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Aguirre será candidata a la Alcaldía y Cifuentes a la Comunidad de Madrid
El Comité Electoral Nacional del PP ha aprobado hoy la designación de Esperanza Aguirre como candidata a la Alcaldía de Madrid y de Cristina Cifuentes para la Presidencia de esta comunidad autónoma, tal y como había adelantado LA RAZÓN.
El Comité Electoral Nacional del Partido Popular ratificó ayer por la tarde un amplio paquete de candidaturas para las elecciones autonómicas y municipales de mayo, que estaban todavía pendientes de ser aprobadas. Y cerró la reunión, presidida por Alicia Sánchez-Camacho, con la inclusión, cuando ya nadie se lo esperaba, de los «cabeza de lista» para la Comunidad de Madrid y para el Ayuntamiento de la capital. Como adelantó este periódico el pasado miércoles, finalmente Mariano Rajoy ha optado por aceptar la candidatura de Aguirre para el Ayuntamiento, pero de la Comunidad se cae Ignacio González y en su lugar irá Cristina Cifuentes, la actual delegada del Gobierno en Madrid.
La situación había llegado a un punto de tensión que ha obligado a Rajoy a gestionar el problema «a susto o muerte», como describía anoche una persona cercana al presidente. Acortando al máximo el plazo para avisar a los afectados y sin enredarse con trámites como la convocatoria un día antes del comité electoral regional. De hecho, a primera hora de la mañana el presidente madrileño, Ignacio González, confirmaba en una entrevista en RNE que hasta entonces nadie de la cúpula nacional del partido se había dirigido a Aguirre o a él mismo para hablar de las listas. La formalización del desenlace pilló a Mariano Rajoy visitando las zonas afectadas por la riada del Ebro.
Mientras que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, acabó de rematar la faena y fue la que se encargó de llamar a González para comunicarle que no iba a ser el candidato. Frente al desconcierto del partido y de buena parte del Ejecutivo ante la prolongación del silencio de Rajoy, el mensaje que ayer por la mañana avanzaba Moncloa era que el presidente del Gobierno ya tenía cerrada su decisión sobre las esperadas candidaturas. Que a estas alturas no le quedaban, por tanto, dudas sobre quiénes eran los elegidos, sino que sólo estaba manejando los tiempos a su parecer por razones estratégicas y también de cálculo interno.
Este periódico informó el pasado martes que Rajoy tenía la intención de cerrar esta misma semana la decisión sobre todos los candidatos, también los de los dos feudos más decisivos en estos comicios, Valencia y Madrid. Desde hace tiempo a Moncloa había llegado el mensaje de que iban a salir informaciones que podían desestabilizar la candidatura de Ignacio González, y Rajoy optó por esperar y calibrar por dónde se movía el terreno. Pero una vez que había pasado el Debate del Estado de la Nación, que el PSOE había descubierto sus «cartas» y que la campaña contra González se había puesto en marcha, la decisión ya estaba bastante clara. Si en un principio en Moncloa apostaban por el actual presidente madrileño y veían mucho menos segura la candidatura de Aguirre, llegados a este punto Rajoy ha optado por no arriesgar en una «plaza» como Madrid, decisiva para sus aspiraciones, según explica uno de sus colaboradores.
El jefe del Ejecutivo no podía jugársela a una campaña en la que las sombras de corrupción le marcaran la estrategia o en la que, de repente, apareciera «alguna nueva sorpresa incómoda» que se llevase por delante las expectativas electorales del partido. Por eso ha optado por Aguirre y Cifuentes, lo que supone mandarle un aviso a la ya candidata al Ayuntamiento, dice la lectura interna. En una coyuntura muy complicada, y en la que Rajoy necesitaba margen para gestionar su decisión, la presidenta regional dio un paso al frente el miércoles para presionar a Rajoy para que asumiese también la candidatura de González. Lo hizo con unas declaraciones en la presentación de un libro que no sentaron bien en la dirección popular.
El proceso de decisión de las candidaturas en Madrid ha venido precisamente muy marcado por las presiones de Aguirre para imponer su criterio, su candidatura y también la de quien la sustituyó a ella en la comunidad cuando a mitad de la legislatura dijo que dejaba la primera línea porque quería disfrutar más de su familia y de sus nietos. En Génova desconfían de la presidenta del PP de Madrid. Dicen que son conscientes de que a veces «maniobra» contra Rajoy y de que va hablando mal contra el presidente. Pero, al final, lo que cuenta son los intereses electorales del partido y evitar un levantamiento del PP de Madrid, bajo su cuerda. Con la decisión impuesta por Rajoy se salva el equilibrio interno. Y tras las elecciones de mayo, y en función del resultado, vendrá la siguiente partida: cómo queda el poder en la dirección del PP madrileño.
A las 18:00 de ayer, el Comité Electoral Nacional emitió un comunicado en el que confirmó los nombramientos de Pedro Antonio Sánchez para la Presidencia de Murcia y de Alberto Fabra para la Comunidad Valenciana. También bendijo los nombramientos para las alcaldías de Murcia, José Ballesta; Alicante, Asunción Sánchez; Castellón, Juan Alfonso Bataller; y Valencia, Rita Barberá. Y anunció que seguía reunido. A las ocho entraba un mensaje de Génova en el que se comunicaba que el órgano electoral había aprobado las candidaturas de Asturias, Baleares, Madrid, Ceuta y Melilla. Una vez más, Rajoy ha sido fiel a sí mismo.
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