PP

Del «es solo ruido» de Bolaños al «lo voy a hacer» de Sánchez

Los wasaps que volaron el pacto judicial. El PP obligará a todos los cargos del PSOE a pronunciarse sobre el acuerdo del presidente con ERC

Los últimos wasaps que intercambiaron el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Relaciones Institucionales del PP, Esteban González Pons, dejan ver que Moncloa trasladó a la dirección popular dos versiones distintas sobre su postura en la reforma del delito de sedición, justo en la recta final de la negociación del pacto de Estado para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Constitucional (TC). Bolaños negó continuamente al interlocutor del PP que la reforma de la sedición, para ajustar el Código Penal al compromiso que exige ERC, y que, sorprendentemente, había vuelto a ser encajada en el debate político y mediático, fuera una iniciativa que estuviera en la agenda del presidente del Gobierno. Así, a cada uno de los mensajes que González Pons enviaba al ministro, con el pantallazo de las informaciones que seguían publicándose sobre la intención de Moncloa de modificar el Código Penal para abaratar el delito de sedición, y facilitar la llamada desjudicialización del «procés» que quiere Oriol Junqueras, la respuesta de Bolaños fue siempre la negación. «No cambia nada». «Todo sigue igual». «No está en la agenda». «Es cosa de los medios». Ruido mediático, fue la consigna del interlocutor oficial de Sánchez para calmar al PP. Pero, sin embargo, cuando el jueves Alberto Núñez Feijóo preguntó personalmente a Pedro Sánchez sobre sus intenciones con la reforma del delito de sedición, el presidente no se perdió en ambigüedades: «Lo voy a hacer».

Génova dudó la semana pasada en si justificar en «la torpeza» que el Gobierno mezclara la agenda del pacto y de la rebaja de las penas por sedición. Ya en frío, la conclusión que se impone es que ha sido «el presidente del Gobierno el que ha dinamitado personalmente el pacto de Estado con el PP». Ésta es la tesis que siempre han defendido destacados dirigentes populares, incluso miembros del actual Comité de Dirección, seguros desde el inicio del diálogo de que, aunque la partida tenía que jugarse, en el último momento el acuerdo sería imposible porque Sánchez no podría enfrentarse con sus socios.

El pacto con el PP le obligaba a decir que «no» a las exigencias de Podemos y de ERC, y a aceptar una reforma del sistema de elección del CGPJ que dificultaba a futuro, como advertían desde ámbitos judiciales cercanos al PSOE, la capacidad de influencia del sector progresista en los futuros nombramientos.

La dirección popular ha aprovechado el fin de semana para reorganizar su estrategia, sacar conclusiones de lo que ahora ya sí califican de «engaño», y tomar la decisión de activar una ofensiva autonómica, municipal y en las Cortes Generales para obligar a todos los cargos socialistas, y candidatos en las próximas elecciones de mayo, a pronunciarse sobre la decisión de Sánchez de optar por dejar el Código Penal «en manos de ERC» en lugar del pacto de Estado con el PP «para asegurar la independencia judicial».

Génova tiene por delante dar la vuelta al contrataque de Moncloa, que está trasladando toda la carga de la culpa a Feijóo, al que acusa de no tener autonomía mientras que Moncloa está sometida a las exigencias de ERC y pacta con los independentistas la reforma del delito de sedición. De hecho, hay dirigentes del PP que incluso tienen la sospecha de que se les ha utilizado en esta negociación para debilitar el perfil moderado de Feijóo. Y que Ferraz pueda salir ante los suyos a animarles con la consigna de que «hay partido», después de que el «efecto Feijóo» haya dado las primeras señales de contención en las encuestas.

En el PP creen que Génova tiene que rectificar también «la soledad de Feijóo» con más portavoces que se lleven los «golpes» que ahora están yendo directamente al cuerpo del jefe de la oposición.

Las encuestas cualitativas que manejan en la dirección popular señalan que hay hasta un 40 por ciento de los votantes socialistas de 2019 que siguen sin respaldar el pacto del PSOE con ERC y Bildu, y es por ahí por donde van a lanzar la réplica al «golpe» de Moncloa de esta semana. Oficialmente sostienen el discurso de que las negociaciones con el Gobierno están suspendidas, no rotas, a la espera de que dentro del PSOE reaccionen «y convenzan a Sánchez de que es más importante un pacto de Estado sobre la Justicia con Feijóo que un compromiso sobre el Código Penal con el presidente de la Generalitat, Peré Aragonès». Pero la ruptura es irreversible, y con consecuencias incluso en la próxima Legislatura, en función de cómo queden las mayorías parlamentarias y si se mantienen los actuales liderazgos.