Barcelona
31.000 votos vs 27.000 por un escaño
El reparto que hizo CDC da más peso en el Parlament a Gerona y Lérida, las dos provincias más nacionalistas. Los constitucionalistas necesitan 4.000 votos más para un diputado
El reparto que hizo CDC da más peso en el Parlament a Gerona y Lérida, las dos provincias más nacionalistas. Los constitucionalistas necesitan 4.000 votos más para un diputado.
El Parlamento de Cataluña está integrado por 135 diputados. Pero el reparto no es proporcional, ni a los números de votos ni al número de habitantes de cada una de las cuatro provincias.
En la encuesta de NC Report para LA RAZÓN publicada el pasado lunes, quedaba constancia de este hecho. Los partidos constitucionalistas sumaban 1,9 millones de votos y les correspondían 60 escaños, mientras que los del bando de la DUI alcanzaban 1,8 millones de votos, pero se les asignaban 66 escaños. Una victoria en votos no asegura en Cataluña una victoria en parlamentarios. Los partidos unionistas tienen una expectativa de voto superior a la de los separatistas pero éstos vencen en escaños.
Dividiendo el número de votos de la actual expectativa de los diferentes partidos por escaños obtenemos que los independentistas tan solo requieren, de media en Cataluña, de 27.000 votos para un escaño, mientras que los partidos leales a la Constitución Española precisan de 31.000 votos.
La clave está en el diseño del reparto de escaños por circunscripciones provinciales, que fue concebido por Convergencia Democrática de Cataluña, ahora PDeCat, para perpetuarse en el poder. Desde las primeras elecciones autonómicas de 1980 y hasta las elecciones del 2012, CiU fue la fuerza hegemónica del nacionalismo catalán y ERC no era entonces ninguna amenaza para su liderazgo. Por ello se dotó a las dos provincias de menor población pero donde más arraigadado se encuentra el nacionalismo de un número de escaños superior al que le correspondería por población. Gerona y Lérida, el “bunker” nacionalista representan el 15% del censo de la región y sin embargo se les adjudican 17 y 15 escaños, cuando deberían ser 11 y 9 respectivamente. De 20 escaños pasan a 32. En estas dos provincias los soberanistas suman tradicionalmente dos tercios del total del voto, de hecho en las últimas elecciones autonómicas de 2015 consiguieron el 64,3% del voto, concretamente el 64,6% del voto en Gerona y el 63,4% en Lérida, lo que nos da una idea de la semejanza y homogeneidad del electorado en estas dos provincias catalanas. frente al 27,3% de los unionistas. Por esta razón se prima a estas dos provincias, en las que el nacionalismo consigue escaños baratos y abundantes. Sin esta ventaja el juego sería limpio y no hubieran gobernado Cataluña durante tantos años.
Con los datos de la encuesta de LA RAZÓN, los «indepes» puenden conseguir un escaño por 13.000 votos en Lérida y por 19.000 en Gerona. Mientras que a los constitucionalistas obtener un escaño en estas dos provincias les cuenta entre 15.000 y 25.000 votos, respectivamente.
Mientras que las otras dos provincias, Barcelona y Tarragona, más urbanizadas y con un población mayoritariamente originaria de otras regiones, cuenta con el 85% de la población y en lugar de disponer de 115 escaños, deben conformarse con 103. En éstas el voto nacionalista siempre ha estado igualada o por debajo del constitucionalista. En las autonómicas de 2015 los independentistas no llegaron a sumar el 45% de los votos, lo que contrasta notablemente con el mayor apoyo en las provincias más despobladas.
Incluso en 1999, cuando se dió el primer y único «sorpasso», hasta la fecha, de las fuerzas constitucionalistas (1,5 millones de votos) a los nacionalistas (1,4 millones de votos), el precio pagado por los que ganaron las elecciones, PSC y PP, por un escaño fue superior al que pagaron CiU y ERC. A los unionistas les costó más de 23.000 votos cada uno mientras que los perdedores nacionalistas adquirieron sus parlamentarios por 21.900 votos cada uno.
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