Debate en el Congreso

La amnistía supera el primer trámite con 178 apoyos y un separatismo embravecido

El Congreso da el primer aval a la norma, que debe seguir toda la tramitación parlamentaria antes de llegar al Senado

El Congreso ha dado el primer paso para aprobar la amnistía: el PSOE, junto a los partidos independentistas, dieron su aval a la propuesta legislativa para eximir de responsabilidades penales, contables y administrativas a centenares de políticas y activistas separatistas por sus implicaciones en el «procés». En una votación por «llamamiento», que hizo a cada uno de los diputados retratarse, la ley ha recibido el apoyo esperado: 178 votos a favor y 172 en contra.

Lo que se ha votado es tan solo el primer paso de una tramitación parlamentaria que se prevé que puede durar hasta junio porque tiene que pasar por el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Los populares dieron ya buenas señales de la dura oposición que van a plantear a la amnistía, con la intervención de un Alberto Núñez Feijóo que «no se esconde» frente a un ausente Pedro Sánchez al que acusó de «no dar la cara». El presidente del Gobierno ni habló ni acudió a votar: es decir, evitó una foto en un tema que genera mucho desgaste al PSOE.

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Fue el portavoz del PSOE, Patxi López, quien ha defendido la medida de gracia para los independentistas. Lo hizo justo cinco meses después de que su propio partido la negara en rotundo y defendió que todos los diputados están «convencidos» de que la amnistía «es buena para la democracia». Ante el reto de los populares de que se retrataran todos sus diputados, este se mostró satisfecho de que lo hicieran. «No tenemos problemas», aventuró López. No busquen más, aquí tienen el retrato, cuanto más nos amenacen más convencidos estamos de lo que vamos a hacer», replicó.

Su argumento para defender la amnistía se basó en atacar a los populares. «Siguen prefiriendo excluir, los socialistas buscamos integrar. Esta es la esencia. Quieren alimentar el conflicto y nosotros queremos abrir un nuevo tiempo para el reencuentro», ha proclamado. El portavoz socialista defendió la ley de amnistía asegurando que a pesar de que no la llevaran en el programa electoral, esto es «la esencia de la democracia», el hecho de pactar medidas con otros partidos. Negar la posibilidad de pactar con otras formaciones, para el PSOE es «impedir el propio funcionamiento de la democracia».

El PSOE defiende que con la ley de amnistía pretenden «cambiar el guion y sacar de la confrontación y devolver a la política un problema que nunca debió salir de la política». Así, para los socialistas, si bien es una medida «excepcional, no es inconstitucional».

Mientras, los socios independentistas del PSOE (ERC y Junts) evitaron avanzar qué harán durante la tramitación parlamentaria (es decir, si presentarán enmiendas al articulado o no), pero quisieron proyectar su fortaleza frente al Gobierno y advirtieron de que la amnistía no es el punto final. Gabriel Rufián (ERC), de hecho, señaló que tal y como el Gobierno rechazaba la amnistía hace cuatro años, cree que puede ocurrir lo mismo con el referéndum y que el PSOE lo acabe aceptando en la próxima legislatura. Josep Maria Cervera (Junts) advirtió de que la amnistía no es «una renuncia a la independencia» porque los independentistas ni «olvidan ni perdonan». Cervera también lamentó que la amnistía impedirá a los independentistas acudir a los tribunales europeos, ya que es una guerra que querían librar.

El debate fue tenso entre Patxi López y Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP aseguró que el debate de tramitación de la ley de amnistía convertía la Cámara en «la más decadente y triste tras el 23F». Feijóo apuntó hasta siete razones para rechazar la ley: «Es un fraude, es corrupción, es injustificable, va contra la convivencia, supone una regresión democrática, es contraria a la separación de poderes y una humillación al pueblo español».

Feijóo anunció que impulsará una comisión de investigación si el PSOE continúa sin dar información sobre sus «negociaciones en el extranjero» y exige que los españoles sepan «exactamente todo» sobre estas reuniones, desde quiénes son los negociadores, qué se negocia o hasta cuánto han cobrado y advirtió: «No la cerraremos hasta saberlo todo».

El líder del PP acusó al «ausente Pedro Sánchez» de poner «el poder por encima del pudor» y definió la amnistía como «regresión democrática inédita». Defendió el rotundo «no» del PP a la tramitación de la norma por suponer una «vergüenza nacional y bochorno internacional», un «atropello a nuestro Estado de derecho» y «el primer pago» de una investidura que Sánchez «ha comprado». Feijóo rechazó esa «humillación que España no merece» tener un presidente secuestrado por sus socios y señaló que el independentismo estaba de enhorabuena porque ha encontrado «un atajo para alcanzar sus propósitos: la falta de escrúpulos de Sánchez». El jefe de la oposición garantizó que el PP no permitirá una nación a la medida de los independentistas y utilizará «todos los recursos legales y democráticos» y recurrirá ante todas las instancias nacionales e internacionales, políticas y judiciales».

Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, advirtió al presidente del Gobierno de que el pueblo acabará cansándose de quienes traicionan a España y le deseó que, llegado el momento, tenga un juicio justo con jueces y fiscales independientes. También buscó el enfrentamiento con el PP a quien criticó por sumarse a su «linchamiento» al tiempo que enseñaba una foto de jóvenes socialistas con una guillotina y una imagen de la cabeza del expresidente, Mariano Rajoy.

Desde Sumar, su portavoz adjunta, Aina Vidal, cargó contra los populares por aplicar el artículo 155 de la Constitución, aunque reconoció que los independentistas «no hicieron las cosas bien». Defendió «el cambio de opinión» de los socialistas y que pasaran a «la escucha activa y al diálogo» como forma de hacer política. Además, como ya hiciera el PSOE, aseguró que con la ley de amnistía «no se vende ningún país». Fue también la primera oportunidad de Podemos de intervenir tras su marcha al Grupo Mixto. La diputada Martina Velarde reprochó al PP que sean ellos quienes quieren «romper España».