Opinión

¡Amnistiemos la verdad!

Somos un rebaño pasivo sin opinión que se limita a consumir a nuestros influencers políticos

Decenas de personas protestan durante una manifestación de SCC contra la amnistía, a 8 de octubre de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). Sociedad Civil Catalana ha convocado una manifestación contra la amnistía y el derecho al referéndum bajo el lema ‘No en mi nombre:ni amnistía, ni autodeterminación’. La protesta busca visibilizar el acuerdo para la investidura del Gobierno de España que han negociado las últimas semanas el presidente del Gobierno en funciones y Carles Puidgemont. Además...
Sociedad Civil Catalana convoca una manifestación contra la amnistía en BarcelonaLorena SopênaEuropa Press

"El camarada Ogilvy, que nunca había existido en el presente, era ya una realidad en el pasado, y cuando quedara olvidado en el acto de falsificación, seguiría existiendo con la misma autenticidad, con pruebas de la misma fuerza que Carlomagno o Julio César".

En el ministerio de la verdad ¿imaginado o predicho? por Orwell, se sustituyen los hechos del pasado que son desfavorables para el partido por otros inventados. Es una carrera constante por mantener a toda costa una realidad ficticia, una nueva realidad, para desvirtuar lo que en realidad pasó y encajarlo en la narrativa actual del partido. Algo muy similar estamos viviendo en 2023 con las negociaciones para formar gobierno. No importa lo que el PSOE haya mantenido en 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, lo que importa es que esa realidad ya se ha difuminado en favor de la narrativa que actualmente difunde el partido excusada, por supuesto, en los cambios de opinión. Algunos ejemplos del propio presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante estos últimos años son:

“El independentismo pedía la amnistía algo que desde luego este gobierno no va a aceptar y que desde luego no entra en la legislación ni en la constitución española”.

“Si hablamos de la autodeterminación y la amnistía el recorrido es el que es, por eso hablo del principio de realidad señoría”.

Digo yo, ¿qué habrá cambiado? Tan sólo ha crecido el gusto por el poder. ¿Qué hemos de hacer para mantenernos en nuestros sillones? ¡Hágase, camarada Ogilvy!

Otro hecho que prueba lo cerca que estamos de un ministerio de la verdad es lo mucho que se esfuerza el mal llamado “bloque progresista” en la pérdida de riqueza en su vocabulario. Se están dejando la piel en eliminar los matices lingüísticos y así impedir el pensamiento de los españoles. Ahora, la amnistía es un concepto borroso que tiene mil nombres salvo el de amnistía. Ya estamos camino de instaurar la neolengua como lengua cooficial. “La ignorancia es la fuerza”. Y claro, como la política ha derivado en algo identitario, los votantes del PSOE no son capaces de levantar la mano y decir “esto no me representa”. Mucho mejor seguir el discurso del jefe porque si no tendré que pensar por mí mismo y eso da bastante miedo.

Retomar la verdad

¿Cómo hemos llegado hasta aquí como sociedad? Le he dado mil vueltas y aún no he dado con la tecla, quizá nunca lo haga. Son demasiados factores. Mi argumento predominante es que vivimos en cavernas digitales donde la verdad ya no importa. La verdad, los hechos, no hacen ruido. Nos limitamos a dar información apilando opiniones para parir un trending topic o un video viral. Qué aburrido sería el mundo si nos limitaremos a los hechos. Eso no vendería.

Pero claro, ¿qué verdad es cierta? ¿La tuya o la mía? Tampoco importa porque no hablamos. Se ha matado el diálogo. No somos capaces de escuchar otras opiniones porque no vaya a ser que contradigan lo que pienso. Encima, lo que pienso se ha convertido en mi identidad por lo que ¿para qué escuchar si no estoy dispuesto a desacoplar mi opinión de mi identidad? Los argumentos contrarios se sienten como ataques al yo. Lo mejor es que la caverna digital en la que vivimos nos ha permitido aislarnos en cámaras de eco donde sólo resuenan las voces que nosotros hemos autorizado. Pensamos que somos más libres que nunca, pero es mentira. Somos un rebaño pasivo sin opinión que se limita a consumir a nuestros influencers políticos. Nos limitamos a hacer clic, darle a ‘Me Gusta’ y a compartirlo. Hemos perdido el coraje para pensar. Por favor, llévate este mensaje a tu cámara de eco: Lo que piensas, no es tu identidad. No es quien eres. Sal y habla con la gente y no tengas miedo de cambiar de opinión. No te limites a consumir ideología. Retoma la verdad como referente y no compres entradas para el cine de sensaciones.