Homenaje

La «enfermedad moral» de olvidar a nuestros héroes

La Casa de Correos acogió un acto homenaje a las víctimas del terrorismo organizado por la Fundación NEOS

El Consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, Enrique López junto a víctimas del terrorismo en el acto homenaje organizado por la Fundación NEOS
El Consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, Enrique López junto a víctimas del terrorismo en el acto homenaje organizado por la Fundación NEOSAlberto R. RoldánLa Razón

Unidos en varias voces, pero formando una sola: la de «una España que no se resigna y sigue pidiendo justicia». La sede de la Comunidad de Madrid acogió ayer el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo, que organizó la Fundación NEOS donde se escuchó el relato de varios «testimonios de la verdad» de quienes sumaron la desgracia de haber perdido a su padre o hermano con el fin de recordar a la sociedad que se les mataba «como una forma de matarnos a todos», aunque algunos lo hayan olvidado por «falta de coraje».

El consejero de Justicia, Enrique López, fue el primero en intervenir en el acto quien recordó que, a los verdugos y a los herederos de los asesinos, «ya les ponen voz» en las instituciones. «Nosotros tenemos que soportarlos en el Parlamento, pero quien ha optado por convertirlo en socio, tiene una obligación moral», dijo. Al tiempo, que haya poderes que antepongan su moralidad al poder.

Cargó contra los homenajes y los acercamientos «rompiendo el consenso básico». «Ni el TC, ni el de Estrasburgo entiende que se limite ningún derecho por no acercar a un etarra al País Vasco», sentenció López. Además, se honró de pertenecer a un Gobierno -el de Ayuso- contra las ambigüedades y las cesiones por cinco votos. «En estos momentos no hay quien entienda esas cesiones. Es un traidor a la democracia y a la justicia».

Poner de manifiesto la crueldad de los verdugos y el dolor de las víctimas fue la suma de los testimonios que se escucharon a lo largo de la tarde donde, lo que diferencia un terrorismo de otro, apuntaron, son «las excusas». «Existen unos políticos que están traicionando todos los esfuerzos de valentía», dijo el consejero de Justicia. López recordó que “cada vez que se comete una indignidad contra una víctima, se hace contra toda la sociedad española” y puso en valor la importancia de que los más jóvenes sepan lo que ocurrió. “Podemos mantener viva la memoria, la justicia y la dignidad”, apuntó subrayando cómo, la Comunidad de Madrid, se impartirá como asignatura.

«Una sociedad que olvida a sus héroes tiene una enfermedad moral», destacó el periodista Cayetano González que moderó el acto.

Daniel Portero, Mari Mar Blanco, José Mateu, Fernando Múgica, José Antonio Tagle, Guillermo Tevar y Carlos Abalos intervinieron en el acto.

El hijo del teniente coronel Guillermo Tévar, recordó cómo les pidió su padre que si le pasaba algo «no lloraran», para no regalarle a los etarras sus lágrimas y agradeció a su madre que le educara para vivir «sin odio», mientras pidió «justicia de una vez».

Jaime Mateu, suma la condición de que fue asesinado su padre y años después su hermano. Recordó cómo hay una parte de la sociedad vasca que sigue aplaudiendo a los terroristas -en esos homenajes-. Mateu agradeció el acto de homenaje pidiendo que no se olvide a los asesinados.

El hermano de Carmen Tagle, una implacable fiscal antiterrorista que en mayo había interrogado con “dureza” a Josu Ternera. Con su crimen, ETA abrió una nueva fase de atentados. José Antonio, recordó ayer cómo su hermana le impresionaba como “persona fuerte, sin miedo” a quien no le gustaba el “corporativismo” y quien era “tremendamente educada”.

Fernando Múgica recordó a su padre, miembro del PSE, concejal en San Sebastián o Carlos Ábalos recordó a también a su padre como “una persona dedicada siempre a los demás” y recordó que cuatro meses antes de su asesinato, mataron a otro de los amigos de su padre, “la primera vez que vi llorar a mi padre como un niño”. Criticó la “mal llamada doctrina Parot”; un “sin sentido” y una aberración” en la que, algunos estudiantes de derecho creen que “ese Parot es un abogado de reconocido prestigio”.

La hermana de Miguel Ángel Blanco, Mari Mar recordó a su hermano, secuestrado y sentenciado a muerte por la banda terrorista ETA. Antes de comenzar hubo un recuerdo especial a los padres de Miguel Ángel que murieron en 2020, con apenas 15 días de diferencia. “Hoy doy gracias que Dios se los llevara, y que estén con mi hermano porque habría sido terrible el dolor de saber que el asesino de Txapote está a muy pocos kilómetros de donde residían mis padres”, subrayó. También agradeció al exministro del Interior, Jaime Mayor Oreja su presencia, y recordó el “enorme cariño” que sentían sus padres por él. “Sabíamos que no podía ser y no se podía ceder”. “Libertad significaba que el Estado de derecho no se podía arrodillar frente a los totalitarios y ante los asesinos”. También agradeció a María San Gil, “por estar allí en el año 97″ recordando también el asesinato de Gregorio Ordóñez y a Carlos Urquijo “por haber estado siempre presentes en casa de mis padres”.

Mari Mar dio gracias que se de voz a las víctimas porque “tenemos muchas cosas que decir, que revindicar” y más aún cuando “hay un intento del Gobierno de intentar silenciar nuestras voces” porque así “les recordamos con quién negocian cada día, con los asesinos de nuestros familiares”. Han pasado ya 25 años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel, y recordó las palabras de su madre entonces: “Si la muerte de mi hijo es para poner fin al terrorismo, bien venido sea”, pero no fue así. “¿Ha servido de algo la muerte de mi hermano?”, una pregunta que, dijo Mari Mar, se la hace cada día. “Hoy el asesino de mi hermano cumple la condena cerca de su casa y mi hermano está enterrado lejos de su tierra, en Galicia”.