Entrevista

Albert Rivera: «Sánchez no ha contestado si dará privilegios a los condenados»

«Tenemos un problema de movilización del electorado. El votante de Cs se decide casi en un 50 por ciento en los últimos 15 días»
«Tenemos un problema de movilización del electorado. El votante de Cs se decide casi en un 50 por ciento en los últimos 15 días»larazon

–Parece que no hubo rebelión, según el TS. ¿Confía en que los Mossos garanticen el orden público?

–No voy a adelantarme a lo que dictamine el Supremo. Tengo amigos en los Mossos y a mí los Mossos me han garantizado mi libertad y mi seguridad cuando era diputado o cuando por amenazas he necesitado ir escoltado. No confío en la dirección de los Mossos, pero sí en muchos de sus agentes, porque Torra la ha politizado para convertirla en una guardia pretoriana. Me he reunido con los sindicatos y me consta la preocupación porque hay mucha gente que quiere cumplir la ley y defender la seguridad y no saben por dónde van a ir las directrices políticas.

–El ministro Marlaska ha dicho que todo está bajo control.

–Marlaska ha abroncado a la Guardia Civil en vez de a los Mossos por no respetar a los guardias civiles. Marlaska debería escuchar lo que dijo el jefe de la Guardia Civil en Cataluña, que comparto plenamente, y decir lo mismo que él. El patriotismo es defender al guardia civil que cobra menos que un mosso, que vive amenazado y en cuarteles que acosan y rodean.

–¿Cree que se va a «liar» en Cataluña por la sentencia del «procés»?

–El separatismo la utilizará para hacer victimismo. Ya han legitimado la violencia y han llamado al uso de la violencia.

–¿Pero ve a los catalanes siguiendo mayoritariamente esas instrucciones?

–Solo con que haya un loco capaz de tener Goma 2 y atentar por ejemplo contra un cuartel de la Guardia Civil o contra la Delegación del Gobierno ya tenemos un problema.

–El grupo de los CDR detenido en la operación Judas no tenía Goma 2.

–Trabajaban en prepararla. En Cataluña sabemos lo que fue el atentado de Hipercor y lo que fue el terrorismo de Terra Lliure o de ETA. Torra ha defendido a los violentos y por eso no puede ser presidente de la Generalitat. Soy catalán, mi familia vive en Cataluña, y me gustaría creer que no va a suceder nada; pero también conozco a los comandos separatistas y a Torra. Ante una situación tan crítica como ésta, al frente de la Generalitat no debería estar alguien capaz de saltarse la ley y de ordenar a los Mossos que no cumplan con su obligación.

–Usted defiende que el artículo 155 ya debería estar de nuevo activo. ¿Con qué condiciones?

–Llevo meses pidiéndole una reunión a Sánchez para estudiar la aplicación del artículo 155, con qué competencias y en qué calendario. Y la respuesta de Sánchez ha sido mofarse de mí en el Parlamento por ser el «pesado» del 155. El PSOE debe rectificar en Cataluña, volver al constitucionalismo y permitir que vayamos todos juntos en la aplicación de la Constitución. Ojalá no hubiera que aplicarlo de nuevo, pero si hace falta debe hacerse con serenidad y firmeza y dejando claro a Torra que gobierne quien gobierne actuaremos juntos, para garantizar la paz y la convivencia, con la Constitución, con la Ley de Seguridad Nacional y con el control de los Mossos.

–¿Pero hasta dónde cree Ciudadanos que debe llegar una nueva intervención de la Generalitat?

–Tiene que ser proporcional a lo que suceda. El 155 no debería haberse levantado para salir corriendo de Cataluña, como hizo Rajoy después de acordarlo con Sánchez.

–Usted pactó entonces con ellos cómo debía ser la aplicación del artículo 155.

–Me reuní con Rajoy en mayo de 2018, creo recordar, y me dijo que había acordado con Sánchez levantar el 155 porque se acababa el plazo del Senado. Yo le advertí entonces que, si salíamos de Cataluña, Torra volvería a no acatar la legalidad porque no era un demócrata. Yo no hubiera levantado el 155 hasta que no se cumpliera la Constitución y se acatara la ley.

–¿Por qué no lo dijo entonces?

–Se lo dije a Rajoy donde tenía que decírselo. En cualquier caso, ahora lo importante es recuperar la unidad y que Sánchez deje de ser el mejor aliado de Torra.

–Sus duras descalificaciones de Sánchez no ayudan mucho a la unidad, ¿no?

–La responsabilidad es de quien nos llama fachas. Yo he tendido la mano a Sánchez para volver al constitucionalismo y le he pedido una reunión. Pero se siente más cómodo con Torra en Pedralbes y con Otegi en Navarra que con el PP y con Ciudadanos defendiendo juntos la Constitución. Por eso le exigimos que vuelva al constitucionalismo y deje de tratar a Cataluña como un tema electoral y no de Estado.

–La sentencia es un duro golpe emocional en Cataluña. ¿Debe utilizarse el margen que permite la ley penitenciaria para flexibilizar el cumplimiento de la condena a los líderes independentistas?

