha contra el terrorismo.
En concreto, Mohamed VI pidió a sus «socios tradicionales o a los nuevos, cuyas posiciones sobre la cuestión del Sáhara son ambiguas, que aclaren y revisen el fondo de su posición, de manera que no se preste a ningún equívoco». Por lo que respecta a París, la cita se produce días antes de que el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, realice una visita oficial a Argelia, uno de los actores principales en el litigio.
La estrategia no ha pasado inadvertida al Frente Polisario, en guerra con Marruecos, que ha aprovechado la ocasión para denunciar, una vez más, que España viola el derecho internacional al apoyar el plan de autonomía para el Sáhara. En un comunicado, considera que «España debe asumir la claridad y contundencia del derecho internacional respecto a la cuestión del Sáhara» que, reitera, sigue siendo un territorio no autónomo pendiente de descolonización y, por consiguiente, «España sigue siendo la potencia administradora de la última colonia de África (…) ningún país del mundo puede modificar la naturaleza jurídica del Sáhara Occidental mientras no se pronuncie el pueblo saharaui mediante un referéndum».
Mohamed VI, dentro del plan de extender los apoyos a la marroquinidad de la antigua colonia española, dedicó gran parte de su discurso al papel que en todos estos asuntos puede jugar la comunidad marroquí en el exterior «que defiende desinteresadamente la integridad territorial de su país, haciendo resonar la causa nacional en todos los foros a los que tiene acceso ya favor de los cargos que ocupa». Y para que puedan desempeñar su papel en el desarrollo del país. El rey indicó que es hora de «dotar a esta comunidad del marco necesario, así como de los medios y condiciones para que dé lo mejor de sí misma». Un tema a tener en cuenta.
Se trata de darle la mayor relevancia internacional al asunto. Rabat es consciente de que ha logrado importantes avances en lo que al Sáhara se refiere. De hecho, Mohamed VI se congratuló de que treinta naciones hayan abierto consulados en El Aaiún y Dajla (antigua Villa Cisneros), entre ellos países árabes como Jordania, Emiratos Árabes, Bahrein, Yibuti y Comoras. Añadió que el 40 % de los países africanos, pertenecientes a cinco organismos regionales, abrieron también consulados en el territorio saharaui, y subrayó que esta misma «dinámica» afectó también a países de América Latina y del Caribe.
En definitiva, después del primer apoyo de Estados Unidos, el más importante, el de Alemania y, sobre todo el de España, por la proximidad vecinal, han resultado fundamentales para una estrategia que, además de en lo político, busca un importante desarrollo económico para la zona, en la que ya trabajan varias decenas de empresas de nuestro país.
El paso dado por el Gobierno de Pedro Sánchez, tan criticado a nivel interno, puede no ser tan perjudicial a nivel internacional, salvo casos puntuales, y coloca a España en una buena situación ante los graves problemas que la actual crisis económica va a generar en el campo de la inmigración, como consecuencia de la falta de recursos económicos, extremo que, sin duda, será aprovechado por el terrorismo yihadista, un fenómeno creciente en África y para cuyo combate y control Marruecos es una pieza fundamental.
«Apreciamos la posición clara y responsable de España, nuestra vecina, que bien conoce el origen y la realidad de este diferendo», subrayó Mohamed VI en su discurso.
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