Ofensiva
El plan de Génova para «endosar» a los barones del PSOE la sedición
Activa una ofensiva territorial para culpar a los candidatos de Sánchez de mirar para otro lado
Cataluña vuelve a estar en el centro del debate político, y Vox se ha precipitado a salir a pelear por un espacio, que en los últimos meses ha ido perdiendo, por la vía de presionar al PP para que pacten la presentación conjunta de una moción de censura y convocando protestas en Barcelona y en Madrid. Pero la dirección del PP no va por ese camino.
Cuatro altos cargos de la cúpula popular visitan hoy «plazas» que en mayo pueden depender de la «foto finish» para determinar el color del gobierno. Y sobre el terreno, frente a las sedes de los gobiernos autonómicos, harán oposición a los candidatos de Pedro Sánchez a esos comicios de primavera.
Los estrategas populares no buscan dividir al PSOE por la vía de meter presión a sus candidatos, sino que estos asuman una parte del desgaste que el PP cree que la política de Sánchez en Cataluña puede todavía provocar sobre las siglas socialistas. Moncloa, por contra, da por amortizado este coste político, pero en sus sedes territoriales y los candidatos que se juegan sus puestos en mayo no comparten esa seguridad del entorno del presidente del Gobierno.
Génova huele esa debilidad y por eso ha decidido que sus «primeros espadas» hagan gira por las «plazas» más disputadas a fin de que interpelen directamente a los presidentes autonómicos socialistas sobre qué van a hacer para frenar la derogación del delito de sedición, a sabiendas de que por cada una de las circunscripciones hay representación en el Congreso. Son diputados por Castilla-La Mancha, por Aragón, Extremadura o Comunidad Valenciana, pero son listas hechas por Ferraz, es decir, por Sánchez, por lo que el riesgo de fractura en la unidad de voto es mínimo. A Cuca Gamarra, secretaria general, le ha tocado hoy Toledo; al coordinador general, Elías Bendodo, Zaragoza; al vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, Valencia; y a Pedro Rollán, vicesecretario de Coordinación Autonómica, Badajoz,
En paralelo, Alberto Núñez Feijóo instó ayer a su partido a que no confunda la oposición con las estridencias ni con el insulto. Ante la Ejecutiva, el líder popular reclamó al partido que responda con «moderación, serenidad y centralidad» al Gobierno de Sánchez. «No estamos aquí para insultarle ni para combatir su radicalismo con más radicalismo. Ni para dar a España más histrionismo ni ocurrencias. Estamos aquí para ganar».
Al Gobierno le interesa que las últimas cesiones a ERC, la derogación del delito de sedición y la previsible rebaja del delito de malversación, pasen cuanto antes el trámite de la fiscalización pública, y hay voces que se malician que no es casualidad que vaya a coincidir con el mundial de fútbol de Qatar, que pondrá sordina al debate mediático y político.
Pero, sin embargo, en el núcleo estratégico del principal partido de la oposición cuentan con que, más allá de Cataluña, Moncloa busque otras formas para alimentar la polarización según se aproximen las elecciones autonómicas y municipales. Objetivo: desplazar al PP del centro y disputar la batalla electoral en clave de bloques, sin las fugas de votantes socialistas hacia el PP que han empezado a detectar las encuestas en los últimos meses.
Feijóo está haciendo una dura oposición contra el Gobierno de coalición, pero necesita encontrar el punto de equilibrio en el que ese cuerpo a cuerpo con el jefe del Ejecutivo no se lleve por delante su imagen presidencial, de político moderado y que hace valer el sentido de Estado por encima de intereses ideológicos.
La reunión del Comité Ejecutivo del PP tuvo como tema de los corrillos de pasillo la huelga convocada por el sector sanitario en Madrid y la gestión que está haciendo el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Como ocurrió con la pandemia, la presidenta gestiona con su estilo particular este conflicto, que se está extendiendo, por cierto, a otras comunidades autónomas, en un reflejo de que todas ellas arrastran problemas parecidos en cuanto a gestión y financiación del modelo público.
Feijóo esquivó el conflicto sanitario para centrarse en la polémica que ha generado la proposición de ley presentada por el PSOE y Unidas Podemos para derogar el delito de sedición. El jefe de la oposición confirmó que como presidente del Gobierno recuperará ese delito, e incorporará el de la convocatoria de un referendo ilegal. A esto último también se comprometió el jefe del Ejecutivo en la campaña electoral de 2019.
«En este tema, o se está con el interés particular de Sánchez o con el interés general de España», sentenció Feijóo.
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