España

El castillo español que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad

Nuestro país cuenta ahora con 49 lugares distinguidos universalmente

Castillo de Loarre, viaje al corazón del románico
Castillo de Loarre, viaje al corazón del románicolarazon

España dispone actualmente de 49 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, ligeramente por debajo de Italia (58), China (56) y Alemania (51), que copan las tres primeras plazas del ránking. Y podría estar todavía más cerca de los puestos de cabeza a tenor del gran patrimonio que atesora nuestro país, pero todo depende de la Unesco y su Comité de Patrimonio de la Humanidad, que se reúne anualmente para seleccionar los lugares a los que va a conceder esa distinción mundial.

Uno de esos lugares de España aspirantes a ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad es el castillo de Loarre, al norte de la provincia de Huesca. Y no es para menos, dado que está considerado el castillo románico más importante de Europa gracias a su perfecto estado de conservación. De hecho, es el único que también queda en toda la península ibérica, según explica José Manuel Clúa, portavoz de la Asociación Amigos de los Castillos en Aragón.

Además de su espectacularidad, cabe echar la vista casi 1000 años atrás para valorar toda su dimensión histórica: se construyó en apenas unas décadas, algo prácticamente inigualable en pleno siglo XI. Hay dudas sobre cuáles fueron las fases constructivas, porque hay historiadores que sitúan los inicios de la edificación en la década de 1020, con el Rey Sancho Garcés III, y otros que lo sitúan a partir de 1040, con el Rey Ramiro I. En cualquier caso, sí hay coincidencia en su final, que es con Sancho Ramírez en 1090, según expone el historiador Pedro Manuel Callizo. De esta manera, el castillo forma parte del primer y segundo románico.

¿Cuál fue el objeto del castillo? Continuar avanzando hacia el sur en la Reconquista y, por ello, se construyó en una zona limítrofe con una población árabe: Bolea, que estaba en un momento ya declinante y debilitado. Y pese a todo, Bolea no se consiguió conquistar y se tuvo que rodear para lograr tomar la ciudad de Huesca en 1096: “Ahí el castillo perdió su sentido militar”, señala Callizo, elevando, por tanto, todavía más el valor de la conservación del castillo por cómo ha resistido al paso del tiempo. El castillo se construyó para enfrentarse a los musulmanes y controlar, desde las alturas, las poblaciones de los alrededores de la comarca de la Hoya de Huesca.

El castillo y la zona, a poco más de 1.000 metros de altitud, continuó poblada hasta el siglo XVI, cuando la población decidió trasladarse ladera abajo y asentarse a unos 700 metros de altura (a poco más de cuatro kilómetros), donde está situado actualmente el pueblo. La fortaleza, que también incluye un monasterio en el recinto y dos iglesias, quedó “abandonada” durante cuatro centurias: de hecho, como explica Callizo, hay registros gráficos (acuarelas) que atestiguan que se había deteriorado bastante. Si bien, en el siglo XX se activaron los trabajos de restauración que han devuelto a la fortaleza su actual rostro.

En cualquier caso, es el “buque insignia” de los castillos aragoneses, como remarca Clúa y lo datos también así lo avalan: en el último año, lo visitaron 106.000 personas. A su juicio, que sea declarado Patrimonio de la Humanidad o no tampoco parece que pueda influir mucho en el número de visitas que atrae anualmente, aunque sí se le dotaría de mayores recursos. No obstante, los trámites para convertirse en Patrimonio de la Humanidad están paralizados.

El castillo, que también ha aparecido en películas tan populares como El Reino de los Cielos de Ridley Scott, pertenece a Loarre, pueblo que también está sufriendo año a año la despoblación de muchas zonas rurales: actualmente, cuenta con 345 habitantes (hace 25 años tenía 412 censados).