–Los posibles condenados no tienen que tener ni venganza ni privilegios por ser políticos, sino justicia. Cualquier ciudadano que comete un delito no puede llamar al presidente del Gobierno para que le indulte ni tampoco para pedir que le traten mejor. Iceta ya avanzó que quiere indultar a los condenados, lo cual es una gran falta de respeto a la Justicia. También hemos visto que algunos quieren convertir la cárcel en una catedral en la que tener trato de favor. Así que lo dicho, ni venganza ni privilegios. Yo me comprometo a respetar la sentencia del «procés» si soy presidente del Gobierno y Sánchez tiene que contestar a la pregunta de si va a respetar la sentencia o si por el contrario está dispuesto a conceder privilegios políticos.

–¿Le molesta que exhumen los restos de Franco en plena campaña electoral?

–Ya me da igual. Nací en democracia, en 1979, y agradezco a nuestros padres y abuelos que supieran mirar hacia adelante. Pasarse un año entero dando vueltas y boxeando con los huesos de Franco, como dice Alfonso Guerra, me parece una pérdida de tiempo porque hay que mirar hacia el futuro. Si el Supremo ha autorizado que se actúe, háganlo, pero dejemos a Franco para hablar de educación, pensiones, natalidad, despoblación, pymes o autónomos. A mí no me gustan los dictadores ni muertos ni vivos, pero hay otros que están obsesionados con Franco y no censuran lo que pasa ni en Cuba ni en Venezuela.

–El Gobierno planea aprobar mejoras en pensiones, más peonadas o más sueldos para los funcionarios antes de que empiece formalmente la campaña. ¿Aprueba estas medidas?

–A nadie le pueden parecer mal. Pero, ¿podemos permitirnos esas medidas populistas? En esta campaña se van a escuchar muchas promesas que no se pueden pagar y que ni siquiera se pueden aprobar sin el apoyo de otros partidos. Nosotros hemos presentado un decálogo de reformas en pensiones, apoyo a la natalidad y a las familias y rebajas de impuestos, pero se sostienen en un plan general de política económica y sabemos que para sacarlas adelante hacen falta acuerdos. Hay que ser honrado y decir la verdad a los españoles: hay reformas que solo llegarán si el Gobierno y la oposición se ponen de acuerdo en una política económica y liberal que nos permita avanzar. Y las iniciativas que anuncia Sánchez recuerdan a las políticas que nos llevaron a los recortes y a las subidas de impuestos.

–Su competencia por el liderazgo del centro derecha ha hecho que cada vez se parezcan más Casado y usted. ¿Queda alguna diferencia?

–Los españoles pueden buscar nuestras diferencias, pero estamos en un momento en el que hay que buscar los puntos de unión. ¿Diferencias? Yo soy liberal, y Casado, conservador. Yo vengo de la sociedad civil y él viene de las juventudes de su partido y de su fundación. Nosotros proponemos reformas que el PP no ha puesto en marcha en 40 años, y no queremos pactar por WhatsApp ni con el PSOE ni con el PP el nombramiento de los jueces. Tampoco justificamos la Púnica o Gürtel, sino que queremos que se investiguen hasta el final y que se cumplan las sentencias.

–¿Y qué les une?

–Ése es nuestro reto, buscar aquello que une a Ciudadanos y al PP para gobernar juntos. Lo hemos hecho en 400 capitales y en comunidades como Madrid, Andalucía, Murcia y Castilla y León. Este país se ha hecho grande cuando hemos unido a los distintos y por eso reivindico ponernos de acuerdo en lo que nos une por encima de los que nos separa. Los españoles escogerán el 10-N si prefieren a Casado o a mí, pero luego debemos ponernos a trabajar juntos.

–No hay ninguna encuesta que diga que suman los dos. ¿Prefiere pactar también con Vox en La Moncloa en lugar de con el PSOE, si dieran los escaños?

–En ninguna comunidad en la que gobernamos con el PP hay consejeros de Vox ni tampoco hay concejales en los ayuntamientos. El ejemplo de Andalucía, Murcia, Madrid y Castilla y León es un buen modelo: un acuerdo de tú a tú, al cincuenta por ciento en políticas y reparto de los gobiernos. En Andalucía, en seis meses hemos cumplido la mitad del acuerdo de gobierno. Y en la misma línea estamos trabajando en Madrid y Castilla y León. Hay gobiernos que están funcionando y que están ofreciendo menos impuestos, más transparencia y más ayudas a las familias. Ante estas nuevas elecciones yo me comprometo a llamar a Casado en la noche electoral y que lo que hayan decidido los españoles se ponga en marcha en un mes.

Pero en abril hicieron justo lo contrario. Si el PSOE es de nuevo la lista más votada, ¿también les llamará para ofrecer esa misma salida de desbloqueo, si sumaran juntos, y garantizar que no repetirá lo de antes?

–Ofrezco un compromiso por escrito por España y le pido a Casado y a Sánchez que hagan lo mismo, que se comprometan a que quien esté en condiciones de ser presidente del Gobierno cuente con la oposición para diez reformas de Estado. Si soy presidente, así lo haré. Y si no puedo serlo, también trabajaré desde la oposición para sacar adelante esas reformas. ¿Van a firmar este pacto por escrito Partido Socialista y Partido Popular y van a ser patriotas como hay que serlo en estos momentos? Si los candidatos del PSOE, PP y Ciudadanos firmamos ese documento los españoles podrán irse a dormir tranquilos pase lo que pase el 10-N porque no habrá nuevas elecciones y gobierne quien gobierne, el país se pondrá en marcha. De momento parece que Sánchez no se mueve y Casado, tampoco. Pero yo voy a ofrecer ese acuerdo porque se lo debemos a los españoles.

Si sus escaños son suficientes, ¿ofrecerá ese acuerdo al PSOE para que no se repita lo que ocurrió después de las generales de abril? Haga lo que haga el PP. No me contestó antes.

–Mi oferta es un pacto por España entre los tres.

–Entonces si Casado no se mueve, ¿usted tampoco lo hará? ¿No planteará una abstención técnica o un pacto de investidura como con Rajoy?

–No he dicho eso. He dicho que, si Casado no se compromete, yo sí me comprometo. Si puedo ser presidente del Gobierno, llamaré a la oposición para hacer reformas; y si no, desde la oposición, no en un pacto de gobierno, me pondré a trabajar con el Gobierno en esas diez reformas. Podemos no estar de acuerdo en todo, pero en estos diez temas, o aquellos otros que también quieran incluir PP y PSOE, debemos ser capaces de alcanzar acuerdos. Es más importante que España vuelva a funcionar que quién duerme en La Moncloa o quién usa el Falcon.

–Lo que plantea ahora es lo contrario de lo que dijo e hizo hace unos meses. ¿Qué ha cambiado?

–Simplemente asumo mi responsabilidad para acabar con el bloqueo y propongo una solución. No he escuchado a nadie que me pida que vayamos a por unas terceras elecciones generales. Creo que coger el mandato de acabar con el bloqueo es más importante que darse importancia a uno mismo.

–¿A qué atribuye usted la caída tan grande que le pronostican todos los sondeos?

–Tenemos un problema de falta de movilización de nuestro electorado. El votante de Ciudadanos se decide casi en un 50 por ciento en los últimos 15 días y encima, en estas elecciones, hay una sola semana de campaña. Cuando falta un mes siempre nos pasa que estamos muy por debajo de las expectativas: nos ocurrió en las anteriores elecciones y también en Andalucía. Estamos acostumbrados a esta situación y sabemos que nuestro electorado es exigente, sin sectarismos ideológicos y que quiere creer en una nueva política. Pido a todo nuestro electorado que se movilice porque si no lo hacen, ganarán los radicales en lugar de las clases medias, y ganarán los que quieren políticas económicas que no comparten. Mi reto es movilizar a los votantes de centro y liberales. Ahora veo a algunos muy preocupados porque Ciudadanos proponga una solución y yo ya he propuesto una para salir del bloqueo. Ahora tienen que ser Sánchez y Casado los que digan si están dispuestos a moverse.

–¿El «no es no» a Sánchez y los giros estratégicos no han influido, a su juicio, en este derrumbe en las encuestas?

–En los dos debates de las pasadas elecciones y antes de ir a votar dije que no íbamos a apoyar a Sánchez y que íbamos a estar en la oposición si no gobernábamos. Y pasamos de 32 a 57 escaños. Sánchez ha provocado un bloqueo sin precedentes y entiendo el hartazgo y la desmovilización de la gente.

–Por primera vez desde que lidera Ciudadanos se ha empezado a vincular el resultado del 10-N con su futuro al frente de su formación política. ¿Entiende estas próximas elecciones en esos términos?

–Vengo de trabajar fuera de la política y no estoy atornillado a ningún escaño ni cargo. Nunca he querido ocupar ningún ministerio ni ser vicepresidente del Gobierno. Me lo ofrecieron con Rajoy y no quise. Los que me conocen saben de dónde vengo y cuál es mi apego a un sillón. Pero soy optimista y afronto cualquier nuevo proyecto convencido de que nos va a ir bien. España está por encima de las siglas de cualquier partido y este país necesita gente con coraje, que no se rinda, que dé el callo y que a pesar de lo que digan los adversarios mire hacia adelante. Llevo toda mi vida en política, desde que nació Ciudadanos, escuchando que «no se puede» y yo llevo toda mi vida diciendo que «sí se puede». Y los resultados nos han acompañado hasta ahora.

–De escucharle, deduzco que usted considera que no ha cometido ningún error en la gestión del buen resultado que obtuvo en las elecciones de abril. Aunque lo digan dentro y fuera de su partido.

–Soy el que conseguí esos resultados, con mi equipo. Y ahora vamos a esperar a que voten de nuevo los españoles. A diferencia de otros, como Sánchez, yo no voy a reñirles voten lo que voten.